El gobierno de Estados Unidos no descarta una acción militar contra el régimen de Corea del Norte que encabeza Kim Jong Un ante una eventual amenaza nuclear, una postura que muestra la importancia que ha dado Donald Trump al tema.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, criticó en Seúl la diplomacia de la “paciencia estratégica” implementada por el gobierno de Barack Obama y advirtió que esta “se ha terminado” dando a Pyongyang un única salida, que es abandonar su programa nuclear.
“Desde luego que no queremos un conflicto militar [pero] si [los norcoreanos] elevan la amenaza de su programa de armas nucleares a un nivel que consideramos que requiere una acción, entonces esa opción está sobre la mesa”, dijo Tillerson en una rueda de prensa con su homólogo surcoreano, Yun Byung-se.
Washington descartó dialogar con Corea del Norte hasta que no se comprometa de forma clara a desnuclearizarse, con la esperanza de que las tensiones internas en este aislado país puedan generar cambios. En ese sentido, el secretario de Estado indicó que se están estudiando “nuevas medidas diplomáticas, de seguridad, económicas. Todas las opciones están sobre la mesa”
Durante la transición presidencial estadounidense, Barack Obama previno a Donald Trump de que Corea del Norte sería el problema de política exterior más apremiante que habría de enfrentar. Durante el mandato de Obama, Corea del Norte llevó a cabo pruebas subterráneas con bombas nucleares, y se esforzó en aumentar el alcance de sus misiles balísticos. El objetivo de Pionyang es evidente: poner una ojiva nuclear en un misil balístico intercontinental capaz de llegar a Estados Unidos.
La predicción de Obama hizo recapacitar a Trump quien, según funcionarios que intervinieron en la transición, ha pedido informes personales de la comunidad de inteligencia radicada en Corea del Norte. Una opción que Trump está considerando es expandir los esfuerzos de la presidencia de Obama para interferir en las pruebas de misiles norcoreanos echando mano de la ciberguerra.
La última prueba de misiles y el asesinato del medio hermano del líder norcoreano, Kim Jong Nam, han sacudido la presidencia de Trump y demuestran, claramente, por qué Corea del Norte es un problema tan frustrante para Estados Unidos, sus aliados y la propia China, el único aliado del país que conduce Kim Jong Un. En ese sentido, Trump acusó este viernes a China de no hacer suficiente para ayudar a contener las ambiciones nucleares de ese país. “Corea del Norte se está comportando muy mal. Han estado ‘jugando’ con Estados Unidos durante años. ¡China ha hecho poco para ayudar!”, escribió el mandatario en Twitter.
Pekín y Washington aparentemente coinciden en su preocupación por el programa nuclear norcoreano, aunque la parte china dejó claro que considera que las posiciones estadounidenses también contribuyen a la escalada de tensiones. En respuesta a esta postura, Tillerson tachó de “inapropiadas y problemáticas” las medidas de boicot económico de China hacia Corea del Sur por el despliegue en su territorio del escudo estadounidense THAAD.
El secretario de Estado insistió en que el Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), cuya instalación en el centro del país asiático comenzó la semana pasada, es una herramienta “defensiva”.