Si planeas celebrar Halloween con un maratón de películas de terror, es casi imposible evitar los temas sobrenaturales en esta época del año.
Si bien los psicólogos podrían decir que los monstruos son una expresión de nuestros miedos más profundos y oscuros, las historias de lo sobrenatural tienen orígenes fascinantes, desde esclavos haitianos hasta plantas alucinógenas y trastornos sanguíneos raros.
Zombis
Relatos sobre los muertos vivientes (o espectros) han existido en sociedades de todo el mundo desde hace miles de años. Por ejemplo: Entierros antiguos que revelan las preocupaciones romanas que los cadáveres podrían levantarse de entre los muertos y causarle enfermedades a los vivos.
Pero la versión adoptada por Hollywood parece derivar de las creencias de las comunidades de esclavos que vivieron en las zonas rurales de Haití durante los siglos XVII y XVIII, y que tienen sus raíces en la cultura africana y el vudú.
Amy Wilentz, periodista estadounidense y profesora de inglés en la Universidad de California, escribió en el New York Times que para muchos, el regreso a Lan guinée (que significa Guinea o África Occidental) a través de la muerte, parecía ser la única forma de salir de la miseria y el sometimiento que era la esclavitud.
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Los haitianos creían que los que murieron por suicidio no regresarían a Lan Guinée y en cambio, se verían obligados a vagar por las plantaciones: “muertos y aún esclavos”. En otras palabras, un zombi.
William Seabrook, un novelista y explorador estadounidense, menudo es acreditado como el primero en apropiarse del término zombi para una audiencia blanca de los EU en su novela de 1929, “The Magic Island”, después de lo que él afirmó fue un relato de primera mano de las prácticas vudú haitianas.
Desde entonces, el zombi ha actuado como un sustituto de todos y cada uno de los temores que podrían estar molestando a la psique estadounidense, desde el capitalismo hasta la Guerra Fría y el contagio.
Hombres lobo
Los precursores de los hombres lobo de hoy se pueden ver en la mitología griega y, según algunos historiadores, en la Epopeya de Gilgamesh.
Según Caroline Taylor Stewart, autora del libro “The Origin of the Werewolf Superstition, the belief that humans can transform into an animal (often a wolf)”, “es casi una superstición mundial”, pero su origen “no se ha explicado satisfactoriamente”.
Algunos apuntan a descripciones de hombres de la tribu Neuri, procedentes de la Rusia moderna, que parecían transformarse en lobos, muy probablemente vistiéndose con pieles de éstos. Otros señalan al totemismo: que es la idea de que los humanos tienen un parentesco especial con un animal en particular.
Hay varias explicaciones médicas que algunos estudiosos creen que pudieron haber contribuido al mito, incluida la licantropía, un trastorno mental por el cual el paciente realmente cree que es un lobo.
Otras “explicaciones” médicas incluyen la porfiria (una enfermedad rara que promueve el crecimiento excesivo de vello y un endurecimiento de la piel alrededor de las encías, lo que da como resultado una apariencia similar a un colmillo) y la rabia, que puede transmitirse a los humanos de animales como lobos y perros.
Vampiros
Desde el jiangshi chino hasta el demonio Lilitu en la antigua Babilonia, los espíritus que beben sangre son una figura común en el folclore y el temor de que los muertos puedan regresar y lastimar a los vivos es evidente por el predominio de los llamados “entierros de vampiros”, sepelios que pueden implicar la decapitación o la colocación de objetos pesados como rocas o ladrillos en la boca del cadáver.
La versión occidental de un vampiro, ejemplificada actualmente por el Conde Drácula y Nosferatu pueden tener su origen en criaturas provenientes del folclore de Europa del este como el strigoi rumano.
“El strigoi se ajustó a la imagen popular del vampiro”, escribe J Gordon Melton, profesor de historia religiosa estadounidense en la Universidad de Baylor, en “The Vampire Book: The Encyclopedia of the Undead”.
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“Era un espectro de los difuntos. Tenía poderes para producir fenómenos similares a los de un poltergeist (un fantasma que se manifiesta mediante ruidos, golpes y la creación de desorden). Era visto como caprichoso, travieso y muy debilitante”, dice Melton.
Pero si bien el strigoi consumía “la energía vital” de su víctima, los ataques rara vez eran fatales o implicaban una mordida tal cual y el drenaje de sangre. La interpretación más literal del vampiro puede reflejar un malentendido del vampiro tradicional eslavo, comentó el autor.
El escritor británico y profesor de literatura comparada moderna, Roger Luckhurst, dijo a la BBC que la primera mención del vampiro en el idioma inglés se remonta a los periódicos de la década de 1730, con “reportes desde las afueras de Europa de cuerpos desenterrados y de aspecto hinchado con sangre fresca alrededor de sus bocas”.
Según National Geographic, estos mitos pueden haber surgido de una ignorancia sobre cómo se descomponen los cadáveres. La piel encogida y los fluidos post mortem, que salen de las cavidades faciales, algo natural en el proceso de descomposición, podría parecer como vampírico.
Al igual que con los hombres lobo, también hay varias explicaciones médicas que pueden ayudarnos a comprender de dónde proviene esta creencia, incluida la protoporfiria eritropoyética (EEP), trastorno que puede dificultar la capacidad del cuerpo para producir hemo, una molécula rica en hierro que le da su color rojo a la sangre.
La EEP provoca anemia crónica, causando que los pacientes se vean pálidos y cansados. Además, las personas con esta enfermedad son extremadamente sensibles a la luz, lo que significa que la exposición prolongada a la luz solar puede producir ampollas dolorosas. Probablemente de ahí venga la aversión de un vampiro a la luz del sol.
Brujas
Las brujas -definidas por el Diccionario de Cambridge como “una mujer que se cree tiene poderes mágicos y los usa para dañar o ayudar a otras personas”-, es una descripción razonablemente vaga que se puede encontrar en sociedades de todo el mundo, desde Mangkukulam en Filipinas hasta Kalku en Chile.
Sin embargo, la versión moderna de la bruja, la que usa un sombrero negro puntiagudo, monta una escoba y es personificada por la Malvada bruja del oeste en El mago de Oz, tiene orígenes más específicos en la Europa medieval.
Según David Kroll, profesor de farmacología en la Universidad de Colorado, la escoba en particular tiene un origen muy indecente que involucra plantas alucinógenas.
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Alguien en algún momento, dice Kroll, descubrió que había una forma más rápida y efectiva de absorber las propiedades alucinógenas de las plantas, que simplemente beberlas en una infusión.
“En comparación con comer las plantas o beber sus extractos, las vías de administración axial, rectal y vaginal también pasaban por alto el primer ciclo de metabolismo rápido por parte del hígado (y el malestar intestinal grave)”, escribió Kroll en Forbes.
La consecuencia es que las escobas, o palos, pudieron haber sido utilizados para ayudar en el proceso de absorción. Según Forbes, un informe de primera mano que involucra la investigación a Lady Alice Kyetler en 1324 decía que: “al hurgar en el armario de la señora, encontraron un tubo de pomada, con la que engrasó una vara sobre la que andaba y galopaba superando cualquier dificultad.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek