Los historiadores
Bettina Reitz-Joose y Han Lamers, sin amilanarse por el tamaño del reto,
lograron descifrar lo que dice el documento a través de tres fuentes casi desconocidas
que encontraron en bibliotecas y archivos de Roma. Aseguran que el pergamino se centra en el líder fascista italiano Benito Mussolini(1883-1945),
en su régimen y sobre cómo quería ser visto por las generaciones futuras.
El texto está
enterrado junto a monedas de oro en la base del Obelisco de Mussolini, erigido
en 1932 en el complejo deportivo Foro Itálico de Roma, antes conocido como Foro
Mussolini, y el pergamino se le conoce como Codex Fori Mussolini.
“El texto no
estaba pensado para los contemporáneos de la época”, dice la doctora
Reitz-Joose, quien trabaja en la universidad holandesa de Groningen. “El
obelisco se convirtió en un espectáculo, pero la existencia del texto no se
divulgó. Estaba dirigido a una audiencia de tiempos venideros”.
Los
fascistas sabían de descubrimientos arqueológicos, de la época de los romanos,
y quisieron crear su versión de los hechos –de ese momento– para las
generaciones futuras. Se eligió redactar el documento en latín “para trazar un
vínculo entre el Imperio Romano y el auge del fascismo”, añade la doctora.
El
panegírico –un discurso en el que se alaba a alguien– fue escrito por el
estudioso de la cultura clásica Giuseppe Amatucci; es de 1,200 palabras y contiene tres partes.
La
primera es una historia general de los “logros” del fascismo y el ascenso al
poder de Mussolini. Describe Italia como un país al borde del desastre
tras la Primera Guerra Mundial, rescatado por un líder que lo “regeneró gracias
a sus conocimientos y determinación sobrehumana”, apunta Lameres, quien trabaja
en la Universidad Humboldt de Berlín y en la Universidad Católica de Lovaina,
en Bélgica. “El texto presenta a Mussolini –utilizando un lenguaje bíblico–
como una especie de nuevo emperador romano, el salvador del pueblo italiano”.
La
segunda sección trata de la Organización Juvenil Fascista, en cuya sede se
construyó el obelisco, y de sus programas para la juventud. La tercera parte narra la construcción del Foro Itálicoy
la erección del obelisco. Junto al texto se encuentra una medalla que presenta a
Mussolini ataviado con una piel de león sobre su cabeza.
La
ironía de este pergamino es que su descubrimiento estaba ligado a la caída del
obelisco y, por tanto, del fascismo. De algún modo, los fascistas imaginaron su
propio declive y caída, señala Reitz-Joosse.