Por: Josh T. Smith y Ryan Yonk
John Kelly, jefe del Departamento de Seguridad Nacional, declaró en una reunión a puertas cerradas sobre la política inmigratoria con demócratas de la Cámara de Representantes la semana pasada:
La menor de mis preocupaciones al momento [es] cualquiera que entre en la categoría general de [Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA)].
Aun cuando Trump prometió originalmente revocar la DACA el primer día de su presidencia, todavía no lo ha hecho y el Departamento de Seguridad Nacional haría bien en enfocar su atención en otra cosa, como lo infirió Kelly en su declaración reciente.
Las conversaciones sobre revocar la DACA distraen de las preocupaciones reales sobre la seguridad de los estadounidenses y los beneficios de la inmigración, y también ignoran causas fundamentales de la inmigración ilegal.
La inmigración beneficia al país
La DACA es un decreto presidencial del Presidente Obama que aplazó temporalmente la deportación de inmigrantes indocumentados traídos sin quererlo ellos a Estados Unidos por sus padres cuando niños.
Entre varios requisitos, los individuos que aplican para la DACA deben estar inscritos en una escuela, ser graduados de preparatoria, enrolados en las fuerzas militares, someterse a una revisión de antecedentes y pasar por otros extensos procesos de revisión para determinar si representan un riesgo a la seguridad pública o si califican para permanecer en Estados Unidos.
Como lo indica incluso esta lista condensada de los requisitos, el proceso de revisión de la DACA sirve para asegurar que los individuos quienes son un riesgo inaceptable no califiquen para permanecer en Estados Unidos. De hecho, la DACA va más allá de solo mitigar riesgos, busca específicamente a la gente más productiva, quienes ciertamente son un beneficio neto para Estados Unidos.
Un estudio reciente realizado por varios expertos en inmigración halla que los participantes de la DACA tienen casi dos veces más posibilidades que la población promedio de abrir un negocio. Estos negocios son tan simples como tiendas de manualidades en línea, como Etsy, o tan complejos como servicios de asesoría fiscal y compañías nuevas de tecnología.
A menudo se hacen afirmaciones sobre la cantidad de empleos estadounidenses que se pierden por los inmigrantes, pero estas afirmaciones no reconocen los efectos secundarios positivos que la inmigración puede tener.
Más gente trabajando activamente y viviendo en una comunidad significa más gente comprando en tiendas y participando en la economía local, lo cual significa que esas empresas también se expanden. Los supuestos efectos negativos de la inmigración en el empleo y los salarios son exagerados y en gran medida desmentidos por los investigadores académicos.
Burocracia e inmigración ilegal
El problema fundamental de las soluciones políticas como revocar la DACA radica en el hecho de que su revocación no hace nada para resolver los problemas que provocan la inmigración ilegal. Quienes provienen de países con una entrada ilegal común están dispuestos a pagar grandes cantidades para entrar a Estados Unidos porque esperan beneficiarse de vivir en EE UU.
En 2012, el Instituto de la Empresa Competitiva (CEI, por sus siglas en inglés) reportó que los inmigrantes de Centroamérica pagan hasta $10,000 dólares para que los pasen clandestinamente por la frontera. Su disposición a pagar esta cantidad motiva una pregunta interesante: ¿por qué la gente simplemente no entra legalmente si se pueden pagar el costo del contrabando?
La respuesta es la potencial burocracia molesta que enfrentan los inmigrantes. Como describe Rachel Wilson, abogada de inmigración, su labor al ayudar gente a inmigrar:
Fui a una escuela de derecho para luchar contra el sistema, pero no estoy luchando contra el sistema, lucho con una burocracia.
Ella señaló que cumplir con las normas actuales puede demorar una década mientras los burócratas determinan el “grado” de una relación entre familiares y otros requisitos.
Parece que la gente vendría legalmente si pudiera, pero con la confusión en sus países natales tras ellos, toman la decisión de saltarse la frontera de la manera que pueden, en vez de esperar a los burócratas.
¿Hay una solución?
En vez de buscar cambios fragmentados a la política inmigratoria, el Presidente Trump haría bien en trabajar con el Congreso de Estados Unidos para reformar integralmente el proceso inmigratorio y facilitarles la navegación a los inmigrantes potenciales.
El proceso de revisión debe equilibrar la seguridad con la simpleza para que los inmigrantes no sean disuadidos de entrar legalmente, y así se los empuje a entrar ilegalmente. Si se quiere detener la inmigración ilegal, tiene sentido racionalizar la inmigración legal.
Al presidente Trump y los legisladores interesados en lidiar con los problemas de nuestro sistema inmigratorio les haría bien enfocar su atención en otra cosa y más bien dedicar su energía a cambios significativos que simplificarían el proceso inmigratorio y asegurarían que estados Unidos se mantenga a salvo.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek