Fox News está destruyendo a Estados Unidos. Sus presentadores
son propagandistas del presidente Donald Trump, carecen de sentido del humor y no
tienen una pizca de dignidad, honestidad, humildad y corazón. Esta red de
noticias por cable es una fuente de la que la desinformación derechista fluye sin
cesar, inunda a la nación con mentiras y hace que millones de personas se
pregunten si Barack Obama nació en Hawái, como él afirma, o en Indonesia,
detrás de una mezquita en la que un grupo de fanáticos planeaban la destrucción
de Estados Unidos y de la Liga Nacional de Futbol Americano.
O bien, Fox News está salvando a Estados Unidos al decir
verdades que no oiremos en CNN ni leeremos en The New York Times, donde
prevalecen las devociones liberales. La cadena habla a nombre de los millones
de estadounidenses olvidados en pequeños pueblos, cuyos periódicos están
llenos, en su mayor parte, de noticias sobre cierres de fábricas, ejecuciones
de hipotecas y obituarios de las víctimas del fentanil y de la desesperación.
Fox News es el baluarte que mantiene a raya la corrección política, el
socialismo y el futbol soccer.
O bien, Fox News representa a Estados Unidos, glorioso y
exasperante, belicoso y fascinante. En una batalla consigo mismo y con fuerzas
externas, Fox News contribuyó a crear la espléndida turbulencia de nuestra vida
cívica y política, y ahora se ve amenazado por ella. Leemos a Alexis de
Tocqueville para comprender a la nación en su infancia. Vemos a Sean Hannity,
comentarista de Fox News, para dar un vistazo a la nación en su crisis de la
madurez que añora con gran tristeza sus glorias pasadas, un tanto desanimada
con respecto a sus males presentes, pero indefectiblemente optimista acerca del
futuro. Por una vez, China y California han sido derrotadas, y este
turbulento siglo pertenecerá a Estados Unidos, como lo hizo el glorioso periodo
antes de él.
“Está por todas partes”, afirma Lauren Duca, columnista
política en Teen Vogue, sobre Fox News (ella es uno de los blancos
favoritos de Tucker Carlson, conductor de Fox). Al igual que muchos progresistas,
acusa a Fox de alimentarse de la “paranoia conservadora” al tiempo que la
alimenta, un bucle de retroalimentación brutalmente eficaz y rentable. Sus
padres ven el canal, me dice. Lo mismo ocurre con mi madre y mi tío,
enganchados desde hace tiempo por su repugnancia hacia los Clinton y su amor
por Israel. Lo sintonizan en el gimnasio de Duca. También lo sintonizan en el
mío. Aquí va una confesión: yo soy el único que sintoniza el televisor en Fox
News. Esto se debe a que, aunque mucho de lo que se dice en Fox News me parece
inaceptable, también encuentro irresistible gran parte de lo que pasan en esa
cadena.
SIN INTERPRETACIONES: El atractivo de Fox para los
estadounidenses de raza blanca que habitan en las zonas rurales es producto de
la Mayoría Silenciosa de Nixon. Su primera estrella fue O’Reilly, y su mayor
admirador (y beneficiario) podría ser el presidente de Estados Unidos. FOTOS: ERIK ISAKSON/GETTY; SCOTT
OLSON/GETTY; HULTON ARCHIVE/GETTY; AMES LEYNSE/CORBIS/GETTY
‘UNA MENTALIDAD VULGAR’
Cuando visitó la joven república estadounidense en 1831, Alexis
de Tocqueville se maravilló ante su floreciente prensa libre. En su nativa
Francia, escribió en su libro La democracia en América:“Casi todo
el poder [de la prensa] se centra en el mismo punto, y es conferido a las
mismas personas”. En Estados Unidos, la prensa estaba, como el país mismo,
totalmente descentralizada y era completamente indisciplinada. El típico
periodista estadounidense tenía “una escasa educación y una mentalidad vulgar”,
escribió, y apelaba “en forma abierta y descarada a las pasiones del populacho;
además, abandona habitualmente los principios de la ciencia política para
atacar los caracteres de las personas, husmear en su vida personal y revelar
todas sus debilidades y errores”.
Más que cualquier otra organización importante de medios de
comunicación en la historia moderna de Estados Unidos, Fox News ha encontrado
la manera de apelar a esas “pasiones del populacho”. La cadena representa una
variante del populismo que el científico social Richard Hofstadter describió en
Anti-Intellectualism
in American Life (El antiintelectualismo en la vida estadounidense), su
estudio clásico sobre la demagogia publicado en 1963. Hofstadter escribió que
el moderno antiintelectualismo estadounidense nació de la erosión de la
sociedad agraria que De Tocqueville observó poco más de un siglo antes. “Como
consecuencia, el corazón de Estados Unidos, que está lleno de personas que
suelen ser fundamentalistas en cuanto a religión, nativistas en cuanto a
prejuicios, aislacionistas en política exterior y conservadores en economía, ha
bullido como una revuelta oculta contra todas esas atormentadoras
manifestaciones de nuestro predicamento moderno”.
Fox News ha logrado convertir esa revuelta oculta en un
teatro a cielo abierto, un cautivador espectáculo de “bombarderos homicidas” y
“élites costeras”, de patriotas que dicen la verdad y traidores políticamente
correctos. Al hacerlo, ha logrado convencer a personas cuyos puntos de vista
podrían haber sido considerados como marginales o extremistas de que, en
realidad, forman parte de una mayoría silenciosa unida por una visión de Estados
Unidos en la que las más profundas fantasías de la derecha son una realidad:
las personas a favor del aborto son encarceladas, los musulmanes son detenidos
y Rosie O’Donnell es deportada a la Antártida.
A Fox News se le acusa con frecuencia de aprovecharse de la
indignación, pero ofrece a sus espectadores algo mucho más valioso: seguridad
en sí mismos. La indignación se fundamenta en la certidumbre, en la convicción
de que el otro no solo está equivocado, sino que lo está de manera flagrante y
ofensiva. Tomemos por ejemplo el cambio climático. Qué monserga, ¿verdad? No si
ves Fox News, donde solo alrededor de una de cada cuatro referencias al
calentamiento global fue verdadera, de acuerdo con un estudio realizado en 2014
por la Unión de Científicos Preocupados.
Y seamos honestos, MSNBC se aprovecha de la indignación con
tanta voracidad como Fox News. Solo que esta lo hizo primero, y lo sigue
haciendo mejor.
ENTENDIDO: Ailes, sentado, el visionario de la televisión que
construyó Fox News, dirigió sus mensajes a un público conservador mientras
trabajaba en las campañas presidenciales de Nixon, Reagan y Bush. FOTO:
CATRINA GENOVESE/WIREIMAGE/GETTY
SESENTA POR CIENTO FALSO
A pesar de lo que dicen sus detractores, Fox News no
convirtió, por sí sola, a Estados Unidos en un conjunto de facciones políticas
en guerra que no pueden ponerse de acuerdo en temas como los impuestos, las
armas o la época en la que los dinosaurios dominaban la Tierra. Muchas personas
señalan 1994 como el año en que comenzó a mostrarse la división, cuando un
Partido Republicano dirigido por el vocero de la Cámara, Newt Gingrich, chocó
con el presidente Bill Clinton con respecto a muchos de los mismos temas que
ahora alientan a la derecha: el matrimonio entre personas del mismo sexo, el
aborto, la asistencia social. Fox News ha participado en esa polarización,
ofreciéndose como un refugio contra los proyectiles de indignantes mentiras,
arrojados por los medios de comunicación convencionales. Bill O’Reilly, el
primer astro del horario estelar de la cadena, invitaba a los televidentes a
una “zona sin sesgos”. A diferencia de los somnolientos presentadores de
noticias de NBC o CBS, él presentaba su interpretación de las noticias con una
irresistible pasión. Todo lo indignaba. Un hombre con tanta pasión debía estar
diciendo la verdad.
CNN y MSNBC tardaron mucho tiempo en ponerse al nivel de este
cambio en contra de la aburrida objetividad. Y a pesar de algunos aumentos
recientes en sus índices de audiencia, en realidad nunca han logrado estar en
el mismo nivel. Habrían deseado engendrar la misma ferocidad de sentimientos,
la misma fidelidad en sus televidentes. Pero no pueden hacerlo debido a que son
simples cadenas de noticias por cable. Fox News no es una cadena; es una visión
del mundo.
Esa visión del mundo es compartida por Donald Trump quien,
según se informa, ve Fox News durante varias horas cada día. Nunca ha habido
una relación tan cercana entre un presidente en funciones y una organización
estadounidense de medios de comunicación. Trump y Rupert Murdoch, presidente de
21st Century Fox, la empresa matriz de la cadena, son amigos que hablan
periódicamente. Murdoch le ha ofrecido al presidente consejos sobre estrategia
en los medios; en marzo pasado, Trump despidió a Preet Bharara, fiscal del
Distrito Sur de Nueva York, que realizaba una investigación federal sobre la
forma en que Fox News manejaba las acusaciones de delitos sexuales.
Mark Knoller, de CBS, encontró que, desde que se convirtió en
presidente, Trump ha concedido 20 entrevistas a Fox News, 18 a las demás
organizaciones noticiosas principales de Estados Unidos, y ninguna a CNN. ¿Y
por qué habría de hacerlo? ¿Solo para que Jake Tapper le reviente las pelotas
otra vez? Alguna vez, Trump necesitó a CNN, pero esto ya no es así. Ahora
utiliza su púlpito de intimidación para burlarse de la supuestamente
“fracasada” cadena (también podría utilizar al Departamento de Justicia para
bloquear una fusión entre AT&T y Time Warner, la empresa matriz de CNN).
Una de las entrevistas más recientes de Trump con Fox News la
realizó Lou Dobbs, cuyo programa sale en la Cadena Fox Business. Dobbs estuvo
alguna vez en CNN, sin embargo, sus puntos de vista sobre la inmigración se
volvieron un tanto extremistas. Así que ahora es un hombre de Murdoch. Dobbs
comenzó la entrevista con un empalagoso elogio: “Usted ha logrado mucho”.
Trump dijo que veía el programa de Dobbs “casi todo el
tiempo”, y que, aunque el periodismo estaba repleto de noticias falsas, un
término que, según declaró falsamente a Dobbs, él había inventado, Fox News
siempre había sido característicamente justo con él. Trump también insistió en
que Dobbs le dijera quién debería ser nombrado como próximo presidente de la
Reserva Federal.
Dobbs sonrió con autosuficiencia durante toda la entrevista,
complacido con el presidente y con él mismo. Dijo que, aunque algunos miembros
de “la izquierda” (en la terminología de Fox News, solo existen los leales a
Trump y “la izquierda”) despreciaban a Trump, él era “uno de los presidentes
más amados y respetados” en la historia de Estados Unidos. Las encuestas
indican que esto no es ni remotamente cierto. Seguramente, Dobbs lo sabe, y
seguramente, tampoco le importa. De acuerdo con un análisis realizado en 2015
por PunditFact, 61 por ciento de lo que se dice en la cadena noticiosa es o una
tergiversación parcial o una mentira descarada.
Aunque Trump y Fox News libran muchas de las mismas batallas,
no están en la misma trinchera. Ni siquiera el hombre con acceso a los códigos
nucleares ha podido salvar a la cadena de una ola reciente de demandas de alto
perfil sobre acoso sexual y discriminación racial, las cuales, según informes,
han socavado los ánimos, ni tampoco de una intensa batalla por los niveles de
audiencia con CNN y MSNBC, de un público bien entrado en la senectud, como lo
indican los anuncios nocturnos de oro, pelucas y seguros de vida, y los temores
de que cuando Murdoch entregue el control a sus hijos, Lachlan y James, estos
eliminarán todo aquello que ha distinguido a Fox News de sus competidores y
harán que se vuelva fenomenalmente rentable. “Todas las organizaciones de
negocios enfrentan nuevos desafíos debido a Trump”, dice Erik Wemple, crítico
de medios de comunicación de The Washington Post. “Simplemente
ocurre que los nuevos desafíos de Fox News son potencialmente catastróficos”.
LAS CABEZAS
PARLANTES DE FOX: Wallace; Ainsley Earhardt, Brian Kilmeade y Steve Doocy,
conductores de Fox and Friends; y Williams. FOTOS: MAURY
PHILLIPS/WIREIMAGE/GETTY; DREW ANGERER/GETTY; PAUL MORIGI/GETTY
PRIMAVERA PARA NIXON
Cuando Rupert Murdoch anunció la nueva cadena televisiva que,
con el tiempo, sería conocida como Fox News, en 1996, Bill Carter, el crítico
de televisión de The New York Times, no se mostró impresionado. “Sin un nombre y
sin ningún plan formal de distribución —escribió—, el canal prometido inspiró
amplias dudas entre competidores y analistas de la industria de la televisión
por cable sobre su supervivencia a largo plazo”. Sin embargo, añadió, Murdoch
tenía un formidable activo: Roger Ailes. Durante casi tres décadas, Ailes ha
permanecido en la emocionante y peligrosa intersección en la que la televisión
y la política se unen. Durante la campaña presidencial de 1968, trabajó para
Richard Nixon, ayudando al candidato a comprender el medio que había ayudado a
John F. Kennedy a derrotarlo ocho años antes. En una entrevista con U. S.
News & World Report dos años después de que Nixon derrotara a
Hubert Humphrey en 1968, se le preguntó a Ailes si los expertos de la
televisión podían crear imágenes desorientadoramente favorables de los
políticos que carecían de cualificaciones para ocupar el más alto cargo de la
nación. “La televisión no tiene un control de esa magnitud”, dijo Ailes. “Aún
si tratáramos de sacar algo de la nada, no podríamos salirnos con la nuestra”.
Aquello fue un poquitín insincero. En un memorando no
firmado, redactado en 1970 y descubierto por Gawker en 2011, titulado “Un plan
para poner al Partido Republicano en las noticias televisivas”, un funcionario
anónimo del gobierno de Nixon describe a Fox News 26 años antes del nacimiento
de la cadena: “Actualmente, las noticias televisivas son vistas con mayor
frecuencia que lo que la gente lee los periódicos, escucha la radio, lee u obtiene
cualquier otra forma de comunicación”, se afirma en el memorando de 15 páginas.
“La razón: las personas son perezosas. Con la televisión, uno simplemente se
sienta-mira-escucha. Otros piensan por nosotros”. Eso dio a la Casa Blanca la
oportunidad de “proporcionar actualidades de noticias importantes, grabadas en
video y favorables al gobierno, a las principales ciudades de Estados Unidos”.
Hay un comentario de Ailes al margen: “Básicamente, es una excelente idea”.
La primera incursión de Ailes en los programas de noticias
por cable ocurrió en 1974. TVN (Television News Inc.) había sido puesta en
marcha el año anterior por el magnate cervecero conservador Joseph Coors. Solo
duró un año más. Ailes volvió a la política, trabajando en campañas para Ronald
Reagan y George H. W. Bush, a quien le decía que lucía como “un jodido maricón”
cuando vestía camisas de manga corta. En la campaña de 1988, Ailes trabajó con
Lee Atwater, el estratega del Partido Republicano que perfeccionó la política
de la queja, que desde entonces ha funcionado tan bien para los republicanos.
Tras la victoria de Bush, Ailes volvió a la televisión. En
1994, siendo el ejecutivo principal de CNBC, lanzó America’s Talking, una
cadena basada principalmente en entrevistas, entre cuyos conductores se
hallaban Steve Doocy, que actualmente aparece en Fox & Friends; Chris
Matthews, que puede verse en estos días reaccionando violentamente en MSNBC, y
Ailes, que conducía un programa llamado Straight Forward. En ocasiones, en Straight
Forward aparecía un conductor invitado, un despiadado originario de
Long Island que trabajaba regularmente en el programa Inside Edition. Su nombre
era Bill O’Reilly. Al igual que TVN, America’s Talking duró alrededor de
dos años. Dejó de salir al aire el 15 de julio de 1996. Dos semanas después, The
New York Times informó que Murdoch había contratado a Ailes.
Fox News conjuga los profundos resentimientos y la paranoia
de Nixon con las sensibilidades de tabloide de Murdoch. El primer elemento
explica su evidente atractivo para la mayoría silenciosa, una frase que Nixon
utilizó en 1969 para referirse a las personas de raza blanca y de clase
trabajadora que se sentían consternadas por los Panteras Negras, los activistas
de los campus universitarios y los chiflados melenudos de Haight-Ashbury. Fox
News manifiesta una consternación similar ante grupos similares, solo que, en
lugar del decididamente poco fotogénico Nixon, aquí tenemos a un ejército de
rubias de hermosas piernas y tipos que usan corbatas que denotan poder y que lucen
como si ellos mismos cazaran los filetes que se comen en el almuerzo. Ailes
creó un universo alternativo en el que Nixon seguía siendo presidente, y
siempre lo sería.
MÁS CABEZAS: Hannity, al aire con Corey Lewandowski, el exdirector
de campaña de Trump, y haciendo un poco de autopromoción en la última
convención republicana. FOTOS:
JOHN LAMPARSKI/GETTY; BENJAMIN LOWY/GETTY
‘FLACUCHO DEL GUETO ADICTO AL CRACK’
Fox News, al igual que Nixon, tiene una complicada relación
con la verdad. Nixon dijo la verdad muchas veces; simplemente mintió sobre un
robo ocurrido en cierto complejo de oficinas de Washington. Fox News, a ese
respecto, es como un trozo de queso con moho en el exterior y con un interior
más comestible de programas noticiosos directos como Happening Now y Special
Report With Bret Baier. A las 15:00 horas podemos encontrar a Shepard
Smith denunciando los tuits de Trump o defendiendo a periodistas. También está
Neil Cavuto, quien puede aligerar los sucesos del día con una canción de Joe
Piscopo, el artista y, en ocasiones, experto conservador. Este grupo de no
ideólogos al aire está dirigido por Chris Wallace, hijo de Mike Wallace, el
legendario anfitrión de 60 Minutes, que con su voz
encantadoramente nasal frecuentemente hace todo lo posible para alejar a la
cadena de los extremos políticos. “Cada vez que Chris Wallace dice la verdad en
Fox
& Friends, es un momento importante para los conservadores de
Estados Unidos”, señala Brian Stelter, crítico de medios de comunicación de CNN
y conductor de Reliable Sources, un programa de reseña de la prensa de los
domingos por la mañana.
Wallace también conduce un programa de entrevistas, Fox
News Sunday, pero lo más probable es que Stelter se refiera a momentos como
aquel ocurrido en junio, cuando Wallace vilipendió a Pete Hegseth, de Fox
& Friends, por decir que la investigación sobre la intromisión de
Rusia en la elección del año pasado era “una hamburguesa sin relleno”. O el
momento ocurrido en la primavera de 2008 cuando atacó a Brian Kilmeade, de Fox
& Friends, diciendo: “Dos horas de ataques a Obama son
suficientes”.
“No creo que [Fox] sea un canal de televisión estatal”, dice
Joe Concha, reportero de medios de comunicación en The Hill e invitado
frecuente en la cadena. “Escucho muchas opiniones distintas sobre el mismo
tema”.
El mejor ejemplo de esto es un extracto publicado el verano
pasado de un monólogo pronunciado por Eboni K. Williams, colaboradora de Fox
News. El lunes que siguió al sangriento fin de semana en Charlottesville,
Virginia, Williams acababa de despertar en su apartamento de Harlem. En el otro
extremo de Central Park, en el centro de Manhattan, los miembros de Fox
& Friends se encontraban muy atareados elogiando a Trump por su
claridad moral sobre la raza en Estados Unidos. El productor Rob Monaco había
llamado para ver si Williams quería grabar su segmento de “Eboni’s Docket” en
el programa vespertino The Fox News Specialists (fue
cancelado a principios de septiembre, pero Williams sigue siendo colaboradora
de la cadena). Williams, que estudió derecho, utiliza el segmento “Eboni’s
Docket” para hablar de temas legales. Le dijo a Monaco que no tenían nada en
mente, pero una hora después le devolvió la llamada y dijo que deseaba grabar
un segmento acerca de Charlottesville.
Para entonces, muchas personas ya habían denunciado la
reacción de Trump ante los sucesos de Charlottesville. Casi ninguna de esas
denuncias se volvió viral como lo hizo el segmento de “Eboni’s Docket” de aquel
día. Dicho segmento fue un testimonio de lo que Fox News puede llegar a ser
cuando no está demasiado ocupada alimentando temores sobre los sanitarios para uno
u otro sexo. Le dio a una joven mujer afroestadounidense, criada por una madre
soltera, la plataforma para criticar a un presidente en funciones, conocido por
su cercanía con las figuras más poderosas de la cadena. No lo es todo, pero
significa mucho.
“Estaba dispuesta a darle el beneficio de la duda”, dijo
Williams, mirando a la cámara. “Ya no puedo hacerlo, señor presidente. No más
beneficio, solo duda”. Esperaba que el presidente se dirigiera a los jóvenes
descarriados que habían caído sobre Charlottesville. “Le pido que aborde la
ira, que aborde los miedos fuera de lugar de esas personas”. Concluyó con una
petición: “Hágales saber que esto es Estados Unidos, tierra de oportunidades, y
que hay suficiente para todos”.
Conocí a Williams poco después de que ella estuvo en Nueva
Orleans para una reunión de la Asociación Nacional de Periodistas de Raza
Negra. En ella se había visto obligada a defender su trabajo en Fox News. Esto
es algo que debe hacer con frecuencia, y por una buena razón: los
afroestadounidenses constituyen únicamente el 1 por ciento del público de Fox
News, lo que refleja la creencia de que dicha cadena es, en gran medida, para
personas de raza blanca, y que incluso alguien como Williams, que aparentemente
es una aliada, está ahí únicamente para dar la apariencia de diversidad.
Quizá los afroestadounidenses recuerden cuando O’Reilly atacó
al rapero Common (“un tipo que simpatiza con un asesino de policías”) o la vez
en la que insultó al rapero Ludacris (“un matón”), o cuando criticó a la representante
Maxine Waters (“peluca de James Brown”). También hubo una ocasión en la que
Jesse Watters, un protegido de O’Reilly, fue acusado de racismo por un segmento
transmitido en 2016 en el que usó los más burdos estereotipos (“¿Se supone que
debo inclinarme para saludar?” y “¿Ustedes saben karate?”) Para mostrar a los
residentes del Barrio Chino de Nueva York como personas que ignoran la política
estadounidense y que, en realidad, no son totalmente estadounidenses. Pero no
fue él quien llamó a Obama “un flacucho del gueto adicto al crack”. Ese fue
Brent Bozell, el celoso defensor de los valores familiares, hablando para Fox
News en 2011.
Williams considera a O’Reilly su “rabino”. A pesar de la
larga historia de delitos sexuales de este último, Williams afirma que nunca lo
ha visto ejercer ninguna conducta inadecuada. También piensa que la mayoría de
los ataques contra Fox News son hipócritas. “Si miramos el panorama de las
noticias por cable, y deseamos señalar a una mujer de raza negra que conduzca
un programa, veremos que no existen en las demás cadenas. CNN no tiene a
ninguna mujer de raza negra”, dice Williams. Fox News tiene dos: Williams y
Harris Faulkner, de Outnumbered, en el que aparecen principalmente conductoras
de sexo femenino.
Williams ayudó recientemente a Gianno Caldwell, un consultor
político afroestadounidense de tendencias derechistas, a ser contratado como
colaborador de Fox News. Williams afirma que la diversidad de Fox News no es
puramente cosmética. Ella recibe correos electrónicos de autodenominados
republicanos de extrema derecha que le dicen que les ha hecho reconsiderar su
postura ante el movimiento Black Lives Matter.
Sin embargo, también ha recibido amenazas de muerte, en
particular después de Charlottesville. Hannity acudió en su defensa. “El hecho
de que las personas no puedan aceptar las diferencias es una desgracia
nacional”, escribió en un tuit. En una época de ironías políticas, el hecho de
que Hannity haya pronunciado un sermón sobre la civilidad pudo haber superado
incluso las elegías escritas por algún multimillonario sobre la clase
trabajadora.
¿HEREDEROS DESTINADOS A LA GRANDEZA? Rupert Murdoch,
flanqueado por sus hijos James (derecha) y Lachlan. Hay rumores de que los
hijos del magnate se sienten incómodos con el tono de los programas estelares
de Fox News, pero aun si esto fuera cierto, ¿se atreverán a meterse con un
enorme generador de rentabilidad cuando dirijan el negocio? FOTO: KARWAI TANG/WIREIMAGE/GETTY
¿DONALD? ¡EL PATO!
En su estudio publicado en 2015 sobre el efecto de Fox News
en la política estadounidense, Bruce Bartlett, asesor de Reagan y George H. W.
Bush, admitió que, al igual que muchos conservadores, dio la bienvenida a Fox
News en medio de un panorama mediático abrumadoramente liberal. “Finalmente,
los conservadores ya no tienen que buscar fragmentos de noticias que sean
favorables a sus puntos de vista en publicaciones liberales o en pequeñas
revistas y boletines —escribió Bartlett—. Como alguien que muere de sed en el
desierto, los conservadores bebieron abundantemente de las aguas de Fox”.
Pero esas aguas estaban contaminadas. Bartlett afirma que los
ataques terroristas del 11/9 “radicalizaron” a la cadena, dotándola de un sesgo
antimusulmán que mantiene hasta hoy. Sin embargo, la elección de Obama pudo
haber sido lo mejor que le haya sucedido a la cadena, pues le permitió
desempeñar el papel del marginal atribulado, el desvalido que arremete contra
una élite global lista a la que no le importan nada los mineros desempleados de
Virginia del Oeste. Obama era articulado, sofisticado, racional, reflexivo. Fox
News no era nada de eso. Pero era estadounidense, a diferencia del nuevo
presidente (¿verdad?). Trump comenzó a aparecer en la cadena, promoviendo su
investigación sobre el certificado de nacimiento de Obama, presuntamente falso.
En una encuesta realizada en 2010 se encontró que 31 por ciento del público de
Fox News no creía que Obama hubiera nacido en Estados Unidos.
Rick Wilson, estratega republicano de alto nivel, culpa a Fox
News de la disolución del conservadurismo con principios, que constituía el
núcleo de su partido. “Conforme el país ha involucionando hacia una serie de
silos ideológicos cada vez más herméticos, Fox ha apaciguado constantemente a
las bases del Partido Republicano, diciéndoles que no dejan de ser
conservadoras por haber apoyado a Trump, aunque él es un estadista autoritario
con un deficiente control de sus impulsos y que no tienen ni un solo hueso
conservador en todo su cuerpo”, afirma. “Les ha costado miles de millones de
dólares y ha hecho que el Partido Republicano pierda su alma”.
Charles Sykes, apóstata del Partido Republicano y autor del
reciente libro How the Right Lost Its Mind (Cómo la derecha perdió la cabeza),
dijo a Politico: “Los espectadores pro-Trump quieren un espacio
seguro… Quieren un medio confiable que defienda al presidente y que ataque a
sus críticos y, aparentemente, Fox ha decidido que eso es lo que les dará”.
Sin embargo, aunque actualmente se identifica a la cadena con
la elección de Trump y con el impulso a su presidencia de la misma forma en que
se identifica a Yoko Ono con la separación de los Beatles, Fox News no apoyó a
Trump sino hasta la realización de la elección primaria republicana. “Durante
la elección, parecía que Fox News se mantenía alejada de Trump, al menos al
principio”, afirma Joe Muto, antiguo productor asociado de O’Reilly que hizo
grandes revelaciones sobre su trabajo en Fox News en una serie de publicaciones
de Gawker, realizadas en 2012. Concha, de The Hill, está de acuerdo. “Drudge
tuvo más que ver con la elección de Donald Trump como presidente”, afirma,
refiriéndose al Drudge Report, un centro de intercambio de información de
noticias conservadoras que, en medio de la elección, registró 1,470 millones de
visitas mensuales. A esos visitantes se les ofreció todo un desfile de
calumnias contra Hillary Clinton.
Concha también señala que CNN le concedió a Trump una
cobertura desproporcionada en los importantes primeros días de su campaña,
cuando era más fácil desestimarlo como un ardid publicitario. En la época de la
elección primaria, 78 por ciento de la cobertura de CNN de los candidatos
republicanos se centró en Trump, según el Media Research Center; el
exgobernador de Florida Jeb Bush estaba en segundo lugar, con un anémico 12 por
ciento. Tras ser despedido por Trump en junio de 2016, el director de campaña
Corey Lewandowski encontró rápidamente un hogar en CNN como colaborador a
sueldo, donde defendió a Trump con rabiosa lealtad. Varios meses después, se reveló
que Lewandowski seguía estando en la nómina de Trump.
Echar toda la culpa de Trump a Fox News le quita
responsabilidad al resto de los medios. Les Moonves, jefe de CBS, lo dice de
mejor manera: “Quizá no sea bueno para Estados Unidos”, dijo acerca de la
postulación de Trump a la presidencia, “pero es tremendamente bueno para CBS”.
CÓLERA POR TODAS PARTES: La exconductora de Fox Megyn Kelly
provocó un tuit sexista por parte de Trump en respuesta al severo
cuestionamiento sobre el tratamiento hacia las mujeres del presidente, durante
un debate en la elección primaria republicana. FOTOS: JAAP ARRIENS/NURPHOTO/GETTY; ERIC
LIEBOWITZ/FOX/GETTY
¿CACERÍA DE BRUJAS?
Trump ha sido criticado por demócratas y republicanos por
decir que “muchas facciones” tuvieron la culpa de la violencia ocurrida en
Charlottesville y que costó la vida a tres personas. Sin embargo, si tú fueras
uno de los 1.6 millones de estadounidenses que sintonizaron Fox
& Friends esa mañana, no tendrías ni idea de que el presidente está
siendo asediado una vez más.
Fox & Friends, el programa matutino más visto de todo
Estados Unidos, comenzó la emisión de aquel día como siempre lo hace, con una
mujer atractiva vistiendo una falda corta y brillante, en este caso, Abby
Huntsman, hija del exgobernador de Utah Jon Huntsman, sentada en un sillón
entre dos hombres genéricamente atractivos que llevaban trajes conservadores y
corbatas de colores primarios (Doocy y Hegseth). No hubo indignación en Fox
& Friends, ni tampoco el tipo de desesperación que habrías
encontrado en Morning Joe, el programa más representativo de MSNBC, en el que
el colaborador Donny Deutsch, un ejecutivo publicitario, atacaba a Trump
calificándolo como un “hombrecillo patético y llorón”.
Aquella mañana, el estado de ánimo en Fox & Friends era de
un optimismo levemente perturbado mientras Doocy leía una declaración de la
Casa Blanca que tuvo que ser publicada el domingo debido a que la declaración
que el presidente realizó el sábado no condenaba con suficiente fuerza a los
supremacistas blancos. Hannity es el corazón oscuro de la cadena, pero Fox
& Friends es la brillante sonrisa que Fox News ofrece al mundo. Y
logra mantener esa sonrisa durante cinco horas completas.
Aquel lunes de agosto se presentó después un segmento con
Carol Swain, una catedrática afroestadounidense de Vanderbilt, que culpó de lo
ocurrido en Charlottesville a “la política de identidades y el
multiculturalismo”. Instó a la restauración de la “identidad nacional de
Estados Unidos”, sin explicar cómo define esto último.
Más recientemente, se produjo lo que Duca, de Teen
Vogue, denomina “el incidente de la hamburguesa con queso”. La mañana
de finales de octubre en la que el fiscal especial Robert Mueller presentó sus
primeras acusaciones sobre la colusión de la campaña de Trump con Rusia, Fox
& Friends decidió investigar las diferencias en el emoji de la
hamburguesa con queso. Fox News es genial en este tipo de desviación de la
atención, al alejar a los espectadores de aquellas noticias que no encajen en
su programa político. “Nosotros informamos. Usted decide”, es el lema de Fox
News, pero es imposible obtener cualquier opinión creíble sobre la
investigación de Mueller si es que se habla de ella de pasada, y se descarta
como una “cacería de brujas”. Y luego, se vuelve al tema del emoji de la
hamburguesa con queso, a la guerra contra la Navidad, la guerra contra los
policías…
El verdadero amo de esta desviación de la atención es
Hannity, que recientemente entró en el codiciado espacio de O’Reilly a las 21:00
horas. Hasta principios de noviembre, Hannity había dedicado varios monólogos a
los Clinton, “la familia más corrupta de Estados Unidos” (16 de noviembre); a
la “implacable maquinaria política que eliminó a todos” y que había impedido
que Hillary Clinton se convirtiera en presidenta (3 de noviembre), a la venta
de uranio a Rusia y a los “dolorosos pasos que Clinton, como secretaria de
Estado, dio junto a Obama para “cubrirlo todo”.
El acuerdo relacionado con Uranium One, una empresa minera
canadiense, fue cubierto en la primera plana de The New York Times en
2015, pero cada noche, Hannity trata esa transacción completamente legal como
si fuera un nuevo Watergate. También están los servidores de correo electrónico
de Hillary. A Hannity le encanta hablar de eso servidores. También hubo discos
duros lavados con BleachBit, un producto que menciona tan frecuentemente que me
he llegado a convencer de que él es un vocero a sueldo de la marca.
Hannity es actualmente el líder en horario estelar de los índices
de audiencia de las noticias por cable. En segundo lugar se encuentra su colega
Tucker Carlson. A diferencia de Hannity, quien no da cabida a personas que no
estén de acudo con él, Carlson se presenta a sí mismo como un conservador
considerado y con principios, lo cual podría ser una de las razones por las que
ha recibido cierta cobertura favorable en los medios de comunicación
convencionales. Por ejemplo, a principios de este año, Peter Beinart, de The
Atlantic, declaró que Carlson “ofrecía un vistazo a cómo sería Fox News
como una cadena intelectualmente interesante”. Varios días después, Carlson
dedicó un largo segmento a la forma en que varios integrantes de la etnia Roma,
que habían llegado recientemente a Estados Unidos, habían defecado en un
parque.
“Tucker Carlson es lo que ocurre cuando dejas a William F.
Buckley Jr. en el horno de microondas durante demasiado tiempo”, dice Duca, de Teen
Vogue, refiriéndose al fundador del National Review, que fue
la encarnación del conservadurismo convencional. Carlson tiene una especie de
obsesión con Duca, probablemente porque ella lo superó en su programa en
diciembre pasado. Ella se volvió famosa debido a un ensayo sobre “la
manipulación psicológica” de Estados Unidos por parte de Trump, y Carlson la
introdujo en la cadena para convertirla en “otra oveja enviada al matadero”,
según las palabras de ella. Sin embargo, aunque Carlson usualmente es capaz de
someter a sus invitados liberales mediante la burla y el enojo, Duca resultó
ser más inteligente, ingeniosa y ágil que Carlson. Esta es una excepción, como
bien lo sabe Duca. YouTube está lleno de videos en los que Carlson “destruye” a
algún enemigo, entre ellos, el feminista Jim Acosta, de CNN, “el catedrático
amante de los antifascistas”, “alguien que odia la Primera Enmienda”, “un tonto
demócrata”, un “racista rabioso de Black Lives Matter”, Lena Dunham, la
“apologista del aborto” Dawn Laguens, vicepresidente de Planned Parenthood,
“una imbécil ‘millennial’ activista contra el cambio climático”, etcétera, pero
sin limitarse a ellos.
Usualmente, no es tan destructor como humillante. Por ejemplo,
la “imbécil” activista contra el cambio climático es la militante californiana
Erin Schrode. Cuando ella comenzó a expresar su preocupación acerca de Scott
Pruitt, el presunto nominado de Trump para dirigir la Agencia de Protección
Ambiental, Carlson la desestimó. “No parece que sepas demasiado acerca de
esto”, le dijo. Schrode enumeró tranquilamente las formas en que Pruitt, siendo
fiscal general de Oklahoma, intentó sofocar las regulaciones federales a favor
de las empresas de energía. En respuesta, Carlson señaló que ella había
estudiado artes liberales en la Universidad de Nueva York. “¿Tienes algún grado
en ciencias exactas?”, preguntó.
Carlson no debatió con Schrode, sino que la denigró y la
desestimó. El objetivo no era mostrar que ella se equivocaba, sino mostrar que
era una tonta, como cualquier otra persona que crea en la regulación ambiental.
Lo que hizo fue trolear. Por supuesto, el troleo a la izquierda ha sido el
mayor logro del presidente Trump. De hecho, podría ser el principio que define
al trumpismo.
ROJO, BLANCO Y GRIS
Cuando la cadena noticiosa fue lanzada hace 21 años, los
medios de comunicación de derecha se componían básicamente del programa de
radio de Rush Limbaugh y del National Review. Lo que hace dos
décadas no era más que un matorral, actualmente es una abundante jungla que
incluye elementos que van desde The Daily Caller y Breitbart
News hasta la Red One America News e Infowars.
Estos medios son mucho más pequeños que Fox News, pero redujeron el alcance de
la cadena, particularmente entre los jóvenes. El espectador promedio de Fox
News es un varón de raza blanca de 68 años, de acuerdo con Nielsen, que da
seguimiento a los datos demográficos de los televidentes. Puede ser un
espectador leal, pero no tiene mucha compañía en otros grupos demográficos.
Doug Creutz, experto en medios de comunicación de la empresa financiera Cowen
and Co., se pregunta: “¿Cuentan con una estrategia para atraer a los
espectadores más jóvenes?”. Afirma que la cadena parece “esperar que, conforme
la gente envejece, se incline” hacia Fox News (Fox News declinó hacer que sus
ejecutivos estuvieran disponibles para entrevistas con Newsweek, a pesar de
habérselo solicitado repetidamente).
Los grupos demográficos no son su única preocupación. Los
paquetes de cable están perdiendo ante los servicios inalámbricos como Netflix
y Hulu. Variety calcula que, este año, 22 millones de estadounidenses
cancelarán sus suscripciones a la televisión por cable en favor de medios en
directo, una tendencia que no hará más que crecer. Además, aunque las personas
de mayor edad podrían continuar viendo la televisión por cable, en un estudio
realizado en 2015 por el Pew Research Center se encontró que 61 por ciento de
los “millennials”, que constituyen una buena parte del grupo demográfico más
codiciado por los anunciantes, consumen sus noticias a través de redes sociales
como Facebook.
A pesar de esto, Fox News sigue teniendo unos índices de
audiencia impresionantes. Ha sido la cadena noticiosa por cable más vista
durante los últimos 15 años; no ha sido superada en el horario estelar durante
190 meses. La lista de los programas noticiosos más vistos en la televisión por
cable está compuesta esencialmente por la programación de Fox News. Sin
embargo, en meses recientes, Maddow ha superado en ocasiones a sus competidores
de Fox News. El 16 de agosto, MSNBC logró superar a CNN y a Fox News en el
número total de espectadores, la primera vez que logra esto en toda su
historia. Es posible que el ascenso de Trump haya sido lucrativo para Fox News;
la presidencia del magnate resulta inmensamente rentable para sus detractores.
‘EL PRESIDENTE QUIERE ESTO AHORA’
El 16 de mayo, Malia Zimmerman, reportera de FoxNews.com,
publicó un artículo con el siguiente encabezado: “Seth Rich, empleado asesinado
del Comité Nacional Demócrata, tuvo contacto con WikiLeaks, afirman múltiples
fuentes”. Zimmerman señaló que Rich, que fue asesinado en un tiroteo no
resuelto el verano pasado mientras caminaba a casa al salir de un bar en
Washington, D. C., fue la fuente de los correos electrónicos del Comité
Nacional Demócrata que aparecieron en WikiLeaks poco después de su muerte.
Zimmerman mencionó “fuentes de aplicación de la ley”, así como el trabajo de
Rod Wheeler, un investigador privado que aparece en ocasiones en Fox News.
La nota de Zimmerman se convirtió en una de las favoritas de
Hannity. Este había invitado a Wheeler a su programa e insinuó una y otra vez
que su propia “investigación” pronto demostraría que había sido Rich, y no los
rusos, quien había entregado esos correos electrónicos a WikiLeaks. Esto se
produjo un día antes de que el Departamento de Justicia nombrara a Mueller como
fiscal especial de la investigación federal sobre Rusia. Los esfuerzos de
Zimmerman y Hannity ofrecían una contranarrativa que exculpaba a Trump, al
tiempo que insinuaban la existencia de un crimen cometido por los demócratas.
Una semana después, Fox News retiró la nota. En su lugar se
encuentra una declaración en la que se indica que el escrito “no fue sujeto
inicialmente al alto grado de escrutinio editorial al que sometemos todos
nuestros informes”. Hannity también indicó que había hecho a un lado la nota
sobre Rich.
En julio, Wheeler presentó una demanda en la que afirmaba que
la nota sobre Rich, según fue redactada por Zimmerman, era una invención
preparada con el conocimiento directo de la Casa Blanca. En la demanda se
incluye un mensaje de texto enviado a Wheeler por Ed Butowsky, el prominente
donador republicano que lo había contratado para averiguar quién había matado a
Rich. Wheeler afirma que el artículo de Fox incluía conclusiones conspiratorias
que él no había establecido. Este parece haber sido el problema. “El presidente
acaba de leer el artículo”, decía el mensaje de Butowsky, mostrando a Trump, de
hecho, como un impaciente editor de Fox News. “Quiere que el artículo se
publique de inmediato”.
La demanda de Wheeler es una de las muchas que se han
presentado contra Fox News en los últimos años. Por ejemplo, la primera demanda
por acoso sexual contra O’Reilly fue presentada en 2004, 13 años antes de que
fuera despedido de la cadena, una caída que ocurrió a la vista del público (y
que continúa haciéndolo, con las recientes revelaciones hechas en The
New York Times, según las cuales pagó 32 millones de dólares a una colaboradora
de Fox News que lo acusó de delitos sexuales). Para entonces, O’Reilly y Fox
News habían llegado a acuerdos extrajudiciales con otras cinco mujeres debido a
los delitos sexuales que, según se afirma, cometió contra ellas; 20 mujeres
hicieron acusaciones similares contra Ailes, el poderoso presidente de la
cadena, que murió a principios de este año. Trump los defendió a ambos,
sabiendo lo mucho que les debía.
La primavera pasada, alrededor de dos docenas de empleados
antiguos y actuales de Fox News presentaron demandas por discriminación sexual
y racial contra la cadena. “A pesar de los esfuerzos de relaciones públicas
para mostrar lo contrario, los negocios en 21st Century Fox siguen funcionando
en una forma más parecida a como lo hacían en el siglo XVIII”, afirma Douglas
Wigdor, abogado de los demandantes, y que también representa a Wheeler.
Yo hablé con varios de los demandantes. “Era como una
dictadura chovinista”, afirma Jessica Golloher, corresponsal de Fox News Radio,
que me dice que fue “tratada como una insulsa niña de diez años”.
Este verano, Fox News declinó llegar a un acuerdo
extrajudicial con los clientes de Wigdor por 60 millones de dólares. Mientras
tanto, la cantidad de personalidades en pantalla que han salido o han sido
despedidas o suspendidas por delitos sexuales continúa creciendo: Eric Bolling,
de Fox News Specialists, despedido por enviar mensajes de texto de contenido
sexual a sus colegas femeninas; Charles Payne, de Fox Business Network,
suspendido por faltas relacionadas con una aventura extramarital con una colega
(recientemente se anunció su regreso a la cadena), y Bob Beckel, de The
Five, por dirigirse a un empleado afroestadounidense con lo que la
cadena consideró “un comentario poco sensible”.
¿Alguien podrá salvar a Fox News de sí misma? Muchas personas
ponen sus esperanzas en James Murdoch, el ejecutivo de 21st Century Fox que
probablemente será el sucesor de su padre como líder de la empresa.
Aparentemente, tiene un par de huesos liberales en su cuerpo. Tras la mortal violencia
ocurrida en Charlottesville, prometió donar 1 millón de dólares a la Liga
Antidifamación, y expresó su “preocupación” ante la reacción de Trump.
Entre los muchos detalles escabrosos de la nota aparecida en The New
York Times acerca del acuerdo por 32 millones de dólares realizado por
O’Reilly, el más sorprendente es, quizá, que, a pesar de tener conocimiento del
acuerdo, Fox News le concedió una extensión de su contrato por cuatro años y
100 millones de dólares. Esa revelación disolvió todos los comentarios sobre
haber expulsado finalmente al fantasma de Ailes. Un entrevistador confrontó a
James Murdoch con respecto al contrato de O’Reilly. “Eso es nuevo para mí —dijo—.
No puedo garantizar que todas las personas del negocio no se comporten mal de
vez en cuando, ¿verdad?”.
Una de las 20 entrevistas concedidas por Trump a Fox News
ocurrió el 28 de septiembre, cuando el presidente presentó el plan republicano
de recortes fiscales. La entrevista la realizó Hegseth, de Fox & Friends, y se
realizó justo antes de un mitin en Indianápolis sobre el plan fiscal. En su
mayor parte, la entrevista no abordó el tema fiscal. Trump dijo que pensaba que
los dueños de las franquicias de la NFL “tenía miedo” a sus jugadores, y que a
eso se debe que continúen las protestas durante el himno nacional. Culpó a un
senador republicano hospitalizado de no haber rechazado y reemplazado la Ley de
Atención Sanitaria Asequible. En ese momento, no había ningún senador,
republicano o no, en el hospital. Kilmeade, siendo tan partidario de Trump como
el que más en Fox News, parecía sorprendido por el diálogo. Este fue el
encabezado de la nota que publiqué la mañana siguiente acerca de la entrevista:
“¿De qué diablos hablaba Trump en Fox & Friends?”
Pocas horas después, recibí un correo electrónico:
“¿Consideras que esta nota vale la pena? ¿Realmente hiciste un trabajo
periodístico importante, o solo te sentaste frente a tu computadora portátil
para fabricar textos periodísticos sin valor?” El emisor afirmó que “Estados
Unidos necesita una prensa honesta y viable. Eso es lo que ha impedido que nos
convirtamos en otra Corea del Norte o Venezuela. No tenemos algo así ahora
mismo”.
Pocos días después, un tirador mató a 59 personas en Las
Vegas, y yo escribí sobre cómo la extrema derecha hacía su mayor esfuerzo para
fingir que el asesino no era un varón cristiano de raza blanca. De nueva
cuenta, el lector que se había molestado por mi forma de abordar la entrevista
con Fox News me escribió: “Ciertamente, eres mejor que esto”.
Yo le respondí, probablemente molesto. Él me respondió y,
cuando me di cuenta, estábamos en medio de un diálogo en gran medida libre de
virulencia. Pero también, en gran medida, libre de acuerdos. En los días
posteriores al tiroteo en Las Vegas, tuvimos una discusión civilizada en la que
describimos realidades divergentes.
Me dijo que podía llamarlo John y revelar los siguientes
detalles personales acerca de él: tiene 56 años, vive en New Hampshire y
trabaja en el área de ventas.
Es evidente que John estaba bien informado. “Leo vorazmente
la mayoría de las noticias publicadas en los medios convencionales”, dijo, y mencionó
a Newsweek,
Yahoo, CBS y NBC. Sin embargo, el diálogo tenía algo de elusivo y frustrante.
Nos gritábamos el uno al otro bajo el agua, y en lugar de argumentos
contundentes, solo oíamos borboteos.
Le pregunté a John si veía Fox News. “Menos de dos o tres horas
por semana. Principalmente a Tucker”, dijo.
Yo también he estado viendo a Carlson. Unos días antes de que
John y yo comenzáramos a intercambiar correos, Carlson había despotricado
contra los liberales que, desde su punto de vista, habían facilitado los
ataques sexuales cometidos por Harvey Weinstein, el magnate de Hollywood.
Defendió el endurecimiento de la nueva postura de Trump sobre la inmigración y condenó
a aquellos que deseaban derribar las estatuas de Cristóbal Colón debido al
tratamiento que el explorador dio a las tribus originarias de América. Defendió
una y otra vez el derecho a portar armas, aun cuando Las Vegas seguía siendo
una escena del crimen bañada en sangre.
Ver incluso un par de horas de esto habría matizado las
noticias que John veía en otros medios. Lo digo por experiencia. Habiendo
pasado los últimos meses viendo continuamente Fox News, he descubierto que las
voces de Hannity y Carlson se han abierto paso en mi cerebro como gusanos
prehistóricos, devorando enlaces neuronales que alguna vez fueron sólidos.
Espero sin duda que, uno de estos días, llegue a casa del trabajo y le diga a
mi esposa que estoy harto de que la izquierda difame a la Confederación de
Estados del Sur y que destruya nuestra herencia colectiva. Espero que no
ocurra, pero es probable que sí lo haga.
“Si te centras en Fox News como la razón por la que Trump
ganó, sigues sin entender por qué lo hizo”, me advirtió John en un correo
electrónico.
Con el debido respeto, John, hubo, como mínimo, una
correlación entre ver Fox News y votar por Donald Trump. En enero, el Pew
Research Center descubrió que “los estadounidenses que dicen haber votado por
Trump en la elección general consideraban en gran medida a Fox News como su
fuente principal de noticias”, y que 40 por ciento de quienes votaron por Trump
recurrían a Fox News como su fuente principal de noticias.
Y a principios del otoño, en un estudio realizado por la
Universidad de Stanford titulado “Bias in Cable News: Persuasion and
Polarization” (Sesgo en las noticias por cable: persuasión y polarización) se
confirmó el poder de Fox News para influir en los corazones y mentes. Y en las
votaciones. Se descubrió que, en las elecciones presidenciales, “Fox News
aumenta la proporción de votos republicanos en 0.3 puntos entre los
espectadores inducidos a ver 2.5 minutos adicionales por semana”. Por el
contrario, ver MSNBC durante 2.5 minutos adicionales por semana no tuvo ningún
impacto en los resultados electorales.
Sin embargo, en otro sentido, John tiene razón. Fox News le
ha dado una poderosa voz a un segmento de la población. Las personas que ven
Fox News no van a desaparecer. Tampoco desaparecerá su desesperación con
respecto a la economía digital, su suspicacia contra los inmigrantes y su
incomodidad sobre la cuestión racial. En cuanto a la nación que De Tocqueville
observó hace casi 200 años, compuesta por granjeros caballerosos e intrépidos
leñadores, una nación indómita e indomable, distanciada de Europa, enamorada de
la libertad, ya éramos una nación enganchada a Fox News, aunque todavía no lo
sabíamos.
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Publicado en
cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek