El nuevo plan de control migratorio de Estados Unidos podría vulnerar los derechos humanos fundamentales, advirtió este miércoles 11 de enero el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.
“Las nuevas medidas corren el riesgo de socavar los derechos humanos internacionales y el derecho de los refugiados”, sentenció Volker Türk. Añadió que “el derecho a solicitar asilo es un derecho humano, sin importar el origen de una persona, su estatus migratorio, ni cómo llegó a una frontera internacional”.
Estas medidas, indicó, “parecen estar en desacuerdo con la prohibición de la expulsión colectiva y el principio de no devolución”. Los cambios anunciados incluyen un mayor uso de las expulsiones aceleradas. Así también, una expansión del uso del Título 42. Esta orden permite la expulsión rápida a México de unos 30,000 venezolanos, haitianos, cubanos y nicaragüenses cada mes.
EL TÍTULO 42 HA SIDO USADO 2.5 MILLONES DE VECES EN LA FRONTERA
El título 42 ya ha sido utilizado por los funcionarios de inmigración de Estados Unidos unas 2.5 millones de veces en la frontera sur. Al llevar a cabo la acción no existe una evaluación individualizada de todas sus necesidades de protección. Además, se omite un debido proceso y salvaguardias de procedimiento.
Al mismo tiempo, un programa de “prinización humanitaria”, que anteriormente se extendió a los venezolanos, se ampliaría para incluir a los nacionales de Cuba, Haití y Nicaragua. Ello permitiría que unas 30,000 personas al mes de estos cuatro países vinieran a Estados Unidos. Sin embargo, el período será limitado a dos años con condiciones estrictas para la elegibilidad.
PLAN MIGRATORIO NO DA POSIBILIDAD AL ASILO
“Si bien acojo con satisfacción las medidas para crear y ampliar vías seguras y regulares, tales iniciativas no deben ir a expensas de los derechos humanos fundamentales”, Indicó que se pone en riesgo el derecho a solicitar asilo y el derecho a una evaluación individual de las necesidades de protección.
El Alto Comisionado también expresó su preocupación por el hecho de que es poco probable que los que más necesitan asilo y los que se encuentran en situaciones vulnerables cumplan con los requisitos restrictivos para que se les conceda la libertad condicional humanitaria. A ello se suma la poca posibilidad de tener un patrocinador financiero en los Estados Unidos. N
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