El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha firmado este jueves un decreto para reconvertir formalmente Santa Sofía en una mezquita, poco después de que el principal tribunal administrativo turco anulara el decreto de 1934 que secularizó uno de los principales emblemas de Estambul.
El documento, que sitúa el veredicto del Consejo de Estado como piedra angular de la decisión, revoca finalmente la condición de museo de la antigua basílica, una de las joyas mundiales del arte bizantino. Según la corte, Santa Sofía es propiedad de la Fundación Fatih Sultan Mehmet y había sido registrada para ser utilizada únicamente como mezquita.
La condición de museo fue dada por el expresidente turco y fundador de la República, Mustafá Kemal Ataturk, hace ya 86 años. Tal y como ha resaltado el Consejo de Estado, el Gobierno no tenía entonces poderes para cambiar el estatus religioso de la antigua basílica y secularizarlo.
Así, ha admitido como válidos los argumentos presentados por una asociación que quería anular el decreto por considerar que era ilegal, según ha explicado la agencia de noticias Anatolia. Los musulmanes conservadores han reclamado que este edificio, construido en el siglo VI como basílica ortodoxa y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, vuelva a ser mezquita.
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Este mismo viernes, lo ministros de Finanzas y Justicia, Berat Albayrak y Abdulhamit Gul, respectivamente, han mostrado su deseo por lograr que Santa Sofía vuelva a ser una mezquita y poder abrirla así a todos los musulmanes.
En su cuenta de Twitter, Albayrak ha recordado un poema del poeta turco Necep azil Kisakurek, en el que este aseguraba que “un día, quizá hoy o mañana, Santa Sofía reabrirá sus puertas”.
La reapertura del debate sobre la reconversión del templo resurgió el pasado 29 de mayo cuando se conmemoró el 567º aniversario de la caída del Imperio Bizantino con la lectura de varias frases del Corán en Santa Sofía.
COMPROMISOS CON LA UNESCO
La UNESCO se ha pronunciado este viernes por primera vez sobre la polémica para recordar que Santa Sofía está inscrita en su lista patrimonial como museo y que esto lleva asociado “compromisos y obligaciones”, en la medida en que corresponde a cada Estado determinar que no hay “ninguna modificación” en sus monumentos.
De haberlas, ha explicado la organización, el país debe ponerse en contacto con la UNESCO y, llegado el caso, aceptar un examen del comité que examina estos bienes patrimoniales. En este sentido, ha subrayado que Santa Sofía “tiene un fuerte valor simbólico, histórico y universal”.
La agencia ha explicado que ha compartido todas sus preocupaciones con las autoridades turcas en “varias cartas”, por lo que les ha instado a iniciar un diálogo “antes de adoptar cualquier decisión que pueda afectar al valor universal del lugar”.