Las aguas negras podrían no ser lo único que preocupa de los Juegos Olímpicos de Río: las altas temperaturas y la contaminación del aire ya han interferido con el rendimiento atlético.
En una competencia preliminar de marcha antes de que los juegos comenzaran, 11 de los 18 competidores sufrieron lesiones relacionadas con el calor. Un atleta incluso se desmayó.
Pero estos Juegos Olímpicos podrían ser un verdadero reto. Según un informe del Observatorio Climático de Brasil, conforme los récords climáticos siguen cayendo, los récords en deportes al aire libre podrían volverse más difíciles de romper.
Al momento, los tiempos en la maratón son 2 minutos más lentos en promedio por cada 10 grados Fahrenheit que la temperatura aumenta.
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En Río, los problemas son todavía más pronunciados, dado que la mala calidad del aire por la congestión vehicular dificulta los deportes al aire libre de alto rendimiento, incluso haciéndolos mortales.
Cada año, miles de ciudadanos de Río mueren de complicaciones por la contaminación del aire, la cual está vinculada a cáncer pulmonar, infartos, apoplejías y asma.
“En los días cálidos en áreas contaminadas, es más sano salir y tomarse una cerveza (a la sombra) que practicar deportes al aire libre”, dijo Luzimar Teixeira, profesora de la escuela de educación física en la Universidad de São Paulo.
El informe señala que los competidores podrían mitigar los efectos del cambio climático mediante avances tecnológicos como equipo y ropa de alta tecnología, pero esos avances posiblemente no estén disponibles para los atletas de naciones menos ricas.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek