La calle de Las Ramblas, en Barcelona, donde una camioneta blanca arremetió contra decenas de peatones este jueves, es una de las calles más famosas de Europa.
Dicha calle es una amplia arteria que conduce desde el corazón de la ciudad hacia la costa; su centro es un paseo rodeado de árboles, en el que los peatones pueden caminar entre el ruido constante de las bocinas de los automóviles que transitan por ambos lados. Durante el verano, siempre está atestada de turistas y habitantes de la localidad que van de compras o salen a tomar el aire.
Llamada también La Rambla en los mapas, a la calle se le conoce asimismo en plural debido a que se le considera como una sucesión de calles separadas que se unen en los extremos.
La primera de ellas, la Rambla de Canaletes, inicia en la Plaça de Catalunya, una plaza rodeada de hoteles y centros comerciales. Luego está la Rambla dels Estudis, que alguna vez alojó una Universidad construida en el siglo XVI. En la Rambla de Sant Josep, que es la tercera, hubo alguna vez un convento del mismo nombre, mientras que en la Rambla dels Caputxins había un monasterio capuchino, y la Rambla de Santa Mònica tiene otro convento, actualmente convertido en museo.
Los monasterios y escuelas se construyeron a lo largo del río que antiguamente corría por el lugar, cuando se encontraba fuera de la muralla de la ciudad original. Sin embargo, en el siglo XIX, cuando Barcelona comenzó a expandirse, la muralla fue derribada y se levantaron edificios a lo largo del lecho del río, que fue secado. Los húmedos orígenes de la calle se reflejan en el diseño del pavimento actual, que muestra un diseño como de agua rizada por el viento.
A lo largo de toda la calle, que es un destino común de los visitantes de la ciudad, una serie de coloridas exhibiciones y atracciones compiten por la atención de los transeúntes, desde una experiencia de degustación de jamón ibérico hasta un museo del erotismo. Los estadounidenses suelen detenerse a tomar una foto del monumento a Colón que se levanta en el extremo de la calle que da hacia el mar: una columna de 60 metros que conmemora el primer viaje de Cristóbal Colón a las Américas. Pero es común encontrar a los residentes de Barcelona cruzando la calle hacia el famoso mercado de La Boqueria, ubicado casi en el centro de La Rambla, para adquirir carne, pescado y queso fresco.
El Gran Teatre del Liceu, un teatro de ópera del siglo XIX, también se encuentra en esa calle, y en 1976, el artista Joan Miró colocó un mosaico por el que pasaron tantas pisadas que fue necesario restaurarlo en 2006 para conmemorar su 30º aniversario. Siendo una calle que ha estado situada en el corazón de la vida cívica y cultural de Barcelona durante décadas, el poeta Federico García Lorca dijo una vez que La Rambla era “la única calle del mundo que desearía que no acabara nunca”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek