Las elecciones en los Estados Unidos dan como resultado el mayor número de mujeres elegidas para las dos Cámaras del Congreso en la historia del país.
De acuerdo con EFE, la ocupación femenina será de 113 representantes y senadoras -a comparación de la actual representación que cuenta con 107 mujeres- de las cuales destaca que en su mayoría, han sido personas criticas contra el presidente Trump.
Dicho avance electoral representa también la recuperación del control de la Cámara de Representantes para el partido demócrata.
– Alexandria, la representación de la mujer latina –
Pero los demócratas registraron importantes triunfos.
La estrella Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx hace apenas 29 años, hizo historia al convertirse en la mujer más joven en ser electa al Congreso.
Sharice Davids y Deb Haaland también se destacaron como las primeras mujeres indígenas estadounidenses en la Cámara baja.
En Florida, Donna Shalala se quedó con el escaño de la legendaria republicana Ileana Ros-Lehtinen, primera cubana-estadounidense elegida al Congreso y quien se jubila; y en Virginia, Jennifer Wexton desbancó a la saliente Barbara Comstock.
En el Senado, Bob Menéndez fue reelecto en Nueva Jersey, para alivio de los demócratas, que temían que las acusaciones de corrupción en su contra le costaran el escaño.
– El regreso de Mitt –
Mitt Romney, feroz detractor de Trump en filas republicanas, llegó al Senado por Utah y muchos se preguntan ya si tomará el lugar de John McCain, fallecido en agosto, como una de las voces críticas del mandatario.
Otro habitual opositor de Trump, Bernie Sanders, importante figura de la izquierda en Estados Unidos, fue reelegido sin sorpresas como senador por Vermont.
La elección trajo otras novedades.
Greg Pence, hermano mayor del vicepresidente Mike Pence, ganó un escaño republicano en la Cámara de Representantes.
Ayanna Pressley será la primera mujer negra en representar a Massachusetts en el Congreso, en tanto Ilhan Omar y Rashida Tlaib, serán las primeras musulmanas.
– ¡A votar! –
En todo el país, los votantes formaron filas desde temprano, ávidos de expresarse tras una tensa campaña, enlutada incluso por actos de violencia: el envío de paquetes bomba a opositores de Trump y la masacre en una sinagoga en Pittsburgh, que dejó 11 muertos.
Trump, que inflamó la campaña con su retórica antiinmigrante y nacionalista, parece haber impulsado la afluencia a las urnas.
Rory Mabin, de 34 años, decidió ir a votar en Chicago para generar un contrapeso en el Congreso. “No apruebo cómo este presidente está liderando nuestro país”, dijo.
En Orange County, California, la estudiante de biología Nicky Davidson, de 20 años, pensaba lo contrario. “Trump no es un presidente tradicional, pero no creo que deba ser una razón para no apoyarlo. Hace las cosas de manera diferente, lo cual es algo que necesitamos”.
En comicios donde suele haber alta abstención, 38,4 millones de estadounidenses votaron anticipadamente donde se permitía esta modalidad, un 40% más que en 2014, según Michael McDonald, de la organización US Elections Project.
Las 435 bancas de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 36 gobernaciones estaban en liza junto a numerosos cargos locales y estatales.
(Con información de AFP).