Sam Kanizay, un joven australiano de 16 años, salió de una playa en Australia con las piernas llenas de sangre. Luego de haber ido al mar de Dendy Street en Brighton para refrescarse de una práctica de futbol del sábado por la noche, tuvo que acudir a urgencias por las heridas en sus pies causadas por unas criaturas marinas.
Antes de darse cuenta de que era atacado por las criaturas marinas, explicó el diario local The Age, Sam dijo que sentía sus piernas entumecidas, con una sensación de hormigueo, pero asumió que era por el dolor y el frío, hasta que salió del agua 30 minutos después.
De acuerdo con su padre, Jarrod Kanizay, Sam se dio cuenta de la sangre que corría por sus pies cuando salió del agua. “Volvió a sus zapatos y lo que encontró fue sangre en sus piernas. Tan pronto como los limpió, siguieron sangrando”, declaró.
Foto: AFP.
Reportes indican que la primera impresión del centro médico fue señalar a la picadura de medusas, aunque tiempo después comprobaron que era un ataque de imposible por la gravedad de las heridas que presentaba el adolescente. Sam, por su parte, le dijo a una enfermera que se pudo haber tratado de piojos de mar “pero sólo era una suposición”.
De acuerdo con The Washington Post, Kanizay regresó después al lugar en que Sam había sido atacado y, con una red y carne cruda, recogió miles de lo que parecían ácaros, cada uno de ellos cerca de 2 milímetros de largo.
Genefor Walker-Smith, una bióloga marina del Museo Victoria de Melbourne, identificó a las criaturas que Kanizay había recolectado como anfípodos lysianassid, crustáceos minúsculos que son atraídos por los productos químicos que emite la carne en descomposición, de acuerdo con un comunicado del museo.
Estos crustáceos son ocasionalmente llamados “pulgas de mar”, indicó el museo.
Walker-Smith dijo a The Age que no hay razón para entrar en pánico o cerrar las playas, ya que este incidente fue muy inusual. Estos animales están allí “todo el tiempo” y se encuentran en cualquier bahía.
Por otro lado, el profesor Profesor Asociado de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Monash Richard Reina dijo a al sitio news.com.au que las pulgas del mar podrían haber sido empujadas a la orilla por fuertes vientos, y que normalmente no viajan en enjambres.
“Parecía muy malo en la foto (…), pero es una lesión superficial y más como una raspadura que cualquier otra cosa, porque es un área más grande que parece bastante terrible”, dijo.