Fue el 8 de noviembre cuando la imagen de un socavón
de 30 metros de diámetro y unos 15 de profundidad, en el cruce de las principales
avenidas de Fukuoka, en el sudeste de Japón, le dio la vuelta al mundo. Las
autoridades de la ciudad lograron rellenar y reparar el enorme agujero en solo
una semana. Ahora, el terreno vuelve a hundirse.
No se tratan de metros como la vez anterior, pero sí
de siete centímetros de desnivel
que presentan en varios carriles de una sección antes dañada.
Soichiro Takashima, alcalde de Fukuoka, publicó en su
perfil de Facebook un comunicado en el que ofrecía disculpas por las molestias
causadas y por no haber explicado a los vecinos que este pequeño hundimiento
entraba dentro de lo previsto.
El funcionario agregó que los ingenieros que repararon
el agujero ya esperaban que pudiera suceder algo semejante.
De acuerdo con los especialistas, el movimiento más reciente del terreno se
debe al asentamiento natural del material (una mezcla de gravilla y arena)
usado para rellenar los 15 metros de profundidad del agujero.
Era,
pues, de esperar, dicen los ingenieros, quienes no prevén más problemas. Nadie
resultó herido y la calle ya se volvió a abrir al tráfico.