Algunas de las enfermedades pulmonares que pueden incrementarse debido al cambio climático son el asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), rinosinusitis y las infecciones del tracto respiratorio. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) describe el cambio climático como la mayor amenaza para la salud mundial del siglo XXI.
Sin duda, la salud está siendo afectada por los cambios de clima a través de impactos directos como olas de calor, sequías, tormentas fuertes y aumento del nivel del mar. Y también por los impactos indirectos a la salud humana como enfermedades de las vías respiratorias y las transmitidas por vectores, inseguridad alimentaria y del agua, desnutrición y desplazamientos forzados.
El cambio climático exacerba algunas amenazas y crea nuevos desafíos de salud pública. A nivel mundial, la OPS prevé 250,000 muertes adicionales al año en las próximas décadas como resultado de esta variación global. Según un estudio publicado en Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, 3.2 millones de personas mueren al año prematuramente a causa de respirar aire con partículas finas en suspensión, un tamaño de 20 a 30 veces menor que el diámetro de un cabello.
“Las emisiones del uso de energía residencial, como la calefacción y la cocina, predominantes en India y China, tienen el mayor impacto en la mortalidad prematura a escala global, siendo aún más dominantes si se supone que las partículas carbonosas son las más tóxicas”, refiere la investigación bajo el título ‘La contribución de las fuentes de contaminación del aire exterior a la mortalidad prematura a escala mundial‘.
EL CÁNCER DE PULMÓN NO SIEMPRE DERIVA DEL TABACO
De acuerdo con las indagaciones, los gases de efecto invernadero que más se detectan en el medioambiente son el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N20) y el metano (CH4). Por esta razón, las consecuencias del cambio climático influyen en el organismo, específicamente en el cáncer de pulmón. Enfermedad que en México representa un reto importante para la salud pública al ser reconocida como una de las principales causas de muerte.
En 2020 se estimó una incidencia de más de 2 millones de casos de cáncer de pulmón en todos los continentes, y alrededor de 1.8 millones de muertes por esta causa. En México se registraron 7,811 casos nuevos y 6,733 decesos por esta enfermedad. Este padecimiento se origina cuando las células comienzan a reproducirse de manera descontrolada, forman un tumor y se trasladan a otras partes del cuerpo donde comienzan a crecer. Generalmente inicia en las células que envuelven los bronquios o los alvéolos.
Una de las razones que explican su alta mortalidad es su característica asintomática, “silenciosa”, en las etapas tempranas, lo que retrasa su detección. Con base en la información del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) mexicano, aunque la mayoría de los casos están relacionados con el tabaquismo, la exposición al gas radón, al humo de leña. Así como a otros combustibles sólidos resultan factores importantes para el desarrollo de cáncer de pulmón.
“Si bien el tabaco continúa siendo el mayor factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón, se estima que entre el 15 y 18 por ciento de los cánceres de pulmón en la actualidad no están relacionados al cigarro, por lo que bien podrían ser causado por exposiciones ambientales a la contaminación del aire”, comenta Eric Bernicker, oncólogo experto en tórax y piel del Hospital Houston Methodist.
En resumen, las partículas finas en suspensión incrementan el riesgo de mutaciones en los genes EGFR y KRAS. Ambos relacionados con el cáncer de pulmón, según Charles Swanton, del Instituto Francis Crick del Reino Unido. En un estudio destaca que estas mutaciones permanecen “ocultas”, pero empeoran con la edad. La inflamación derivada del aire contaminado acelera el desarrollo de las mismas.
EXPOSICIÓN PRENATAL A CONTAMINANTES DEL AIRE
Uno de los sectores que también está en riesgo ante los contaminantes en el medioambiente es la población infantil. De acuerdo con el sitio de base de datos científicos y médicos ScienceDirect y la revista Environmental Health Perspective, la exposición materna a la mala calidad del aire durante el embarazo se relaciona con efectos adversos en la salud del recién nacido y puede incrementar el riesgo de que un niño nazca con autismo.
“La contaminación del aire contiene varios tóxicos que se han asociado con neurotoxicidad y efectos adversos en el feto en el útero. Las partículas en el aire están cubiertas con diversos contaminantes y se ha descubierto que penetran en el entorno subcelular e inducen estrés oxidativo y daño mitocondrial in vitro”, se lee en el análisis ‘Trastorno del espectro autista y contaminación del aire por partículas antes, durante y después del embarazo‘.
El estudio incluyó la participación de 116,430 mujeres de 25 a 43 años, de las cuales 839 respondieron que sus hijos habían sido diagnosticados con autismo, síndrome de Asperger u otro espectro autista. Lo anterior está sujeto a los PM 2.5, partículas muy pequeñas en el aire que tienen una medida de 2.5 micrómetros.
Aunado a ello, el estudio subraya que en roedores también se ha encontrado partículas contaminantes. Las cuales estimulan la liberación de citocinas inflamatorias sistemáticamente en el cerebro, las cuales alteran el sistema inmunitario neonatal. N