El thriller es un género que suma adeptos cada año, pues su provocativo estilo, el misterio y los seductores escenarios han hecho que esta literatura no detenga su expansión. Es común ver personas leyendo estos libros en una sala de espera de un aeropuerto, mientras descansan en la playa y hasta en el transporte público. Para este tipo de lecturas hay una escritora que se ha vuelto de las favoritas, y ella es Paula Hawkins.
Sobre su nuevo libro, La hora azul, habla con Newsweek en Español en su visita a Ciudad de México.
En una visita fugaz a América Latina, Paula Hawkins estuvo en la capital mexicana, para luego seguir por Bogotá antes de volver al Reino Unido. Aunque su paso por la ciudad fue breve, logró visitar el Museo Nacional de Antropología, una experiencia que, aunque corta, sumó a su apreciación de la cultura local. “Me hubiera gustado quedarme más tiempo en México porque no he tenido la oportunidad de ver mucho, he venido en varias ocasiones, pero apenas puedo ver por capítulos lo que hay en este país“, confiesa entre risas.
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La autora de La chica del tren no es ajena al cariño del público hispanohablante. “Mis libros siempre han funcionado muy bien en México, España y en los países de habla hispana. La chica del tren (su gran best seller, que alcanzó 23 millones de copias en todo el mundo) tuvo un gran recibimiento en el mundo de habla hispana. Es maravilloso. Es un privilegio poder venir aquí porque no creo que muchos autores británicos tengan la oportunidad de conocer a sus lectores en esta parte del mundo”.
Hija de padres británicos, Hawkins nació y creció en Zimbabue y vivió temporalmente en Sudáfrica, pero radica de planta en el Reino Unido desde 1989. Reconoce que los mercados en África son pequeños. “En Zimbabue ya no se vende tanto, es un mercado muy reducido ahora”, admite respecto a ser profeta en su propia tierra.
LA CANCELACIÓN Y LA SEDUCCIÓN DEL MUNDO DEL ARTE
Su nueva novela, La hora azul (editorial Planeta, 2025), marca una incursión en el mundo del arte contemporáneo, envuelto en misterio, aislamiento y culpa. La historia arranca con un descubrimiento perturbador: un hueso humano incrustado en una instalación artística. Ese hallazgo da lugar a una investigación que no solo expone secretos del pasado, sino que obliga a los personajes a confrontar sus miedos y contradicciones.
En el libro se aborda el miedo de un museo a enfrentar la “cancelación” a partir de una controvertida obra, aunque ella esta cultura o este miedo que persiste en torno a la comunicación de nuestros tiempos lo ve con otros ojos. “Creo que muchas personas tienen miedo de decir algo equivocado en redes sociales, de ser canceladas. Pero a veces el miedo a que eso ocurra es mayor que la probabilidad real de que ocurra”, explica Hawkins.
“En esta historia lo sensato sería enfrentar el hallazgo con honestidad: decir ‘no lo sabíamos, vamos a investigarlo’. Pero la reacción más común es la defensiva, y ahí es donde empiezan los verdaderos problemas”, añade.
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La hora azul plantea la tensión entre arte y ética, y cómo lidiar con obras creadas por artistas moralmente cuestionables. “¿Qué hacemos con el arte de alguien que resulta ser una persona terrible? Es un tema muy personal. No creo que podamos decir simplemente ‘no veamos más a [Paul] Gauguin porque no era buena persona’. Es un asunto muy complejo que no puede resolverse con una sola regla porque cada caso es diferente, y también lo es la reacción de cada lector o espectador”, reflexiona la escritora.
La novela transcurre cinco años después de la pandemia, un periodo que Hawkins incorporó de forma intencionada al diseño de la historia. Uno de los personajes, una doctora retirada, vuelve al ejercicio durante la crisis sanitaria. “Esa pausa forzada que trajo la pandemia me resultó útil como autora. Hay una mujer que muere y deja un legado complicado, pero durante la pandemia, como todo se detuvo, nadie pudo ocuparse de nada. Eso me permitió crear ese espacio de vacío, de suspensión, hasta que todo vuelve a moverse”, relata respecto a su proceso creativo y su manera de potenciar el aislamiento en otro relato.
Pero, más allá del aspecto práctico, Hawkins reconoce que la pandemia puso en primer plano temas como la soledad y el aislamiento, elementos clave en La hora azul. “Estoy escribiendo sobre la soledad, sobre la introspección. Esos temas se volvieron más relevantes que nunca durante la pandemia”.

PAULA HAWKINS Y LA INSPIRACIÓN
Vanessa, uno de los personajes centrales, vive aislada, una condición que resuena con muchos creadores. “Yo misma necesito momentos de soledad para escribir. Hay una especie de quietud que me ayuda. No todos los artistas funcionan igual, pero creo que muchos necesitan esos espacios silenciosos para pensar y decidir qué hacer después”.
Hablando acerca de la inspiración para construir al personaje de Vanessa, Hawkins niega: “No pensé en alguien en concreto. Pero si lees sobre la vida de los artistas, verás que muchos se retiran a lugares remotos. Georgia O’Keeffe lo hizo en Nuevo México. Hay un artista escocés que vivía en un pueblo pesquero muy aislado. Muchos lo hacen, tanto para trabajar como por el entorno natural que los inspira”.
En el libro, el universo del arte es un personaje en sí mismo y está retratado con detalle y misterio. Museos, galerías y técnicas artísticas se entrelazan con una narrativa sensual y provocadora. “El mundo del arte es fascinante. Es misterioso, opaco incluso. No siempre entendemos cómo funciona. Hay secretos, disputas por legados, por la propiedad de las obras, por quién tiene derecho a contar la historia detrás de una pieza”.
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Aunque Hawkins no forma parte del mundo del arte, sí tiene una relación cercana como espectadora y coleccionista ocasional. “He comprado arte en alguna ocasión. Me encanta ir a galerías, visitar museos, asistir a subastas. No fue una investigación académica, fue más bien una investigación por placer. No tengo un vínculo personal con ese mundo, pero conozco gente que trabaja en él y he oído algunas historias”, aclara la autora, aunque en su libro deja ver que no es para nada ajena a la escena cultural.
Uno de los ejes que detonan el misterio de la novela es el uso de materiales orgánicos en el arte, en este caso, una costilla, aunque estas técnicas no son muy usuales en el mundo del arte. “Obviamente he visto obras así. Andrés Serrano es un ejemplo claro, muy polémico, que usó orina con una imagen de Cristo. Los huesos, por ejemplo, han sido utilizados durante siglos: los cráneos son comunes en el arte clásico. No es una idea tan descabellada. Pero hoy somos más cautelosos, con razón. Si aparece un hueso humano y no sabemos de dónde salió, si no hay consentimiento, por supuesto que debe levantar sospechas, así como una investigación detrás de eso”, responde Hawkins provocadoramente.
Para la autora, es menester mantener una tensión ética que alcance al discurso institucional. “Uno de los personajes dice que el Museo Británico está lleno de restos humanos. Y tiene razón. Hoy nos preguntamos por qué están ahí, de dónde vinieron, y con qué derecho fueron expuestos como objetos. No son objetos. Son restos humanos. Esa reflexión es necesaria y muy vigente”.
LA SOMBRA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
El mundo de las letras es uno de los que más ha resentido los pasos que ha avanzado la inteligencia artificial. El desarrollo de argumentos, guiones y hasta canciones ha creado una discusión en cuanto al trabajo creativo y narrativo de los autores. Paula Hawkins afronta esta nueva realidad de forma honesta y sin rodeos:
“Me parece aterrador, pero siento que no hay nada que yo pueda hacer al respecto. Ya está aquí. Existe. Y, como hemos visto, quienes desarrollan estos programas de inteligencia artificial suelen ser personas o corporaciones extremadamente poderosas y ricas”, apunta la escritora.
Aunque reconoce su preocupación, Hawkins admite que no se siente tan vulnerable como podría percibirse una escritora joven. “Si tuviera 21 años y estuviera empezando, me preocuparía mucho más. Al menos yo ya tengo un cuerpo de trabajo creado y seguiré escribiendo. No creo que haya una manera real de luchar contra esto como escritora individual”, responde cómoda.
Sin embargo, conserva la esperanza de que los lectores sigan prefiriendo las historias creadas por seres humanos.
En el ambiente del thriller, tener un villano o un personaje es clave para desenredar la historia, pero ¿podría incorporar a un ente de la IA dentro de su narrativa?
“¡Oh, Dios, no! Tendría que ser mucho más experta en tecnología. Seguro que hay personas que pueden escribir cosas brillantes sobre eso, y de hecho ya hay una tradición dentro de la ciencia ficción que aborda los peligros de la inteligencia artificial. Pero yo no tengo ese tipo de mente”, responde mientras lanza una carcajada.

LAS MUJERES MAYORES EN SU LITERATURA
La historia de La hora azul gira en torno al arte, la obsesión, el deseo y la amistad. Del misterio de una relación que va ocurriendo y es relatada por personajes que posiblemente no serían protagonistas de una serie de una plataforma de streaming.
Uno de los aspectos más novedosos de esta novela es la edad de sus personajes. “Cuando empieza el libro, Grace tiene 60 años. También vemos a Grace y Vanessa más jóvenes porque volvemos al pasado. Becker, en cambio, tiene poco más de 30. Pero sí, las mujeres son un poco mayores esta vez”, detalla Hawkins.
La autora reconoce que la madurez y la psicología de los personajes y sus realidades pueden estar relacionadas directamente con su propia madurez como escritora y como persona.
“Supongo que mis personajes envejecen conmigo. Aun así, soy más joven que Grace”, dice con en tono de sorna. “Me gustó mucho escribir sobre mujeres mayores. A menudo se les subestima, se les ignora. Pueden estar haciendo cosas sorprendentes y nadie lo sospecharía porque ‘es solo una señora mayor’. Me parece un grupo muy interesante del que escribir porque ha sido históricamente invisibilizado”, analiza.
Reafirma que hay muchas historias valiosas en esos personajes que rara vez se retratan: “Estas mujeres han tenido vidas interesantes, tienen pensamientos y cosas que decir y, sin embargo, seguimos sin verlas reflejadas en libros, películas o series tanto como deberíamos”.
EL MARCAJE PERSONAL DE LOS FANS Y LA CRÍTICA
El género del thriller, en el que Hawkins ha cimentado su carrera, viene con ciertas reglas implícitas. “Cuando escribes un thriller, sabes que los lectores esperan ciertas cosas: un cadáver, un misterio, una resolución. Más allá de eso, no creo que debamos preocuparnos demasiado por lo que el lector quiere, porque nunca puedes complacer a todos. No escribirías nada si te detuvieras a pensar demasiado en eso”, por lo que la autora escucha las opiniones, pero las filtra para no perder el objetivo que es escribir.
Aunque reconoce que los lectores tienen opiniones firmes —sobre todo en redes sociales—, no se deja llevar por las críticas. “La gente dice cosas en redes todo el tiempo. No siempre respondo. Si no te gustó, lo siento, pero no puedo hacer nada al respecto. El libro ya está escrito. Tampoco lo cambiaría. No todos van a amar todo lo que haces, ni siquiera con los autores que uno admira”.
La finalidad puede no tener que ver con una recepción de millones de copias, pues para Hawkins cuidar la calidad de su trabajo y narrativa se ha vuelto la prioridad con el tiempo.
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“Eso es lo más importante para mí: que los libros mejoren, que yo mejore como escritora”, explica. “Con esta novela sentí que tenía más tiempo para trabajar el lenguaje, asegurarme de que sonara bien, de que se sintiera real”, menciona la escritora.
La trama, dice, se resolvió con cierta facilidad, algo que no siempre le ocurre: “En los últimos libros tuve muchas dificultades con la trama. Pero con este disfruté mucho poder dedicarme al lenguaje. Creo que es el mejor libro que he escrito hasta ahora, y espero que los lectores estén de acuerdo”.
Aunque no ha escrito los guiones, le ha parecido fascinante ver cómo otros reinterpretan su obra. “Nunca he escrito nada que no sean novelas. Hice periodismo, pero otros han escrito las adaptaciones, e incluso hay una producción teatral”, recuerda entre las facetas de su carrera. “Es bonito ver las interpretaciones de otros —concluye—. Nunca he escrito un guion, aunque me gustaría intentarlo algún día. Ahora mismo no tengo tiempo: tengo que escribir otra novela”.
“LA HORA AZUL”: UNA SINOPSIS…
Tras la muerte de una artista reconocida, su sobrina Vanessa hereda su casa junto con el encargo de catalogar su obra para una retrospectiva. Mientras revisa sus instalaciones, descubre algo escalofriante: un hueso humano incrustado en una de las piezas. El hallazgo pone en marcha una cadena de preguntas que involucra a la comunidad artística, museos y familiares, todos atrapados entre secretos del pasado y dilemas éticos del presente. A medida que Vanessa escarba en la vida y legado de su tía, también se ve obligada a enfrentarse a su propia historia, marcada por el aislamiento, la pérdida y la necesidad de reconciliación. La hora azul es un thriller psicológico que cuestiona los límites del arte, la memoria y la verdad. N