¿Sobrevivió a la primera mitad de este año? ¿Cuál es su balance sobre lo ocurrido en el primer semestre de 2016?
Muchas cosas ocurrieron y marcaron la historia de estos seis meses. En materia de (in)seguridad: la recaptura de Joaquín Guzmán, el “Chapo”, y su telenovela con Kate del Castillo, así como el cierre de las investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI) sobre el caso Ayotzinapa que, por cierto, dejó más dudas que respuestas.
En lo político-electoral, el descalabro del PRI en los comicios del 5 de junio; en lo económico-financiero, el “deslizamiento” del peso ante la “volatilidad” internacional; y en lo internacional, el peligro que nos viene desde la frontera norte con Donald Trump como virtual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, y su política xenofóbica.
Si toda esta vorágine no le provocó depresión, ansiedad o un infarto (toco madera), prepárese porque si estuviéramos en una montaña rusa, lo que resta del 2016 representaría la caída más recta y pronunciada. Así que tome sus precauciones y agárrense quien pueda.
DE GASOLINAZOS Y TOQUES ELÉCTRICOS
En temas que nos pegan en el bolsillo, julio inició con dos muy malas noticias: un gasolinazo y el aumento a las tarifas de la energía eléctrica. Hechos que no debían ocurrir, según lo que nos vendió el gobierno federal durante la discusión de la reforma energética cuando se nos dijo que, por el contrario, los precios se reducirían.
Desde el primer día del séptimo mes, las gasolinas Magna y Premium se incrementaron 1.82 y 2.4 por ciento, respectivamente. De esta forma, llenar el tanque del vehículo con Magna implica pagar 13.40 por litro, un aumento de 24 centavos respecto al mes anterior. Mientras que la Premium se vende en 14.37 pesos por litro, 34 centavos más a los 14.03 en que se comercializó en junio.
Estas variaciones, explicó la Secretaría de Hacienda, son producto de la “recuperación en los precios internacionales del petróleo”.
Días después nos electrocutaron con otra información: la Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció que los costos eléctricos para el sector industrial, comercial y doméstico de alto consumo, subirían a partir de este mes.
Para el sector industrial se incrementaron entre 2 y 5 por ciento; los comercios sufrieron un aumento de entre 5 y 7 por ciento, mientras que la tarifa doméstica de alto consumo repuntó 6.8 puntos porcentuales.
Las tarifas domésticas de bajo consumo, en las que se encuentra cerca del 98 por ciento de los usuarios domésticos a escala nacional, permanecieron sin cambios. Dicen, aunque habrá que esperar el recibo del próximo mes.
A esto súmele los efectos de la salida del Reino Unido de la Unión Europea que provocó que el dólar se cotizara en 19.43 pesos, lo que significa que nuestra moneda se ha depreciado 1.90 pesos en este primer semestre, convirtiéndose en la que más valor ha perdido a escala internacional en 2016.
Todos estos ingredientes han generado escepticismo en organismos nacionales e internacionales respecto al futuro inmediato del país. El Banco Mundial redujo su previsión de crecimiento para México de 2.8 a 2.5 por ciento en 2016; mientras que la previsión de analistas encuestados por el Banco de México pasó de 2.44 a 2.36 por ciento.
En resumen: cuide su empleo, modere su gasto, ahorre (si es que puede), y si todo lo demás no funciona, encomiéndese entonces al santo al que más confianza le tenga, pues las perspectivas no son nada halagüeñas.
Por lo pronto, los políticos ya le rezan a Tomás Moro, su santo patrono, ya que ellos tampoco cantan mal las rancheras.
DE DESCALABROS ELECTORALES Y DESAPROBACIÓN
Quienes también tuvieron muy pero muy malas noticias durante los primeros días de este segundo semestre fueron el presidente Enrique Peña Nieto y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.
La desaprobación de ambos creció a niveles históricos. La del primer mandatario subió siete puntos y se ubicó en 63 por ciento; en marzo, 56 por ciento de la población reprobaba su gestión.
Mientras que Mancera recibió un 5 de calificación y el porcentaje de capitalinos que rechaza su mandato pasó de 57 a 70 por ciento de marzo a julio.
En los partidos, dos no tenían dirigentes nacionales al inicio del segundo semestre, producto de los resultados de los comicios del 5 de junio.
En el PRD, tras la renuncia de Agustín Basave, las tribus no se lograron poner de acuerdo y pospusieron dos semanas la decisión. Así, el sábado 16 de julio tendrán que definir entre Alejandra Barrales, Beatriz Mojica y Pablo Gómez (aunque no descartan un “caballo negro”), quien habrá de conducir sus destinos y, lo más importante, la designación de su candidato presidencial en 2018, así como la posibilidad de ir en alianza con el PAN.
En el Revolucionario Institucional, tras la salida de Manlio Fabio Beltrones, fracasaron los intentos de sectores que promovían mayor democracia interna y evitar el resurgimiento del “dedazo presidencial”.
Desde Los Pinos se determinó que Enrique Ochoa Reza, titular de la CFE, sea quien ocupe las oficinas de Insurgentes Norte. Decisión que no fue bien recibida por algunos priistas, ya que el exconsejero del desaparecido IFE no tiene carrera partidista.
Este es el ambiente que viven dos de las principales fuerzas políticas en la antesala del 2018. Habrá que ver si por estas decisiones no les surgen disidencias, como en el magisterio, que los colapsen como hace cotidianamente la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en todo el país.
DE BLOQUEOS Y DESABASTOS
En lo social, el país vive las consecuencias de los bloqueos de la CNTE que, un día sí y al otro también, desquician el tránsito, cortan el abasto de básicos y generan inconformidad en la población.
Cuando la sociedad había aplaudido la decisión del gobierno de la república de ir contra los líderes de esta organización en Oaxaca y parecía que su activismo se desinflaba, el enfrentamiento en Nochixtlán vino a darle oxígeno.
Era sabido que la Coordinadora buscaba mártires y los encontró aquel 19 de junio cuando habitantes de ese poblado de Oaxaca protagonizaron una gresca en la que murieron ocho personas y más de un centenar resultaron heridas.
A pesar de que las víctimas fatales no eran maestros, la CNTE capitalizó el hecho para reiterar su exigencia de que la reforma educativa sea abrogada, y con el apoyo de organizaciones como Morena (entiéndase Andrés Manuel López Obrador) reactivó sus protestas en todo el país.
Oaxaca, Chiapas y Guerrero sufrieron los efectos del desabasto de gasolinas, alimentos y productos básicos, mientras que en la capital del país, de manera “espontánea”, padres de familia cerraron escuelas, tomaron calles y se sumaron a los bloqueos que desquiciaron el ya de por sí complicado tránsito.
Por si fuera poco, cerca de un millón de vehículos se sumaron diariamente a la circulación luego de que concluyó la restricción del Doble No Circula, y si usted pretendía ser un ciudadano cumplido y ser de los primeros en verificar bajo los nuevos lineamientos, seguramente se llevó un chasco pues de los 67 centros, sólo cuatro operaban.
Con este panorama, la segunda mitad de 2016 es de pronóstico reservado. Ojalá, y como dice el refrán, lleguemos a cargar los peregrinos. Por lo pronto, sálvese quien pueda.