La corrupción es un flagelo que lastima a los latinoamericanos todos los días al grado que omiten hablar sobre esta problemática porque con demasiada frecuencia se enfrentan a represalias, plantea un reporte de Transparencia Internacional difundido este lunes.
Los resultados de la ONG indican que más de la mitad de las 22.000 personas consultadas en 20 países dijeron que su gobierno no aborda la corrupción (53 por ciento) y una de cada tres personas indicó que para usar un servicio público en los últimos 12 meses tuvo que pagar un soborno (29 por ciento).
Esto significa que alrededor de 90 millones de personas pagaron sobornos.
“No es ninguna sorpresa entonces que la gente de la región salGA regularmente a las calles para protestar contra la corrupción. Lo hemos visto en Brasil, Guatemala y la República Dominicana. Lo hemos visto en México y Honduras. De hecho, siete de cada diez ciudadanos están listos y dispuestos a participar en la lucha contra la corrupción (70 por ciento). A pesar de ello, pocos pagadores de sobornos dijeron que habían informado a las autoridades (9 por ciento), y de los que sí lo hicieron, casi un tercio dijo que sufrieron represalias negativas como resultado (28 por ciento)”, se lee en el documento Las Personas y la Corrupción.
México, refiere el informe, evidencia claramente los más graves índices de corrupción en la prestación de servicios públicos; en particular, en el caso de escuelas, atención de la salud y documentación personal en donde entre un 31 y un 40 por ciento de la población reconoció haber pagado un soborno. Asimismo, en este país menos de la mitad de los ciudadanos sostienen que denunciar la corrupción es socialmente aceptable.
Con respecto a la percepción que se tiene de las fuerzas de seguridad, más de siete de cada diez ciudadanos que viven en Venezuela consideran sumamente corruptos a los policías de su país. En tanto, las personas que viven en Trinidad y Tobago, Bolivia, México y Paraguay también perciben altos niveles de corrupción (entre el 61 y el 64 por ciento).
“El soborno representa un modo de enriquecerse para unos pocos y un gran obstáculo para acceder a servicios públicos clave, en especial para los sectores más vulnerables de la sociedad”, dijo el presidente de Transparencia Internacional, José Ugaz, citado en un comunicado.
“Los latinoamericanos y caribeños están siendo defraudados por sus gobiernos, su clase política y los líderes del sector privado”, dijo Ugaz, destacando que el escándalo brasileño del Lava Jato “demuestra que la corrupción está ampliamente extendida” en la región.