En las calles de Ramalá los emprendedores Jaldun
y Abderraman han instalado un camión pintado con colores vistosos y con luces
de neón que no pasa desapercibido, se trata del primer “food truck”
autorizado a operar en los territorios palestinos, que además funciona con
energía solar.
Los vendedores ambulantes de ‘falafel’
(bocadillos de albóndigas de pasta de garbanzo), maíz tostado o de café turco
forman parte del paisaje palestino, pero un “food truck” con dos
refrigeradores y con un horno que funciona con energía solar es algo inédito.
Siguiendo una moda que causa furor en todo
el mundo, los dos amigos pidieron al ministerio de Transportes la autorización
para operar el primer camión-restaurante que funciona en los territorios
palestinos.
La idea nació en la cantina de la prisión
israelí donde Jaldun al Barghuthi y Abderraman al Bibi servían a los otros
prisioneros.
Jaldun, un informático padre de seis hijos,
pasó ocho años detenido, Abderraman nueve, pero ninguno da detalles sobre
porqué estuvieron presos.
“Yo tenía que moverme después de pasar
tanto tiempo en una pequeña celda”, explicó Jaldun. “Estábamos
aburridos de las largas horas de hastío, todo el tiempo queríamos movernos,
como un tren”, explica a AFP mientras prepara una ‘baguette’ con cebolla y
pollo asado.
Para olvidar la oscura prisión y los tristes
uniformes marrones y azul oscuro que estaban obligados a portar, decidieron
pintar el camión con colores vistosos: rojo, azul, naranja, violeta y amarillo.
Y por la noche, las luces de neón anuncian su presencia.
Desde su inauguración hace tres semanas, los
dos socios se turnan desde las 08:00 de la mañana hasta medianoche todos los
días.
“En general, nos estacionamos delante
de las universidades o de los jardines públicos. A veces los empleados nos
piden que vayamos a una zona industrial”, cuenta Jaldun, con una cuidada
barba negra y un delantal con la enseña del camión.
“No esperábamos tener tantos clientes
tan rápido”, añade Jaldun.
Para Anam Sheij, el “food truck”
es algo doblemente positivo ya que muestra que los exprisioneros pueden volver
a levantarse, y además ayuda a preservar el medio ambiente gracias a la energía
solar.
“Espero que sirva de ejemplo”,
agregó, en referencia a los 850 000 palestinos que han estado detenidos en
prisiones israelíes en los últimos 50 años, según las estadísticas palestinas.