La presidencia de Donald Trump ha causado estrés y angustia a los estadounidenses en todo el país, y muchos de ellos han preferido ahogar sus penas con una copa adicional de vino o un par de tragos de whisky de vez en cuando. Pero ahora resulta que la mayoría de los ciudadanos dice que renunciaría al alcohol mañana mismo si eso condujera al impeachment del presidente.
Casi 73 por ciento de los demócratas y 17 por ciento de los republicanos manifestó que se abstendrían del alcohol durante el resto de sus vidas si pudieran ver que se inicia el proceso político oficial para deponer a Trump, según una encuesta Detox.net en que participaron 1,013 hombres y mujeres de todo Estados Unidos. El conjunto de datos más reciente demostrando el apoyo para el impeachment de Trump (un proceso político exhaustivo que, no obstante, no incluye una promesa definitiva de su destitución) se da a conocer en un periodo en que numerosos legisladores demócratas están redactando los artículos de impeachment necesarios y podrían presentarlos en el pleno del Congreso en cualquier momento.
Entre tanto, más de 30 por ciento de los republicanos encuestados declaró que renunciaría al alcohol solo para que la prensa dejara de escribir artículos negativos sobre Trump, contra 6.5 por ciento de los demócratas.
El representante texano, Al Green, fue el primer demócrata del Capitolio que exigió el impeachment de Trump, afirmando que las palabras del mandatario bastaban para demostrar una obstrucción de la justicia (una ofensa que se castiga con impeachment) cuando despidió a James Comey, el ex director del FBI que estaba al frente de la investigación federal sobre la presunta colusión de la campaña Trump con el Kremlin durante la elección presidencial de 2016.
“El presidente no solo está intimidando al ex director del FBI, sino a cualquier otro individuo que pueda ser director del FBI y a las personas que trabajan en este caso”, dijo Green en una entrevista conThinkProgress. “Está demostrando que tiene el poder para despedir a cualquiera de manera inmediata, y con impunidad, a menos que se le someta a impeachment”.
Otros críticos de Trump aseguran que el mandatario también podría ser objeto del proceso por sus tratos comerciales en todo el mundo, así como por beneficiar a la presidencia a través de sus propiedades suntuarias como Mar-A-Lago, donde ha recibido a líderes mundiales como el presidente japonés Shinzo Abe. Diversos expertos afirman que existen numerosas negociaciones y acuerdos que podrían derivar en la deposición de Trump, desde las propiedades que publicitan sus presentaciones sorpresivas en grandes eventos, hasta los proyectos para expandir sus negocios mundialmente y los problemas con su “fideicomiso ciego” (o la falta del mismo).
No obstante, la realidad es que, para proceder con el impeachment de Trump, haría falta un cambio drástico en el Congreso y el Senado que controlan los republicanos, quienes no pierden de vista las cifras. Aunque la calificación aprobatoria de Trump permaneció apenas en los niveles superiores de la treintena durante la mayor parte de junio, las encuestas más recientes revelan que solo 43 por ciento de los votantes apoya iniciar el proceso de destitución.
Todo esto significa que el impeachment de Trump no ocurrirá tan pronto como muchos quisieran. Así que mejor ordena otra ronda.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek