Una reciente investigación sociológica sugiere que si una amistad dura más de siete años es muy probable que sea una relación para toda la vida. Según el sociólogo Gerald Mollenhorst, alcanzar ese umbral temporal indica que el vínculo ha desarrollado una base lo suficientemente sólida como para resistir los cambios inevitables de la vida.
AMISTADES DURADERAS: MÁS ALLÁ DEL TIEMPO Y LA DISTANCIA
El estudio destaca que las amistades que perduran están fundamentadas en experiencias compartidas, entendimiento mutuo y entornos estables. Si bien es normal que muchas relaciones sociales se diluyan con el tiempo, aquellas que superan los siete años tienden a transformarse en vínculos elegidos, donde la conexión no depende tanto de la cercanía física, sino de la lealtad, la confianza y el compromiso emocional.
Estos lazos duraderos suelen adaptarse mejor a los cambios personales, como mudanzas, nuevas etapas profesionales o familiares, ya que se han convertido en relaciones conscientes y cultivadas a lo largo del tiempo.
MÁS QUE COINCIDENCIA: AMISTADES VERDADERAS SON ELECCIÓN
La conclusión del estudio refuerza la idea de que las verdaderas amistades no son producto del azar ni de la conveniencia, sino de decisiones sostenidas y esfuerzos mutuos. Superar la barrera de los siete años no es solo un dato curioso: es un indicio de que esa relación ha trascendido lo circunstancial y se ha convertido en una parte esencial del tejido emocional de una persona. N