El reciente ajuste en los tiempos de cruce de los semáforos en la zona centro de Tijuana, específicamente en las rutas que conectan de este a oeste y viceversa, ha generado atención por sus implicaciones en la movilidad urbana. Este cambio responde a esfuerzos de las autoridades por mejorar el flujo vehicular en una de las áreas más transitadas de la ciudad. Sin embargo, la reducción en los segundos otorgados para el paso de peatones pone sobre la mesa la importancia de priorizar a quienes transitan a pie en una zona reconocida por la alta densidad de usuarios sin automóviles.
Durante un recorrido reciente por la zona, se constató que en algunos cruces los tiempos de cruce para peatones fueron reducidos hasta en 30 segundos, mientras que en otros la disminución fue de 20 segundos. Estos ajustes han provocado una experiencia más apresurada y, en algunos casos, insegura para quienes dependen de la caminata como principal medio de transporte. La disminución de estos tiempos no solo afecta a los peatones habituales, sino también a personas mayores, niños y ciudadanos con movilidad reducida, quienes requieren más tiempo para cruzar de manera segura.
La Zona Centro de Tijuana: Un Eje Crucial para el Comercio Local y la Movilidad Peatonal
La zona centro de Tijuana es un espacio caracterizado por el tránsito constante de residentes, trabajadores y turistas que la recorren a pie, lo que la convierte en un eje crucial para el comercio local y la vida comunitaria. Estas dinámicas hacen evidente la necesidad de garantizar condiciones seguras y accesibles para los peatones. Según expertos en urbanismo, ciudades modernas deben buscar un equilibrio entre el transporte motorizado y el tránsito peatonal, considerando que la movilidad peatonal es esencial para fomentar ciudades inclusivas y sostenibles.
El concepto de derecho a la ciudad, ampliamente discutido en estudios de urbanismo y sociología, enfatiza que los espacios urbanos deben ser accesibles para todas las personas, independientemente de sus medios de transporte. Reducir el tiempo de cruce en una zona donde el automóvil no es el medio predominante podría interpretarse como una medida que prioriza el flujo vehicular sobre las necesidades de la mayoría de los usuarios. Esto no solo afecta la seguridad de los peatones, sino que también puede impactar negativamente la experiencia de quienes trabajan, compran o transitan por el área.
Prioridad Peatonal: Mejorar la Seguridad y la Calidad de Vida en Entornos Urbanos Según la OMS
La Organización Mundial de la Salud ha señalado que los entornos urbanos deben priorizar a los peatones y ciclistas para reducir la contaminación, mejorar la calidad de vida y garantizar espacios más habitables. Además, estudios indican que un tiempo insuficiente en los semáforos aumenta el riesgo de accidentes para los peatones, especialmente para personas mayores o con movilidad reducida, quienes requieren más tiempo para cruzar de manera segura.
En este contexto, ciudades de todo el mundo han adoptado enfoques distintos para abordar este tipo de problemáticas. Ciudades como Bogotá y Barcelona han incrementado los tiempos de cruce en áreas con alta densidad peatonal como parte de sus estrategias para humanizar los espacios públicos. Estos modelos podrían servir como referencia para Tijuana, donde el tráfico vehicular es un reto constante, pero no debería comprometerse la seguridad y accesibilidad de los peatones.
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En la zona centro, el ajuste en los semáforos podría desencadenar una serie de consecuencias no previstas, como una disminución en la actividad comercial y un aumento en la percepción de inseguridad para quienes caminan. Es necesario que las autoridades consideren medidas complementarias que equilibren las necesidades de todos los usuarios, como la instalación de pasos peatonales más visibles, señalizaciones claras y campañas de educación vial.
El futuro de la movilidad en Tijuana depende de un enfoque integral que considere a todas las personas que habitan y transitan por la ciudad. Reconocer la centralidad del peatón no solo refuerza el derecho a la ciudad, sino que también fortalece el tejido social y la identidad de un espacio urbano que, a pesar de sus desafíos, sigue siendo un punto de encuentro vital para sus habitantes. N