Una horrible práctica ha sido revelada al gobierno de Corea del Sur por desertores de su vecino del norte: los niños huérfanos comían maíz extraído de excremento de vaca y piojos para mantenerse vivos.
El desertor Lee Wi-ryeokrelató este miércoles al diario Daily NKque la práctica se produjo durante la hambruna en Corea del Norte, en la que las condiciones en los orfanatos eran peores que en otras partes del país. “Si una vaca excretaba granos de maíz en forma de diarrea, los lavábamos y los comíamos”, dijo Lee, que vivió en un orfanato de Corea del Norte a finales de la década de 1990, hasta que se convirtió en adolescente.
Los niños también comían piojos porque esos parásitos tienen sangre, y creían que sería un desperdicio no comérselos. “Cuando muerdes un piojo, explota en sangre”, dijo Lee.
Los huérfanos tenían que soportar un trato inhumano. Los administradores hacían fogatas para desinfectar a los niños de los ácaros y los golpeaban con palos si trataban de escapar. Muchos niños sufrieron quemaduras.
Si un niño contraía una enfermedad, podía ser el fin de su vida, debido a que había muy pocas medicinas. “Cuando vine a Corea del Sur, me sorprendió saber que la tuberculosis es una enfermedad curable”, dijo Lee.
La hambruna en Corea del Norte, que duró de 1994 a 1998 y mató a miles de personas, ocurrió debido a que la pérdida del apoyo soviético hizo que la producción de alimentos cayera en picada. La situación se agravó debido a inundaciones y sequías.
Corea del Norte es uno de los países que firmó la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado de derechos humanos, desde 1990, antes de que comenzara la hambruna. Kim Jong Un, el líder del país, ha negado la existencia de abusos contra los derechos humanos.
La calidad de vida en Corea del Norte ha mejorado desde el final de la hambruna, pero el país sigue siendo pobre y hambriento. Más de 10 millones de norcoreanos están desnutridos, de acuerdo con un informe publicado por Naciones Unidas en marzo.
El descontento entre los norcoreanos se refleja en el número de desertores. Desde el último año de la hambruna, en 1998, más de 31,000 personas han cruzado con éxito la frontera hacia Corea del Sur, de acuerdo con el Ministerio de Unificación en Seúl. El número de desertores que han salido del país este año, cuando Kim Jong Un amenazó a Estados Unidos con un ataque nuclear, es de alrededor de 880, menos que el año anterior, de acuerdo con la Agencia Noticiosa Yonhap, que atribuye esa reducción a la estricta vigilancia de Corea del Norte.
“La mayoría de (las) personas escapan debido a la pobreza, pero debemos notar que en los últimos días, las personas que tienen una vida estable en Corea del Norte también tratan de escapar”, declaró a Yonhap el legislador surcoreano Park Byeong-seug. “Algunas personas incluso desertan para obtener educación para sus hijos”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek