La novela más reciente del escritor Vicente Alfonso, La sangre desconocida, es una obra policiaca que invita a replantear las ideas establecidas en torno a la identidad y la legalidad. Lo hace a través del entrelazamiento de tres historias que al principio parecen inconexas, muy lejanas entre sí, pero que poco a poco desvela puentes entre una y otra.
Es 1971. La pequeña ciudad estadounidense de Camel City se cimbra cuando la heredera de un emporio multimillonario desaparece de su habitación en un exclusivo internado para señoritas. En los hechos podría estar involucrada su vecina de cuarto, una mexicana llamada Rosario Navarro. Mientras el ambiente político se enrarece, la policía sigue pistas cada vez más ominosas.
1973. En Sinaloa, el profesor de derecho Bernardo Ayala intenta disuadir a sus alumnos de enlistarse en las filas de la Liga 23 de Septiembre, organización guerrillera que ve en las armas la única posibilidad de futuro ante un Estado represor.
Cuarenta años más tarde, siguiendo su frustrado anhelo de tener hijos, un joven matrimonio se cruza en el camino con Mamá Flor, una enigmática partera quien les suplica que la ayuden a buscar a su hija desaparecida.
“Quiero que el lector se involucre, que no permanezca impasible, que se quiera involucrar muy activamente con la historia y que cuando salga de la novela se relacione también de manera crítica con su entorno”, expresa Vicente Alfonso en entrevista con Newsweek en Español.
LA LEY CAMBIA CONSTANTEMENTE
—¿Por qué La sangre desconocida es una novela que invita a replantear nuestras ideas en torno a la identidad y a la legalidad?
—Porque solemos pensar en las leyes como algo escrito en piedra, algo inamovible que tenemos que respetar y nunca cuestionar. Pero si observamos, nos daremos cuenta de que la ley cambia constantemente. Estos cambios no son producto de una entidad fuera de la sociedad, sino de nosotros mismos. Al final la “realidad” en la que vivimos es la suma de muchas situaciones e intereses distintos que entran en conflicto. Lo que hoy podemos considerar legal mañana puede ser ilegal y al revés, lo que hoy consideramos ilegal, mañana podría ser legal.
“En la novela, uno de los personajes dice: ‘Mi bisabuela podía tener esclavos, la ley le permitía tener esclavos, pero no podía votar’. En ese sentido, es una invitación a replantearse estos procesos y a involucrarse con ellos”.
La sangre desconocida presenta tres historias que se entrelazan entre sí. El autor explica que, con la narrativa de esta novela policiaca, espera que el lector se encuentre con una especie de rompecabezas y de este modo tenga una participación muy activa.
“Como sabes, las novelas policiacas ponen misterios y enigmas frente al lector, y entonces los lectores no pueden ser pasivos, tienen que estar elaborando hipótesis de qué pudo haber ocurrido. Así pasa con La sangre desconocida”, explica el escritor coahuilense.
MOVIMIENTOS ARMADOS DE LOS 60 Y 70
Nacido en Torreón en 1977, Vicente Alfonso proviene de una familia de mineros y fue educado por jesuitas. Entre otros, es autor de las novelas Huesos de San Lorenzo (traducida al alemán, italiano, griego y turco), Partitura para mujer muertay A la orilla de la carretera.
Entre los premios a los que se ha hecho acreedor destacan el Internacional de Novela Sor Juana Inés de la Cruz, el Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor, el Iberoamericano de Periodismo Ciudades de Paz, el Nacional de Novela Élmer Mendoza y el Nacional de Novela Negra Una Vuelta de Tuerca.
El autor comenta que en su nueva obra decidió abordar los movimientos de las décadas de 1960 y 1970 porque fueron levantamientos en donde quienes los integraban estaban convencidos de que la única forma de cambiar ciertas cosas de la sociedad era a través de la lucha armada.
“Podemos estar o no estar de acuerdo con eso. Yo no doy conclusiones absolutas al respecto, sino que pongo los hechos sobre la mesa para que sea el lector quien juzgue lo que le parezca conveniente”, explica.
VICENTE ALFONSO Y LA BUENA FORTUNA
En La sangre desconocida, Vicente Alfonso intenta rescatar un debate en torno a estas dos posibilidades para transformar nuestras sociedades, la vía legal y la lucha armada. El autor comenta que a lo largo de la novela varios personajes discuten esta cuestión sobre cuál es la mejor vía para el cambio social.
“Por un lado, están quienes prefieren la vía legal y hacer uso de recursos que nos da la ley; por ejemplo, la resistencia civil, la desobediencia civil, que son fórmulas acuñadas por la ley que permiten manifestar que está uno en contra. Y por otro lado hay quienes dicen que estas vías no son suficientes y lo que se necesita es una resistencia más activa y optar por el camino de la violencia”.
Sin embargo, observa, “creo que no me corresponde hacer una estrategia de convencimiento”. Y añade: “Creo que las novelas van recomendándose también de boca en boca entre los lectores”.
Entonces, “lo que sí puedo decir es que ya hablamos del efecto que quiero crear, de los temas que me interesan. Entonces, como decía mi maestro Federico Campbell, así como uno no le puede caer bien a todo el mundo, afortunadamente, uno no le puede caer mal a todo el mundo”, finaliza el entrevistado. N