Durante el Segundo Foro Mundial de Turismo
Gastronómico, que reunió a 2300 participantes de 40 países, Lima presumió una
gran tradición culinaria que la ha posicionado como una de las capitales
culinarias más importantes del mundo.
En el encuentro organizado por el Basque Culinary
Center (BCC), la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el Ministerio de
Comercio Exterior y Turismo peruano, Gastón Acurio, considerado el padre de la
nueva cocina peruana, señaló que cada pueblo tiene un plato que compartir.
“El restaurante del chef Héctor Solís, Fiesta, abrió
en 1996 cuando en Lima sólo los restaurantes franceses eran emblemáticos, y la
cocina del chef era una muestra de la
cultura mochica del norte del país. En ese entonces sólo la gente de Miraflores
era la que consumía esa comida y hoy es uno de los más exitosos”, dijo el fundador
del restaurante Astrid & Gastón en 1994.
De acuerdo con El País, el secreto de la culinaria peruana radica en “las
cinco sangres”; es decir, en la mezcla de la cocina autóctona andina con la de los españoles,
la de los esclavos, la de los primeros emigrantes chinos a mediados del siglo
XIX y la de los japoneses que llegaron a principios del XX para trabajar en las
plantaciones de caña de azúcar.
En Perú, el platillo más sobresaliente es el
cebiche de pescado, por lo que Acurio junto con los chefs Micha Mitsuharu, del
Maido; Rafael Piqueras, del Maras, y José del Castillo, de La Red, formaron la
Pandilla de la Leche de Tigre, un jugo blanquecino en el que se macera el
pescado para preparar el cebiche. Juntos han hecho demostraciones de cocina
peruana en Argentina, España, Francia, Colombia y Singapur.
Durante su discurso inaugural, el presidente de
Perú, Ollanta Humala, reconoció que la nación sudamericana encontró en su
cocina un nuevo motor para el desarrollo de su economía.
“El año pasado tuvimos 3.5 millones de turistas,
pero Perú tiene potencial para incrementar esta cifra exponencialmente, por eso
invertimos en infraestructuras, en carreteras que faciliten las visitas”,
aseguró Humala a El País.