Si alguna vez soñaste con tocar las estrellas, será mejor que esperes sentado, porque definitivamente no serás la primera criatura viviente en explorar el espacio más allá del sistema solar. Ese honor será concedido a dos organismos microscópicos que los científicos consideran lo suficientemente duros como para tener una oportunidad de sobrevivir a la experiencia. Estos son tus contrincantes:
Los tardígrados (conocidos también como osos de agua debido a que los científicos simplemente no pueden resistirse a su rechoncha hermosura) son posiblemente el tipo más resistente animal del planeta, lo que los convierte en un candidato verdaderamente bueno para salir del mismo (de hecho, ya han recorrido la órbita de la Tierra). Existen más de 1,000 especies de tardígrados, y algunos son más duros de matar que otros, pero ciertamente, los osos de agua son tan indestructibles que los científicos piensan que, sin importar lo que ocurra en la Tierra, estos pequeños bichos probablemente se las arreglarán para sobrevivir.
El otro bicho microscópico al que le han dicho que prepare sus maletas para un viaje sin retorno es un pequeño gusano llamadoCaenorhabditis elegans, oC. eleganspara los amigos. Ha sido un caballo de batalla para los científicos durante más de cinco décadas en laboratorios de todo el mundo. Los científicos lo utilizan para estudiar de todo, desde el sueño hasta el envejecimiento, y conocen todas y cada una de sus 959 células. Algunos de estos gusanos han sobrevivido a una de las mayores tragedias espaciales, la destrucción de transbordador espacial Columbia en 2003.
La misión que planea reclutar a los tardígrados y a losC. elegans se denomina Starlight y utilizará un rayo láser gigante para impulsar una pequeña nave espacial, aproximadamente del tamaño de un teléfono inteligente, o incluso más pequeña, lanzándola fuera del sistema solar a velocidades muy altas. Idealmente, de acuerdo con el científico principal del proyecto, las más pequeñas de estas naves espaciales lograrán alcanzar la cuarta parte de la velocidad de la luz, lo que significa que podrán llegar a la estrella más próxima (y al planeta más cercano fuera de nuestro sistema solar) unos 20 años después de ser lanzadas.
En comparación, la única nave espacial que ha salido del sistema solar hasta ahora es el Voyager 1, y le tomó casi 40 años llegar tan solo a los límites del mismo, pues viaja a apenas una fracción de la velocidad que estas minúsculas naves podrían alcanzar.
Idealmente, lo que el equipo quiere hacer con estos pequeños astronautas es ponerlos en un estado de hibernación para colocarlos en la mini-nave espacial antes de despertarlos y observarlos durante todo el viaje. Evidentemente, es el tipo de plan que requiere no solo viajeros muy pequeños, sino también muy resistentes, lo que hace que los tardígrados y losC. elegans resultan ideales para el proyecto.
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Published in cooperation with Newsweek / Publicado en cooperación con Newsweek