En su más reciente novela, Julia, Sandra Newman se embarca en la ambiciosa tarea de reimaginar la icónica obra de George Orwell, 1984, desde la perspectiva de Julia, recreando el mundo de Orwell y las sutilezas de contar una historia distópica desde la mirada de una mujer.
En entrevista con Newsweek en Español, Newman explicó que no fue un proyecto que ella propusiera. “En realidad, me pidieron que escribiera el libro”, comentó. Bill Hamilton, el representante de los derechos de la obra de Orwell, estaba buscando a alguien que reimaginara 1984 cuando la novela se acercaba al fin de sus derechos de autor. “Es curioso porque durante muchos años varias personas se le habían acercado para proponerle escribir este libro, y siempre decía que no”, relató, señalando que Hamilton siempre ha sido muy protector con el legado de Orwell.
Sin embargo, la oportunidad de entrar en el mundo de Orwell no fue algo que Newman tomara a la ligera. Admiradora de la no ficción de Orwell, Newman recordó cómo su obra la influenció profundamente. “Me formó políticamente en un momento en que apenas comenzaba a ser política”, explicó. La posibilidad de volver a entrar en ese mundo intrincado, cargado de matices políticos y psicológicos, fue tanto surrealista como significativa para ella.
REESCRIBIENDO LO FAMILIAR: UNA VENTANA AL MUNDO DE JULIA, DE SANDRA NEWMAN
Newman se enfrentó al desafío de entretejer la historia de Julia con el universo de 1984. La tarea era delicada: muchos diálogos y escenas permanecen iguales, pero el cambio de perspectiva ofrece una visión renovada, es como revisitar la historia desde el otro lado de la calle. “Leí esas escenas una y otra vez”, recordó Newman sobre su proceso. Describió cómo se sentaba frente a su computadora con una copia de 1984 abierta bajo su laptop, “tecleando todo el diálogo y escribiendo la escena de esa manera”.
“Realmente [la Julia de Orwell] se convierte en un simple recurso narrativo o en una fantasía masculina”, comentó Newman. Reconfigurar al personaje implicaba mostrar la complejidad interna de Julia, algo que, según Newman, había sido pasado por alto. “Ser mujer es estar del otro lado de un espejo unidireccional, donde puedes ver claramente a la otra persona… y ellos solo se miran a sí mismos”.
JULIA: UNA SOBREVIVIENTE, APOLÍTICA
Uno de los aspectos más notables de Julia es cómo el personaje desafía las expectativas. A diferencia de Winston, que está consumido por la ideología política, Julia está más enfocada en sobrevivir. “Es más fiel a lo que a veces las mujeres tienen que hacer para sobrevivir en un mundo controlado por hombres”, reflexionó Newman.
Le parecía fascinante cómo Winston, a pesar de su fervor político, miraba con desdén a Julia por su falta de interés intelectual. “Realmente la desprecia”, comentó Newman, señalando cómo la capacidad de Julia para encontrar felicidad en un mundo tan sombrío era, en realidad, una señal de su genialidad. “Ella es quien puede comprar en el mercado negro, la que siempre tiene buen café y chocolate, mientras él come la basura que el Partido les da”.
2024: VIVIENDO EN EL MUNDO DE ORWELL DESDE LA VISIÓN DE SANDRA NEWMAN
A medida que Newman exploraba el entorno distópico de Oceanía, encontró paralelismos con nuestro mundo actual. “Siento que estamos más cerca de ese mundo ahora que Orwell cuando escribió 1984”, confesó. La omnipresencia de la vigilancia en la sociedad actual le resultaba perturbadora, especialmente el grado en que las personas la han aceptado. “La gente simplemente ha aceptado que serán escuchados todo el tiempo… cuando realmente hay cosas que podríamos hacer al respecto”, dijo, expresando su frustración por la indiferencia generalizada ante los problemas de privacidad.
Newman señaló que Orwell no anticipó completamente lo dispuestos que estarían las personas a aceptar esta vigilancia. “No entendió que podrías hacer que la gente aceptara las telepantallas… porque se disfrazan de entretenimiento y de compañía”, explicó.
UNA MIRADA FEMENINA A LA DISTOPÍA
Uno de los aspectos clave de Julia es cómo la novela presenta un mundo distópico desde una perspectiva femenina. “Winston nunca se preocupa por nadie más que por sí mismo”, observó Newman, señalando que Julia, en contraste, está constantemente pensando en los demás, incluyendo la posibilidad de un embarazo y las mujeres con las que vive. Este enfoque en los demás refleja una diferencia más amplia en cómo hombres y mujeres navegan en las distopías, con las mujeres a menudo teniendo que gestionar capas adicionales de vulnerabilidad y labores de cuidado.
Aunque la falta de poder de las mujeres podría hacerlas menos visibles en un mundo como el de Orwell, Newman también reconoció los peligros adicionales que enfrentan. “Una de las cosas que les venden a las mujeres sobre la vigilancia es que las hace más seguras”, señaló, capturando la complejidad de cómo las mujeres navegan en un mundo de opresión y control.
ACEPTANDO LA NUEVA INTERPRETACIÓN
A pesar del escepticismo inicial de algunos puristas de Orwell, la recepción de Julia ha sido más positiva de lo que Newman esperaba. “Cuando se anunció el libro, antes de que lo escribiera, hubo una reacción muy negativa de algunas personas”, admitió. Sin embargo, una vez que el libro fue publicado, los lectores que aman a Orwell comenzaron a apreciar esta nueva perspectiva. “Está escrito por alguien que realmente respeta a Orwell y no es hostil hacia él”, enfatizó.
Finalmente, Newman ha logrado mantener la voz de Orwell mientras le da a Julia la suya propia. La novela habla con una voz distinta, una que honra el libro original mientras explora nuevas dimensiones. N