A Alloysius Attah le tomó 15 años de trabajo en la granja de su tía, seguidos por varios años de estudiar agronomía en la Universidad para darse cuenta de que, después de todo, no quería ser un granjero. En lugar de ello, cuando tenía 20 años, Attah comenzó a aprender a escribir códigos, esperando cambiar la agricultura por los algoritmos y desarrollar una carrera en el área tecnológica.
Al crecer en la plantación de maíz de dos acres de su tía, en la región de Volta en Ghana, Attah fue testigo de los desafíos que enfrentan los agricultores a pequeña escala. “Los agricultores no tienen acceso a la información ni a los servicios”, señala Attah. “Todas las investigaciones y la información publicada diariamente termina en informes archivados en las ciudades”.
Tras una conversación con su tía, Attah se dio cuenta de que los teléfonos celulares eran la respuesta. Hasta los dispositivos más básicos podían ser usados para transmitir información importante a los agricultores rurales mediante mensajes pregrabados que incluyen pronósticos del clima y los precios de mercado. Al hacerlo, los agricultores serían capaces de aumentar su producción, al tiempo que ahorraban tiempo y dinero.
Actualmente, Attah y su empresa de reciente creación, llamada Farmerline, trabajan con más de 200 mil agricultores. Las propias cifras de la empresa muestran que el uso del servicio durante una temporada incrementó los ingresos de un granjero en 55.6 por ciento por cada acre, una ganancia decente si se compara con los 2 o 3 dólares que cuesta el acceso por seis meses a Farmerline.
La empresa ahora también trabaja en Camerún, Malawi, Nigeria y Sierra Leone, mientras que países como México y Perú han mostrado su interés en esta tecnología.
La tía de Attah falleció el año pasado, pero sigue siendo una fuente de inspiración para que él continúe impulsando Farmerline. “Cuando veo personas utilizando Farmerline, puedo ver el rostro de mi tía en ellas”, dice. “Me recuerda mi conexión personal con la misión y me alienta a llevar las innovaciones de Farmerline a todos los agricultores del mundo. Ella me decía que yo podía hacer cualquier cosa en la que me centrara, y yo le creo”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek