En un estudio publicado el martes en The Journal of Clinical Psychiatry, los investigadores descubrieron que el uso no médico de Adderall aumentó 67 por ciento de 2005 a 2011 entre personas de entre 18 y 25 años de edad, y que las visitas a la sala de emergencia relacionadas con este medicamento aumentaron 156 por ciento.
Muchas personas han especulado que la prescripción excesiva de este medicamento es una de las causas principales del problema, pero el nuevo estudio indica que la situación es más complicada: casi 70 por ciento de las personas que usaron Adderall en forma “no médica” informaron que no tenían una receta y que consiguieran el fármaco con sus amigos o familiares, señala el Dr. Ramin Mojtabai, coautor del estudio y médico e investigador de la Facultad Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins en Baltimore. (El uso no médico se define como el consumo de un estimulante que se vende con receta médica sin contar con esta última, o en una forma distinta a la prescrita, como en dosis altas, o al triturarlo y aspirarlo por la nariz.)
En otras palabras, el problema no es que haya demasiadas recetas, sino que las personas comparten su fármaco con otros, dice Mojtabai.
La Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional para prevenir el Abuso de las Drogas, institución que no participó en la investigación, dice que aunque los estimulantes de venta con receta médica como Adderall se recetan en exceso, este estudio muestra que las consecuencias negativas de su uso son impulsadas en gran medida por su uso no médico.
En total, aproximadamente uno de cada tres estudiantes universitarios informa usar Adderall de Ritalin en forma “no médica”, y existen algunas pruebas de que la situación está empeorando. Mientras tanto, de acuerdo con el reciente estudio publicado en The Journal of Clinical Psychiatry, el abuso de estos medicamentos de venta con receta entre los adolescentes de entre 12 y 17 años de edad parece haberse estabilizado, y las visitas a las salas de emergencia relacionadas con Adderall disminuyeron 53 por ciento de 2005 a 2011 en este grupo etario. (En el estudio se analizaron datos de tres encuestas nacionales, y representan los años más recientes acerca de los cuales se posee información relacionada con todas estas medidas.)
Asimismo, cerca de 7.5 por ciento de los estudiantes del último año de secundaria informaron haber usado alguna forma de anfetamina de venta con receta el año pasado, dice Volkow. Aunque ese número ha permanecido principalmente estable durante los últimos cinco años, la cifra todavía es “muy alta”, dice Volkow.
Mojtabai y Volkow piensan que la educación es clave para superar el problema. Muchas personas consideran que estos medicamentos son seguros, e ignoran que pueden tener efectos secundarios negativos. En 2006, la Dirección de Alimentación y Fármacos de Estados Unidos publicó una advertencia de que el mal uso de Adderall y Dexedrine “Podrían causar muerte súbita y eventos cardiovasculares serios.” E incluso el uso correcto puede provocar ansiedad, agitación e insomnio, señala Mojtabai. Estos medicamentos también son adictivos y pueden producir dependencia, añade.
Por todas estas razones, dichos medicamentos deben ser tomados bajo la supervisión de un médico, que puede ayudar a hacer frente a cualesquier efectos adversos que puedan surgir, dice Mojtabai.