Es común, por ejemplo, escuchar el uso de
la voz *consensar, para cuando hay un acuerdo entre dos o más
personas. Ese verbo no existe. A pesar de lo común del vocablo, se debe evitar
su uso pues es una palabra no aceptada oficialmente. La aplicable es consensuar.
El error parece venir de la popularización del sustantivo consenso.
Esta voz procede del latín consensus. Por ello el verbo derivado de esa
voz es consensuar y no *consensar (gracias a don Alejandro
García Macías por la atinada sugerencia, perdón por el retraso).
Una imprecisión muy común es llamar apóstrofe
al apóstrofo. En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua,
DRAE, de este último dice: «Signo ortográfico (‘) que indica la elisión de una
letra o cifra». Es una especie de coma superior que no pertenece a nuestro
idioma, pero dado que está presente en voces extranjeras de uso frecuente en
nuestra lengua, se hecha mano de este signo. Incluso, sirve para reflejar el habla
popular en literatura: («Me voy pa’l monte»). Mientras que de apóstrofe,
el DRAE dice: «Figura que consiste en dirigir la palabra con vehemencia en
segunda persona a una o varias, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres
abstractos o a cosas inanimadas, o en dirigírsela a sí mismo en iguales
términos». Una palabra no tiene que ver con la otra. La confusión, a mi juicio,
se debe a que son parónimos (sonidos similares).
Alejandrina del Rocío Guevara Prieto me
propone abordar una conjugación muy común en el habla popular (al menos en la
zona centro de México), pero totalmente inadecuada: *neva. La forma correcta de
este verbo es: nieva, para el acto de caer nieve. Nevar
es un verbo irregular. Existen oficialmente 62 modelos de conjugación de verbos
irregulares (las Academias de la Lengua así lo indican, aunque algunas otras
fuentes consideran que llegan hasta 90 esos modelos). Este verbo procede del
sustantivo nieve. La conjugación no presenta una modificación muy
diferente a la palabra de origen, aunque sí el verbo en infinitivo. Como el
diptongo ie es poco común en verbos,
muchas personas suponen que la conjugación debe ser *neva (tercera persona
gramatical en este verbo impersonal). A ese fenómeno se le llama hipercorrección
(aplicar una supuesta corrección donde no le corresponde). Tengo la impresión que
el uso inadecuado se da con más regularidad en lugares donde no es común que nieve.
Finalmente —relacionado con
las amables propuestas y correos—, son igualmente admisibles para referirse a
la mezcla de naipes antes de ser repartidos los verbos barajar — forma
culta— y barajear. La segunda es común en México y Cuba, incluso
con el sentido de explicar algo a alguien con mayor detalle: «Barajéasela más
despacio».