Una lombriz parásita usualmente encontrada en serpientes fue retirada “viva y moviéndose” del cerebro de una mujer. Este hallazgo nunca antes se había tenido en los registros médicos, informaron este martes 29 de agosto médicos australianos.
Los médicos especialistas explicaron que tras su sorpresa realizaron una resonancia magnética a una mujer australiana de 64 años después de que comenzara a sufrir lapsos de memoria y notaron una “lesión atípica” en el frente de su cerebro.
LA LOMBRIZ EN EL CEREBRO DE LA MUJER MEDÍA 8 CENTÍMETROS
Era una lombriz de ocho centímetros llamada Ophidascaris robertsi, que según investigadores son parásitos comunes en canguros y pitones diamantina, pero no en humanos. “Este es el primer caso humano de una Ophidascaris en el mundo”, afirmó el experto en enfermedades infecciosas Sanjaya Senanayake.
“Hasta donde sabemos, es también la primera vez que aparece en el cerebro de una especie de mamífero, humano o no”, agregó. Los investigadores creen que la mujer se infectó después de buscar arbustos comestibles cerca de su casa que podrían haber estado contaminados con larvas parasitarias diseminadas en las heces de las serpientes.
“Nunca es fácil o deseable ser el primer paciente del mundo para nada”, indicó Senanayake. “No puedo enfatizar más nuestra admiración por esta mujer que ha mostrado paciencia y coraje en el proceso”, agregó. El caso fue publicado en el diario Emerging Infectious Diseases y Senanayake anticipó que podrían detectarse más casos en otros países.
LA MUJER HABÍA VIAJADO A SUDÁFRICA
El estudio indica que el caso fue de una mujer de 64 años del sureste de Nueva Gales del Sur, Australia. La paciente ingresó en un hospital local a finales de enero de 2021 después de 3 semanas de dolor abdominal y diarrea, seguido de tos seca y sudores nocturnos. Su historial médico incluía diabetes mellitus, hipotiroidismo y depresión. Nació en Inglaterra y había viajado a Sudáfrica, Asia y Europa 30 años antes, y la trataron por neumonía adquirida en la comunidad con doxiciclina y no se había recuperado completamente.
“Una tomografía computarizada (TC) reveló opacidades pulmonares multifocales con cambios en el vidrio esmerilado circundante, así como lesiones hepáticas y esplenicas. El lavado broncoalveolar reveló un 30 por ciento de eosinófilos sin evidencia de neoplasias malignas o microorganismos patógenos, incluidos los helmintos”, indica el estudio.
Las pruebas serológicas fueron negativas para Strongyloides. Los resultados de la detección de enfermedades autoinmunes fueron negativos. El diagnóstico de la paciente fue neumonía eosinofílica de etiología poco clara; comenzó a tomar prednisolona con una mejora sintomática parcial. N