Las autoridades de Cincinnati, Estados Unidos, detectaron
desde hace unos meses que la heroína se
está combinando con carfentanil, y también sospechan de la mezcla con fentanilo, ambos
opiáceos sintéticos.
La DEA (agencia antidroga estadounidense) describe al
carfentanil como una sustancia 10 mil
veces más poderosa que la morfina, “usada en la práctica veterinaria para
inmovilizar animales grandes”, por eso se le conoce como “tranquilizante para elefantes”. El
fentanilo, por su parte, es 100 veces menos poderoso que el carfentanil, pero
una sobredosis con este opiáceo es potencialmente letal.
Cuando Michael
Purvis llegó a los servicios de emergencia de Indiana por sobredosis, tuvieron
que suministrarle cuatro tomas de naloxona –fármaco que contrarresta los efectos del consumo excesivo de opiáceos– siendo
que basta por lo regular una, o dos dosis, tratándose de casos extremos.
Esa anormalidad ya se había registrado en localidades
de Ohio y Kentucky, que junto
con Indiana presentan un número exagerado de sobredosis. Los servicios de
emergencias en esos estados atendieron
174 casos en un periodo de seis días la semana pasada, cuando lo
habitual son 25 semanales; consideran que se debe a que se están inyectando una
combinación letal de drogas, y creen que los adictos no lo saben.
Aunque no se
puede comprobar que todos los usuarios de heroína consumieron una mezcla
con carfentanil, las autoridades han encontrado coincidencias entre los que
sufrieron sobredosis, que son más
fuertes que lo normal.
Investigan si hay un patrón en los lugares donde se
han ubicado a las víctimas; la mayoría está en el área de Cincinnati, en el
triángulo de estados entre Ohio, Kentucky e Indiana. El vocero de la Policía
Estatal de Indiana, Stephen Wheeles, dijo que probablemente se trata de un envío de esta droga que llegó a
Cincinnati y de ahí se distribuyó a otras localidades.
Detalla Wheeles que en el condado de Jennings hubo diez reportes de sobredosis la
semana pasada, entre ellos tres menores de 18 años, seis muertes en Ohio y una más en Indiana, “pero podría haber
más no detectadas”. Aparecen ya
reportes de consumo de esta mortífera mezcla en Pensilvania, Virginia y Florida.
En el caso de Michael Purvis, no solo fue víctima de
una sobredosis, sino que luego lo arrestaron como sospechoso de “comerciar una sustancia controlada”, informó un
portavoz de la policía de la ciudad de Seymour, en Indiana.