Cuando los críticos comenzaron a preguntar por qué los funcionarios estadounidenses no habían identificado aún a las víctimas o el motivo del ataque, el Departamento de Estado dejó de culpar a Cuba. Mientras tanto, científicos y analistas de inteligencia se siguen preguntando si las ondas sonoras no detectadas pueden causar sordera repentina. “Todos [los audiólogos] nos rascamos la cabeza preguntándonos cuál puede ser la causa”, señala Colleen Le Prell, catedrática de ciencias de la audición y directora del programa doctoral de audiología de la Universidad de Texas en Dallas. “Ninguno de nosotros tiene una buena explicación”.
El 9 de agosto, Associated Press reveló la noticia del ataque, y el Departamento de Estado reconoció que había ocurrido una serie de “incidentes que han provocado diversos síntomas físicos”, confirmando así, de hecho, la historia, pero sin mencionar la pérdida de la audición.
Funcionarios estadounidenses se pusieron en contacto con médicos del Sistema de Salud de la Universidad de Miami una vez que se informó acerca de los incidentes. Semanas después, CBS citó una fuente médica anónima de la Universidad de Miami, que afirmó que un médico estadounidense había diagnosticado a diplomáticos estadounidenses y canadienses que trabajaban en La Habana con una “lesión cerebral traumática leve” y “probable daño en el sistema nervioso central”.
Dos días después de que se confirmara el informe de Associated Press, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dejó de implicar directamente al gobierno cubano. El Departamento de Estado señaló que Estados Unidos aún trataba de averiguar quién estaba detrás del “incidente de salud” y que las investigaciones no determinaban todavía lo que les había ocurrido a los “al menos 16 empleados del gobierno estadounidense… [que] han recibido atención médica en Estados Unidos y en Cuba”.
El gobierno cubano ha negado toda participación en el daño a los diplomáticos y ofreció trabajar con Washington para averiguar qué había ocurrido. Mientras tanto, los analistas de inteligencia siguen perplejos por el incidente, y afirman que no está claro qué pudo haber causado tales síntomas. “Toda la historia es muy extraña”, dice un antiguo diplomático de alto nivel que alguna vez trabajó en La Habana y que pidió mantenerse en el anonimato al hablar de métodos de inteligencia. “No tiene ningún sentido. El ejército estadounidense y otros cuerpos militares han construido dispositivos de baja frecuencia [que producen] una pérdida temporal de la audición. La existencia de esa tecnología no es ningún secreto. Pero no se trata de nada permanente”.
Él y otros analistas afirman que, en ocasiones, las organizaciones de inteligencia utilizan tecnología de microondas que hace rebotar rayos contra las ventanas para detectar conversaciones en habitaciones y edificios determinados. Sin embargo, añaden que no creen que esos métodos provoquen pérdida de la audición, daño neurológico u otra lesión física.
Se usan generalmente en habitaciones seguras de edificios oficiales, como las embajadas. En cualquier otro lugar de La Habana, los funcionarios estadounidenses suponen que la inteligencia cubana los vigila usando métodos tradicionales de espionaje, como intervenir teléfonos y plantar transmisores de radio. Aparentemente, las víctimas de este caso fueron diplomáticos de menor nivel, y la supuesta exposición a lo que haya causado los síntomas ocurrió aparentemente en residencias construidas por los cubanos, declaró a Newsweek la fuente diplomática.
Mientras continúa el misterio que rodea a los síntomas, algunas personas especulan que estos podrían haber sido provocados por equipo defectuoso. “Tenemos muy poca experiencia en cualquier parte del mundo con… ataques diseñados para dañar físicamente a nuestros diplomáticos”, escribió John Sipher, antiguo oficial de alto nivel del servicio clandestino de la CIA, en el blog Just Security.
El exdiplomático está de acuerdo y añade que “es posible que exista una nueva arma de la que nunca hayamos oído hablar. [Pero] el propósito del espionaje no es destruir los oídos de las personas… [sino] alentarlas a hablar”.
Los investigadores señalan que la pérdida de la audición suele ocurrir tras una exposición prolongada a sonidos fuertes en conciertos de rock u otros eventos de altos decibeles. La pérdida temporal de la audición también puede presentarse debido a una exposición viral o química no relacionada con el espionaje. Le Prell, audióloga de la Universidad de Texas, señala que el comienzo repentino de la pérdida de la audición sin una fuente audible es “muy inusual”.
“Sabemos que los sonidos no audibles pueden tener efectos en la audición y en la salud en general”, declaró Le Prell a Newsweek. “Sin embargo, en las publicaciones especializadas no existe ningún ejemplo de un cambio súbito en la audición debido a un sonido inaudible”.
De cualquier manera, el supuesto ataque ocurrió en un momento en el que Cuba y Estados Unidos disfrutan de una relación relativamente buena. Hace dos años, el entonces presidente Barack Obama reestableció las relaciones diplomáticas con Cuba después de más de medio siglo. A pesar de las críticas, el presidente estadounidense Donald Trump ha dejado intacto el acuerdo de Obama con Cuba, imponiendo solo algunas restricciones menores al comercio y a los viajes de estadounidenses hacia Cuba. El presidente cubano Raúl Castro criticó las acciones de Trump, pero dijo que ambos países deben “cooperar y vivir juntos, respetando sus diferencias”.
Desde entonces, los diplomáticos cubanos en Washington parecen realizar sus actividades normales, afirma William LeoGrande, catedrático de gobierno de la Universidad Americana. “No escuché absolutamente ninguna insinuación al respecto hasta que la historia salió a la luz”, señala LeoGrande, coautor de Back Channel to Cuba (Canal no oficial a Cuba), un libro acerca de la historia de las negociaciones secretas entre Washington y La Habana. “Se trata de un asunto serio, como lo indica la expulsión de los dos cubanos. Pero pienso que en el lado estadounidense se ha procedido con cautela, sin hacer acusaciones infundadas hasta que averigüen exactamente lo que ocurrió”.
No será fácil hacerlo. Los espías, tanto los reales como los del tipo Spy vs. Spy, prefieren sus métodos de intrigas y misterios para permanecer en las sombras.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek