Seguramente
has escuchado alguna de las siguientes frases, o incluso las has utilizado sin saber
quién y por qué las dijo. Complejo de Edipo, ello, yo y súper yo, inconsciente,
catarsis, libido, fetichismo, fobia, neurosis, esquizofrenia, depresión, etc. son
expresiones de uso cotidiano; pero que en su momento causaron controversia, de
uno de los psicólogos que revolucionó la forma de entender la mente humana, con
su famosa teoría del psicoanálisis y la interpretación de los sueños: Sigmund
Freud quien nació un 6 de mayo de 1856 y que hoy el mundo celebra su 160
aniversario.
Sigmund
Freud, estudió en París con el neurólogo francés Jean-Martin Charcot las
aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta a la
ciudad de Viena y en colaboración con Josef Breuer desarrolló el método
catártico.
La existencia de una
sexualidad inconsciente, ligada a la infancia y determinante en el adulto, fue
uno de los descubrimientos de Freud que más han conmocionado y que provocó cierto
rechazo
Freud
descubrió que el incesto es antisocial porque llevaría a que los miembros de
una familia sólo se relacionen entre sí, volviéndose incapaces de conectarse
con “extranjeros”, por lo que la cultura depende de que los
individuos sepan desistir cada vez más de esos deseos prohibidos.
Sin
embargo, no es la represión lo que favorece la teoría freudiana, sino el
trabajo analítico que permite ver y modificar a través de la palabra el
dinamismo y la estructura del inconsciente.
Los
estudiosos de Freud se dividen entre los que le ven como uno de los mayores
pensadores del siglo XX y quienes le consideran un charlatán.
Elisabeth Roudinesco,
autora de una biografía sobre el padre del psicoanálisis, se encuentra entre
los primeros. Roudinesco es autora de una voluminosa biografía con la que
pretende arrojar luz sobre el gran teórico del inconsciente. Al mismo tiempo,
desmonta numerosos mitos que carecen de sustento documental sobre la vida
sexual de Freud y sus inclinaciones políticas. “Desde 1900 ha habido
muchos detractores de Freud, pero contra Darwin hay más todavía, y lo mismo
sucede con los enemigos de Sartre o Marx. Todos los pensadores que aportan algo
nuevo al saber occidental son polémicos”. Con todo, la autora considera
que el intento de Freud por mantener al psicoanálisis al margen de las
contiendas políticas fue un desatino, sobre todo en aquellos tiempos convulsos que condujeron a la Segunda Guerra Mundial.
El psicoanalista es el partenaire necesario de un nuevo lazo, inédito e irreductible a las formas conocidas. Ni maestro y discípulo, ni amo y esclavo, ni consejero y consultante, ni confesor y penitente, ni adiestrador y adiestrado, ni… el lazo analítico funda una nueva forma de tratamiento de las aflicciones humanas. Aquello que su inventor proponía como enfermedades del pensamiento que afectan las ideas, el cuerpo, las vidas, la vigilia y los sueños, los yoes mismos de aquellos que no encontraban otro lugar donde su padecer fuera dignificado en su sentido más íntimo, genuino y singular.
Freud inventó un lazo entre personas que pone en el centro de la escena una particular sensibilidad a las resonancias de la palabra y sus efectos tanto para hacer sufrir como para intentar curar ese sufrimiento. Palabra bisturí, pasión de los seres hablantes -que resuene la pasión en sus múltiples sentidos-, que tanto corta la carne como cauteriza la herida… (leer texto completo)