Julio César Mondragón, uno de los tres estudiantes de Ayotzinapa que fallecieron en septiembre de 2014 durante el ataque de narcotraficantes y policías en el que desaparecieron sus 43 compañeros no fue desollado sino que parte de su rostro fue comido por animales, dijo este la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
El caso de Julio César Mondragón, cuyo cadáver apareció desollado y con evidentes signos de tortura en un camino de tierra cercano a Iguala, había generado controversia ya que inicialmente surgieron versiones de que había sido desollado por los narcotraficantes por pertenecer a un cártel rival, algo que familiares de los estudiantes han negado categóricamente.
En un informe pormenorizado sobre el caso, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) fue tajante y dijo que sus análisis científicos de la necropsia y fotografías del cadáver comprobaron que no se ven rastros de “la acción de un objeto filoso o cortante” y sí mordiscos y pisadas de perros y roedores, por lo que descartó que “se haya hecho de manera intencional por acción humana”.
Anteriormente, el grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había dicho que no podía definir si la falta de piel en el rostro de Mondragón era “por maniobras intencionales o por fauna”.
Foto: Cuartoscuro