Un helicóptero ruso se precipitó este jueves frente a las costas del archipiélago noruego de Svalbard, en el Ártico, y probablemente se hundió, anunciaron los servicios de socorro del país nórdico, que buscan a sus ocho ocupantes.
Las ocho personas a bordo, todas de nacionalidad rusa, según la prensa de su país, seguían desaparecidas seis horas después de que se señalara el accidente.
Las posibilidades de supervivencia se reducían rápidamente, en una región donde la temperatura del aire y el agua suele estar en torno a los 0ºC.
“El riesgo de muerte por hipotermia aumenta de forma exponencial”, declaró a la AFP el jefe de operaciones, Tore Hongset. Pero “hasta que sepamos realmente qué ocurrió, las búsquedas continúan como si hubiera posibilidades de encontrar a gente con vida”, añadió.
El aparato desapareció a dos o tres kilómetros de las costas de Barentsburgo, una comunidad rusa situada en el archipiélago de Svalbard, precisó el Centro noruego de rescate.
Un helicóptero y embarcaciones noruegas fueron enviados hacia el lugar del accidente, donde continuaban las labores de búsqueda la noche del jueves.
Se trata de un Mi-8 ruso, con base permanente cerca de Barentsburgo.
Según Tore Hongset, varios indicios hacen pensar que el aparato accidentado se hundió: en el agua se localizó un charco de aceite con fuerte olor a carburante, había burbujas elevándose a la superficie y se detectó por sónar un objeto en los fondos marinos.
La profundidad es de más de 200 metros, y se necesita la intervención de un robot submarino, precisó.
El Tratado de París de 1920 concedió a Noruega la soberanía sobre el archipiélago de Svalbard, pero estipula que los ciudadanos de todos los países signatarios del mismo pueden ejercer en estas islas y “sus aguas territoriales” actividades económicas “en pie de igualdad”.
En virtud de esta reglamentación, Rusia extrae carbón en Barentsburgo, una comunidad que cuenta con varios centenares de mineros rusos y ucranianos.