“El México que ya no existe se encuentra en Demonios de la culpa“, dice el escritor, diplomático y promotor cultural Enrique Sealtiel Alatriste y Lozano, en entrevista con Newsweek en Español, a propósito de la publicación de su más reciente obra literaria.
Hace 30 años, el escritor Sealtiel Alatriste comenzó a escribir una novela a mano. Era un tiempo donde el también maestro en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, no escribía en computadora. Su historia buscaba retratar un México que ya se estaba yendo, dice. “Era un México donde había crecido, donde me había formado, donde estaba mi familia y y donde habitaban mi gusto por el cine mexicano, una de mis pasiones, y que ahora ya no está”.
Sealtiel Alatriste, siendo hijo de un dibujante de cómics de aquella época, recuerda que aprendió a leer y creció leyendo a Los Supersabios, por ello quería recrear aquellos momentos de su infancia y adolescencia.
Sin embargo, la novela quedó olvidada en un cajón, y no fue sino hasta el inicio de la pandemia por el covid-19 que, al estar escribiendo otro texto, se encontró con el cuaderno donde desarrolló aquella obra abandonada por décadas.
SEALTIEL ALATRISTE DEJÓ PASAR 30 AÑOS ANTES DE RETOMAR “DEMONIOS DE LA CULPA”
“Pensé en transcribirla en la computadora, pero mientras la pasaba me volví a acordar de muchas cosas y entonces se me ocurrió todo lo que no se me había ocurrido antes y sin pensarlo me desbloqueé y comencé a contar la la historia. Se me ocurrió quién sería el narrador, que no es el mismo del inicio de la historia, fue un cambio total. En las novelas, cuando te encuentras con quién va a contar la historia, todo cambia. Se me ocurrió la primera frase y así inició el rumbo de la obra”, dice el autor de Demonios de la culpa.
Sealtiel Alatriste ubicó la novela entre 1949 y 1960 porque, dice, son los años de su infancia y su adolescencia, aunque no se trata de una historia autobiográfica. El objetivo del autor era recuperar los ambientes, por ejemplo, de la colonia Roma, la Merced, donde acompañaba a su madre a realizar las compras, el ambiente de una sastrería donde trabajaba su abuelo y que se convierte, en la novela, en uno de los primeros lugares donde trabajan los personajes de los hermanos Esponda.
“Ya no sé si exista esa sastrería, pero ahí visitaba a mi abuelo, en Isabel La Católica, y comíamos en el restaurante de enfrente. Y todos los tacos y los tepaches que yo tomaba entonces también los consumen los personajes. Para mí personalmente la novela fue recuperado todo eso que para mí fue tan importante. Recuperé ese tiempo”, dice el escritor.
Sealtiel Alatriste nació en la Ciudad de México el 15 de julio de 1949. Estudió Administración de Empresas y Letras Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha sido director de diversas editoriales, entre ellas: Editorial Nueva Imagen, Alianza Editorial Mexicana y Editorial Alfaguara, dentro del Grupo Santillana.
LA TRAMA
Además, fue cónsul general de México en Barcelona y coordinador de Difusión Cultural en la UNAM. Ha colaborado con los periódicos La Jornada, Reforma, y con las Revista de la Universidad de México y la Revista de Occidente. En 1995 obtuvo el Premio Internacional de Novela Planeta-Joaquín Mortiz, por su novela Verdad de amor.
En su más reciente obra, Demonios de la culpa (editorial Alfaguara), los hermanos Esponda —Armando y Raúl— llegan a la Ciudad de México en 1949. Buscan algún tipo de venganza o restitución familiar. Son recibidos con imprevista hospitalidad por su tío Federico, quien goza de una próspera situación económica.
Con Federico viven Josefina y Gladys, hijas de un fallecido socio comercial. Admitidos en el círculo familiar, Armando y Raúl hacen crecer los negocios de La Merced, incursionando en la farmacéutica, bordeando siempre la ilegalidad. Como movidos por hilos invisibles e implacables, los hermanos se casan con las sobrinas adoptivas de su tío.
Al edificio Balmori, donde se mudan las jóvenes parejas, llega el angelino Tomás Pellicer, socio de los Esponda en el tráfico de goma de opio. La atracción entre Gladys y él es irrefrenable y una madrugada se fugan, dejando a Raúl fatalmente agraviado. Con el ardor de la venganza otra vez en los huesos, los hermanos inician un periplo que desembocará en una larga guerra contra la familia Pellicer, no sólo por recuperar a Gladys, sino por el control de las calles de Los Ángeles y el temprano tráfico de drogas.
SEALTIEL ALATRISTE CREÓ UN SOUNDTRACK PARA LA NOVELA
El lenguaje de la novela, dice el autor, es de anécdotas que se cuentan con mucha precisión para que el lector se sienta en medio de aquella Ciudad de México en la que creció, para que quienes lean las páginas de la novela conozcan y aprendan a amar esa ciudad como lo hace Alatriste.
A propósito de cómo la Ciudad de México cambió y hoy imperan los edificios y el pavimento, el escritor Sealtiel Alatriste dice: “En esta ciudad a todos les han pavimentado la vida, por ello esta historia busca recordarles o presentarles una memoria grata de ella”.
El autor guía al lector por distintas calles de la ciudad de aquellos años, teniendo como telón de fondo la historia de lo que se llamó milagro mexicano, años donde se percibieron las costumbres que imperaban en la época, y que ahora se pueden conocer gracias a diversas películas de los años cuarenta y cincuenta.
Sealtiel Alatriste también acompaña el recorrido de Demonios de la culpa con una lista de canciones que comparte con el lector para ponerle aún más ambiente a la historia con danzones, mambos, boleros y baladas. N