Samsung ha recurrido a una nueva medida para reducir el riesgo de explosión en sus Galaxy Note 7 recomendando a sus usuarios limitar la capacidad de recarga de los smartphones mediante la actualización del software.
La actualización del Galaxy Note 7 limitará la recarga de las baterías al 60 por ciento, con el objetivo de evitar el sobrecalentamiento y la eventual explosión de las mismas.
“Damos prioridad a la seguridad del consumidor, pero nos excusamos por las molestias causadas”, dijo el primer fabricante mundial de smartphones.
El anuncio del gigante tecnológico surcoreano fue hecho después de que los fallos en los teléfonos inteligentes desataran un escándalo mundial. Samsung suspendió el pasado 2 de septiembre la venta del que debía convertirse en su “phablet” estrella (dispositivo entre el smartphone y la tablet) por la explosión de algunas de sus baterías durante la recarga.
La compañía anunció que 2.5 millones de terminales serán cambiados, en uno de los mayores reveses comerciales de su historia.
La actualización se hará automáticamente el 20 de septiembre. La víspera, Samsung habría comenzado a remplazar los Galaxy Note 7.
El grupo había invitado a los usuarios a devolver su “phablet” a cambio de otro teléfono provisional, el tiempo de que un nuevo Note 7 les sea entregado.
Sin embargo, muchos usuarios se habían negado a cambiar su Note 7 nuevo por otro dispositivo más antiguo, incluso a riesgo de verlo explotar.