“Basta con que una historia hable de la problemática de cualquier ser humano para que sea contestataria; inevitablemente estará cuestionando la realidad, el estatus y la situación de la persona. En mi caso, no es que haga cine político o con cierta tendencia, más bien me gusta apoyar buenas causas”, dice Damián Alcázar, uno de los actores más conocidos y reconocidos del cine mexicano, quien el próximo mes de julio estrenará Fecha de caducidad, ópera prima de la directora mexicana Kenia Márquez.
Esta cinta retrata la historia de una madre que después de la desaparición de su hijo intenta atar cabos para descubrir su paradero. Ahí Damián da vida a Genaro, un tipo cándido, de vida sencilla y costumbres extrañas que solo quiere ayudar, pero termina siendo víctima del juego de apariencias que ocurre a cada instante frente a los ojos de todo el mundo.
“Se trata de un hombre gris que no puede integrarse a la sociedad porque ella es hostil con todos los sujetos como él, a quienes tilda de perdedores. Genaro es una especie de caricatura en la cual hablamos de toda esa gente —pobres, campesinos, personas con alguna discapacidad, entre otros— que quiere ayudar, pero es rechazada, ofendida y victimizada”, dice el histrión.
La anécdota de Fecha de caducidad es simple —continúa—, habla de la pérdida de un hijo y, aunque la cinta no lo dice, hay muchas situaciones que podemos intuir en el trasfondo que nuestra realidad acota, como las vidas que está cobrando el narcotráfico en México. Hablamos entonces de todas esas personas que han perdido seres queridos a causa del detrimento de nuestra sociedad y de la situación a la que la ha llevado la gente que tiene el poder político y económico, y que, además, son los mismos: los que tienen al campo en el absoluto abandono, los que con los sueldos miserables que disponen para los jornaleros provocan la migración hacia las ciudades y hacen que estas crezcan de forma caótica.
Acostumbrado al escrutinio de las situaciones y de los seres humanos —esa es la materia prima de su profesión—, para este intérprete es inevitable no dar cuenta de la realidad y sentenciarla. Si bien en Fecha de caducidad se muestra de forma muy sutil la violencia contra las mujeres, Damián no tiene reparo al hablar fuerte al respecto: “Siento repugnancia por el género masculino cuando alguno de nosotros se convierte en una bestia hambrienta y prepotente que es capaz de agredir a una mujer y hacer de esa situación un problema enorme, pues la gran cantidad de feminicidios que ocurren en nuestro país es para dar asco. Me declaro siempre en contra de que la violencia permee en la vida del ser humano, aunque por desgracia pareciera que es inherente a nuestra existencia”.
Impulsor de nuevos talentos
Y, así como su voz nunca se calla, Alcázar se mantiene siempre trabajando y en la búsqueda de proyectos. “Apoyo a los nuevos cineastas, me gusta cobijar sus primeros intentos. Es una obligación hacerlo porque la semilla de nuestro cine está en las nuevas generaciones, y eso vale toda la pena. Podría decir que solo quiero trabajar con grandes directores, pero por supuesto que hay que abrirse a otras posibilidades. Me gusta hacer óperas primas y ser muy participativo en ellas, siempre y cuando la historia me atraiga”, dice al actor, quien en 1998 protagonizó Baja California: el límite del tiempo, primera cinta del director Carlos Bolado.
De igual forma, Damián, quien ha dado vida al padre Natalio en El crimen del padre Amaro, al presidente municipal Juan Vargas en La ley de Herodes y al migrante Benjamín Benny García en El infierno, constantemente participa en cortos escolares y se da el tiempo para revisar historias que le entregan jóvenes cineastas en México y en los países que visita.
Fecha de caducidad es el cuarto proyecto que Damián trabaja con Kenia Márquez, pues anteriormente participó en los cortos Cruz (1998), La mesa servida (2004) y Señas particulares (2007), dirigidos por ella.
“Me encanta el trabajo de Kenia, su humor negro y el espíritu naïf (ingenuo y espontáneo) que tiene respecto a la realidad, cómo la interpreta. Me siento muy complacido de hacer sus historias”.
En cuanto a Genaro, la intención fue interpretar a un ser humano complejo, con un mundo interior muy rico en la imaginación, que se reflejara en su manera de vivir. “Me gusta ver personas e imaginar sus historias, cómo es su familia, a qué se dedican. Comienzo a hacer un retrato vivo y ahí es cuando me doy cuenta de lo que somos los seres humanos. Fue formidable hacer a Genaro, con su dentadura prominente, el eterno seseo y sus manos siempre sudorosas”, manifiesta con emoción.
La eventualidad del éxito
Pese a que Damián Alcázar es el actor mexicano que ha ganado más veces la estatuilla del Ariel, no se queda con las ganas de decir que Kenia Márquez no fue tomada en cuenta para la reciente entrega de estos premios, sin importar que Fecha de caducidad tiene más de 11 reconocimientos internacionales.
“Nunca sabes cómo va a funcionar una película. Además, a los dueños de las salas cinematográficas no les interesa el cine mexicano ni las historias bien contadas; el cine para ellos solo es un negocio y, por lo tanto, el éxito es una circunstancia eventual”.
San Miguel, te amo
Actualmente Damián Alcázar es la imagen y el vocero del proyecto San Miguel, te amo, el cual, a través de una convocatoria, elegirá 10 cortometrajes para filmarse en San Miguel de Allende, Guanajuato, en el bajío mexicano.
Como ya sucedió con Paris, je t’aime y New York, I love you, San Miguel, te amo buscará mostrar historias de amor, aventura, fantasmas, leyendas o anécdotas divertidas a través de la visión de diferentes realizadores, quienes tendrán como locación los inmejorables escenarios de esta ciudad mexicana, patrimonio cultural de la humanidad.