Estados Unidos representa mucho más que el país vecino. Para los mexicanos, es un mercado estratégico, un entorno competitivo y una plataforma de expansión personal y profesional. Es también un país donde el emprendimiento, la inversión y el talento se valoran y se protegen gracias a un sólido estado de derecho.
A lo largo de los años, como abogado de inmigración enfocada exclusivamente en el nicho de profesionales, emprendedores, empresarios e inversionistas, he tenido el privilegio de acompañar a numerosos mexicanos en su proceso de ingreso, establecimiento o expansión dentro del mercado estadounidense.
Desde quienes buscan nuevas oportunidades de negocio, hasta aquellos que desean establecer su residencia permanente a través del talento o la inversión, he visto cómo una estrategia legal bien diseñada puede transformar un proyecto en realidad.
Uno de los caminos más comunes para comenzar a explorar este entorno es la visa B1/B2, que permite visitar Estados Unidos por motivos de turismo o negocios. Aunque es una visa comúnmente usada para turismo, muchos empresarios la utilizan para conocer el mercado, asistir a ferias o reuniones, y establecer vínculos iniciales con potenciales aliados comerciales.
Para los profesionales calificados, la visa TN, derivada del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), es una de las herramientas más poderosas. Esta visa permite trabajar legalmente en Estados Unidos en ocupaciones específicas como ingeniería, arquitectura, contaduría, análisis de sistemas, entre muchas otras. Es una vía rápida, renovable, y una excelente opción para quienes buscan crecer profesionalmente sin iniciar de inmediato un proceso migratorio permanente. La visa TN requiere una oferta de empleo formal de parte de una empresa establecida en los Estados Unidos y basado en ello se tramita la visa que le permite al beneficiario ocupar el cargo ofrecido.
Por otra parte, para quienes están listos para emprender o expandir sus negocios en EE. UU., pueden considerar la visa E-2, disponible para inversionistas mexicanos gracias a acuerdos bilaterales con Estados Unidos. Esta visa requiere una inversión sustancial en un negocio que esté bajo el control del solicitante y que genere actividad económica real.
Acompaño constantemente a clientes en la estructuración legal y migratoria de sus proyectos para cumplir con los estándares exigidos por el consulado y por USCIS. La visa E-2 es una puerta muy valiosa hacia el mercado americano y no obliga a radicarse de manera permanente en el país, pero si lo permite.
Para quienes tienen una visión de largo plazo, las visas EB (Employment-Based) son el camino hacia la residencia permanente, la conocida green card. La EB-1 está diseñada para personas con logros extraordinarios o ejecutivos de empresas multinacionales; la EB-2, para profesionales con títulos avanzados o habilidades excepcionales con oferta laboral, incluso con posibilidad de solicitar una exención por interés nacional (NIW); y la EB-3, para trabajadores calificados o profesionales con ofertas laborales. Por último, la EB-5 permite obtener la residencia a través de una inversión significativa que incluso puede ser pasiva en un negocio que genere empleo en territorio estadounidense.
En conclusión, EE. UU. ofrece un sin número de vías para lograr los objetivos migratorios dependiendo de las prioridades y prerrogativas individuales.
Mi práctica está centrada en desarrollar estrategias personalizadas para cada caso, con la visión de que inmigrar no es simplemente un trámite legal, sino una decisión estratégica. Cada empresario, profesional o inversionista que represento tiene un objetivo único, y mi compromiso es convertir ese objetivo en un plan migratorio sólido, transparente y viable.
Hoy más que nunca, Estados Unidos continúa siendo una plataforma de crecimiento para quienes se preparan, se asesoran bien y toman decisiones informadas. El camino está abierto: con planificación, enfoque legal adecuado y claridad de propósito, el futuro está al alcance.
* Por Morella Salazar – Dager, abogada experta en visas de inversión con más de 30 años de experiencia
* Sobre la autora
Se graduó como abogada en el año 1989 en su natal Venezuela. En 2006 fue admitida para ejercer el derecho en los Estados Unidos, y desde entonces se ha dedicado en exclusiva a la práctica del derecho de inmigración. En 2016 fundo su firma Salazar Dager Immigration Law, desde la cual se atienden de manera personalizada a todo aquel que busca alcanzar el gran sueño americano. El enfoque profesional ha estado siempre dirigido a brindar asesoría estratégica a profesionales, emprendedores, empresarios e inversionistas que desean establecerse o expandirse en Estados Unidos de forma legal, segura y planificada.
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