El virus causó la muerte de más de 4 700 personas en Liberia, siendo éste el país más afectado desde que comenzó la epidemia el año pasado.
La epidemia alcanzó su peor pico en agosto y septiembre de 2014. En la capital de Liberia, Monrovia, los centros de tratamiento estaban a su máxima capacidad, pacientes morían en el piso de los hospitales y los cuerpos de los muertos tardaban días en ser recolectados.
La OMS declaró que en un momento no había camas suficientes para todos los pacientes que las necesitaban.
Los vuelos desde y hacia la ciudad fueron cancelados; la comida escaseaba; escuelas, oficinas, supermercados y hospitales se encontraban cerrados. El miedo dominaba la ciudad y el país.
La respuesta de la OMS funcionó, aunque con bajas en el servicio de salud nacional: 375 doctores fueron infectados y 189 murieron a causa del virus.
Los países vecinos, Guinea y Sierra Leona, continúan peleando en contra del virus mortal.
En un comunicado la OMS afirma que el último caso de Ébola en Liberia se presentó el 20 de marzo en Monrovia, la enferma murió siete días después sin infectar a nadie.
Durante el mes de abril, los cinco laboratorios dedicados al Ébola en Liberia estudiaron al menos 300 pruebas a la semana. Todos los resultados fueron negativos.
El principal problema al que se enfrenta Liberia en estos momentos es la reacción de compañías internacionales ya que muchas huyeron del país durante la epidemia, esto ha hecho que su economía nacional se vea afectada.
Aerolíneas como British Airways dejaron de volar a Liberia y aún no reanudan el servicio.
(Con información de agencias)