El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes la “Take It Down Act”, una nueva ley federal que penaliza la difusión de imágenes sexuales, tanto reales como generadas por inteligencia artificial (IA), sin el consentimiento de la persona afectada. La normativa, impulsada por la primera dama Melania Trump, busca frenar el crecimiento de la “pornografía vengativa” y otros delitos digitales ligados a contenido íntimo.
Con apoyo bipartidista en ambas cámaras del Congreso, la legislación representa un hito en la regulación del contenido sexual no consensuado, en especial aquel manipulado mediante tecnologías de IA como los deepfakes.
“Cualquiera que difunda intencionalmente imágenes explícitas sin el consentimiento de otra persona enfrentará hasta tres años de prisión”, advirtió Trump durante la ceremonia de firma en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca.
REDES SOCIALES: ELIMINARÁN CONTENIDO ÍNTIMO NO AUTORIZADO
Uno de los puntos clave de la nueva legislación es la responsabilidad directa para las plataformas digitales que alojen imágenes íntimas no consensuadas. De acuerdo con la ley, sitios web y redes sociales deberán contar con mecanismos para eliminar este tipo de contenido de forma rápida cuando una víctima lo denuncie. De no hacerlo, podrían enfrentarse a responsabilidad civil.
Este paso representa un giro en la política digital estadounidense, donde hasta ahora sólo algunos estados como California y Florida habían adoptado leyes similares.
EL GOLPE DE LA IA EN LA PRIVACIDAD DE MUJERES Y ADOLESCENTES
La legislación responde al creciente uso de herramientas de IA para crear imágenes y videos hiperrealistas de contenido sexual sin consentimiento. Estos montajes, conocidos como deepfakes, afectan principalmente a mujeres y adolescentes, incluidas figuras públicas como Taylor Swift y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez.
Durante la ceremonia, Melania Trump —en una de sus raras apariciones públicas— destacó la urgencia de proteger a las nuevas generaciones:
“Esta legislación es un paso decisivo para garantizar que todos los estadounidenses, especialmente los jóvenes, puedan sentirse mejor protegidos contra ataques a su imagen o identidad.”
La primera dama estuvo acompañada de varias víctimas, entre ellas una adolescente de Texas que fue objeto de un montaje sexual creado por un compañero de escuela y compartido en Snapchat. El caso, ampliamente cubierto por medios locales, evidenció la impotencia de las víctimas frente a una tecnología que amenaza con dejar secuelas permanentes.
ENTRE LA PROTECCIÓN Y EL RIESGO DE LA CENSURA
Si bien la “Take It Down Act” ha sido recibida como un avance en la lucha contra el acoso digital, también ha generado preocupación entre defensores de derechos civiles. Organizaciones como la Electronic Frontier Foundation han señalado que las definiciones vagas de la ley podrían abrir la puerta a la censura injustificada.
“Proteger a las víctimas es un objetivo legítimo, pero las buenas intenciones no bastan para hacer una buena ley”, advirtió la organización, subrayando la necesidad de garantías para evitar abusos.
¿UN PARTEAGUAS LEGAL EN LA ERA DIGITAL?
Expertos como Renée Cummings, criminóloga especializada en IA en la Universidad de Virginia, han valorado positivamente la medida, pero advierten que su éxito dependerá de su aplicación efectiva y de la capacidad para adaptarse a nuevas amenazas tecnológicas.
“Debemos garantizar que la legislación proteja a la sociedad y castigue a los agresores, sin sofocar la libertad de expresión”, sostuvo Cummings.
Con esta ley, Estados Unidos se coloca entre los primeros países del mundo en abordar de manera directa y federal el uso indebido de inteligencia artificial con fines de acoso sexual y violación de la privacidad.
La “Take It Down Act” marca un precedente crucial en una era donde los límites entre lo real y lo artificial se desdibujan, y la protección de la imagen personal se convierte en un derecho cada vez más difícil de garantizar.N
(Con información de AFP)
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