¿Qué es un ‘smart contract’, conocido en español como contrato inteligente? Para entrar en contexto, un contrato tradicional se realiza entre dos partes que acuerdan algún tipo de intercambio de valor, donde por obligación ambas partes tienen que ganar algo. Esos contratos deben cumplir con ciertas condiciones dentro del marco legal para que, en caso de que alguna de las partes rompa el acuerdo, un tercero, en este caso un juzgado, pueda forzar ya sea a cumplir el acuerdo a la parte que no lo hace o a subsanar el daño. En otras palabras, en los contratos normales existen al menos tres integrantes si contamos al marco legal.
En tanto, en un ‘smart contract’, el contrato está escrito en código y no en un papel y es la cadena de bloques (blockchain) la que desempeña la parte del marco legal.
¿Cómo funciona? Imaginen que quiero comprar una casa, encuentro una que me gusta y pacto un precio. En ese momento tenemos suficiente información para hacer un contrato de transmisión de bienes, donde doy dinero y la otra persona me da su casa.
El primer paso es mandar a la cadena de bloques los bienes en su equivalente digital. En el caso del dinero, sería meter criptomonedas, al menos el equivalente de la transacción, en una billetera digital (wallet). Y en el caso de la casa, habría que respaldarla con un NFT (token no fungible) que permita asegurar que las escrituras de la casa están vinculadas al tenedor de ese NFT.
Una vez que ambas partes tienen lo dicho en su respectivo wallet es posible hacer el intercambio. La transacción se valida mediante código y el intercambio queda plasmado en la cadena.
CÓMO PROTEGERSE EN LA VIRTUALIDAD
La principal diferencia está en cómo hay que protegerse en caso de que la casa no sea entregada. Cuando eso sucede, en ese momento puede notificarse que el NFT es falso o que no cumple con la propiedad acordada de que el tenedor del NFT tiene las escrituras. Entonces, la misma cadena de bloques puede revertir la transacción y regresar el dinero.
Básicamente, para muchas transacciones que ordinariamente llevamos día a día pudiera existir un ‘smart contract’. Adicionalmente, teniendo el token no fungible es posible revenderlo por la cantidad que se acuerde, logrando tokenizar la casa. Incluso se puede poner a la venta el NFT que representa una casa en un mercado en línea.
Aunque varios países ya se están preparando para respaldar estas transacciones (al final del día debemos de regularizar las escrituras y ponerlas a tu nombre), todavía hay mucho camino por recorrer.
¿Quién está detrás de la cadena de bloques? Una comunidad descentralizada. A diferencia de un contrato tradicional donde probablemente es el banco quien pudiera imponer sanciones por no pagar una hipoteca, llegando inclusive a un embargo, en el caso del blockchain son todas las personas que tienen en su computadora un respaldo (como si fueran tablas de Excel), donde si más del 51 por ciento de las computadoras que tienen el respaldo concuerdan que un pedazo de información es real en ese momento, se da por real.
A esto se le conoce como DAO (organización autónoma descentralizada), donde es la misma organización la que acuerda las reglas en forma democrática. Y mediante mecanismos digitales toma decisiones colectivamente acordadas.
LA NUEVA ECONOMÍA DIGITAL
Estamos viviendo el inicio de una nueva economía digital. Hace años me preguntaba cómo podríamos romper la rueda del capitalismo donde realmente está todo repartido y hay pocas oportunidades para cambiar las reglas. La oportunidad llegó.
La cadena de bloques permite la creación de comunidades digitales que acuerdan sus propias reglas, que pueden realmente tener vehículos económicos poderosos y que les permite entrar en una nueva clase de sistema donde dependerá de los mismos participantes de la DAO el futuro de su evolución como sociedad digital.
Muchos de estos términos parecen lejanos y parecieran cosas que solo los expertos deben saber. Sin embargo, te invito a documentarte, experimentar y perderle el miedo a la tecnología.
Estamos en un momento histórico donde el famoso metaverso puede realmente cambiar las reglas de cómo funciona el mundo. Esperemos que sea para bien porque todo indica que el metaverso, la cadena de bloques, las criptomonedas y el ‘smart contract’ llegaron para quedarse. N
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Guillermo Garza es jefe de estrategia de clientes en NTT DataMéxico. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.