Roberto Cavazos, un actor, traductor y director de teatro de nacionalidad mexicana, denunció a Kevin Spacey de haberlo acosado sexualmente cuando el estadounidense fue director del Old Vic Theatre de Londres.
“Somos muchos los que tenemos un ‘Kevin Spacey story. Parece que sólo hacía falta ser un varón menor de 30 para que el señor Spacey se sintiera libre de tocarnos”, denunció Roberto Cavazos sumandose a los señalamientos de Anthony Rapp.
El actor Anthony Rapp, actualmente de 46 años, dijo que cuando tenía 14 y actuaba en Broadway, Kevin Spacey, entonces de 26 años, intentó propasarse con él al final de una velada en su departamento en Manhattan. El joven dijo que logró escapar y refugiarse en el baño. “Buscaba seducirme”, explicó Rapp al portal de noticias Buzzfeed. “No sé si hubiera utilizado ese lenguaje, pero era consciente de que intentaba llevarme al terreno sexual”.
En respuesta, Spacey pidió disculpas a Rapp en una comunicación en la que se declaró homosexual. “Honestamente no me acuerdo de este incidente, que se remontaría a más de 30 años”, reaccionó el protagonista de la serie de Netflix, House of Cards y quien vive entre Londres, Nueva York y Los Ángeles.
Cavazos refirió en su cuenta de Facebook que quienes coincidieron con Spacey en Londres “sabemos que serán muchísimos más los que se atrevan a contar sus historias en los próximos días y semanas. No me sorprendería que fueran números similares a los de Weinstein. En su disculpa pública dijo no recordar el incidente, se disculpó con el actor que lo acusa y aprovechó para salir del clóset, distrayendo así al público de sus acciones dañinas”.
“Yo mismo tuve un par de encuentros desagradables con Spacey que estuvieron al filo de poder ser llamados acoso. Es más, de haber sido yo una mujer, probablemente no hubiera dudado en identificarlo como tal, pero supongo que la falta de una acción más concretamente directa o agresiva me llevó a justificar el incidente como ‘una de esas cosas’. Somos muchos los que tenemos un ‘Kevin Spacey story. Parece que sólo hacía falta ser un varón menor de 30 para que el señor Spacey se sintiera libre de tocarnos. Era tan común que hasta se volvió un chiste local’”, escribió Cavazos, quien tiene diez años de trayectoria profesional en el Reino Unido.
Y prosiguió: “Ya no recuerdo cuántas personas me contaron la misma historia: Spacey los invitaba a reunirse con él para ‘hablar de sus carreras’. Cuando llegaban al teatro, el señor tenía preparado un picnic con champán sobre el escenario, hermosamente iluminado. Cada historia variaba en lo lejos que llegaba el picnic, pero la técnica era la misma. Más común era que el señor se encontrara en el bar de su teatro, estrujando a quien le llamara la atención. Así me tocó a mí la segunda vez. Yo nunca me dejé, pero sé de algunos que temieron ponerle un alto”..
Cavazos dijo que en Londres, el caso de Spacey era muy mal visto. “No dudo que hubieran más como él, pero ninguno tan público y descarado. En el medio se le reprochaba ese comportamiento por su total falta de profesionalismo, sin llegar a mencionar la cuestionable moralidad”, refirió.
Asimismo denunció una situación similar en México a la que estalló en Hollywood tras las numerosas acusaciones de agresiones sexuales en contra de Harvey Weinstein: “La frecuencia con la cual me entero que las supuestas “vacas sagradas” del teatro mexicano se comportan igual o peor que Spacey o Weinstein. Que les parece perfectamente válido preguntarle a sus actrices cómo va su vida sexual o tocar abiertamente a sus alumnos frente al resto de la clase, pedirles que se desnuden en los exámenes de admisión a una de las más respetadas escuelas de teatro del país”.
“Tengo un sinfín de colegas en el teatro mexicano que han pasado por una de esas situaciones. A veces todas. Entre nuestros colegas existen directores venerados cuyos apodos son variantes de sus apellidos haciendo referencia directa a su predilección por la promiscuidad o el acoso y sin embargo los demás descartan la gravedad de sus acciones”, lamentó.