Desde el lago Walden, el filósofo Henry David Thoreau escribió una vez,
“Simplifica, simplifica.” Desde sus ornamentadas oficinas centrales
ubicadas en su torre, Donald Trump trata de imprimir un tono similar a la
política fiscal. El favorito presidencial republicano divulgó un documento
normativo fiscal el lunes que, en sus palabras, simplificará él código
tributario, impulsará el crecimiento de los negocios y eliminará las lagunas
jurídicas.
“Va a costarme una fortuna”, dijo Trump a los reporteros.
El plan reduce de siete a cuatro el número de bandas impositivas, con lo
cual, las personas que más ganan pagarán 25 por ciento. Las personas que ganen
menos de 25,000 dólares al año, o los matrimonios que ganen menos de 50,000 dólares
al año, pagarían un impuesto sobre la renta de cero por ciento. En su intento
de presentar a la nueva política como un sistema fiscal más justo y más
transparente para la clase media, Trump insistió en que “habrá personas en
los niveles más altos a las que esto no les emocionará en lo más mínimo.” Sin
embargo, su banda impositiva superior de 25 por ciento es, en realidad, menor que la tasa impositiva más alta, que
asciende a 39 por ciento. También reducirá la tasa corporativa de
impuestos a 15 por ciento (que actualmente es de 35 por ciento).
Trump prometió hacer que los estadounidenses más adinerados asuman su
responsabilidad al eliminar las lagunas jurídicas del código fiscal actual,
particularmente, las deducciones por causas políticas y el aplazamiento de la
tributación sobre las ganancias obtenidas en el extranjero.
“Se denomina inversión corporativa; es un tema inmenso”, dijo Trump acerca
de las ganancias obtenidas en el extranjero no fiscalizadas.
Trump dijo que él mismo se beneficia actualmente de tales lagunas jurídicas,
pero aseveró que pagaba millones de dólares en asesoramiento legal y contable
para revisar el complicado código tributario.
Con su estilo característico, afirmó que su plan había sido aprobado por
varios de los “principales eruditos y expertos fiscales del país.” Cuando un
reportero le insistió en que diera nombres, Trump declinó hacerlo.
“No lo haré aún, tenemos que obtener su aprobación… Pero tenemos a algunas
de las personas más importantes del país trabajando en esto.”
Grover Norquist, director de Americans for Tax Reform (Estadounidenses a
favor de la reforma fiscal), una organización de tendencia libertaria, publicó una
declaración en la que afirma que el plan fiscal de Trump es compatible con los
objetivos de la organización, aunque en última instancia sería una “reforma”
y no un verdadero recorte impositivo.
La fiesta para el lanzamiento oficial del plan impositivo se produjo a la
mañana siguiente de que Trump apareciera en 60 Minutes para
hablar acerca del plan con Scott Pelley de CBS. Trump se mostró elogioso
con la red y con Pelley esta mañana, aunque en su cuenta de Twitter expresó
algunas quejas sobre la forma en que la red manejó la entrevista.
Trump tampoco se resistió a atacar a sus dos antagonistas favoritos: el
gobierno de Obama y sus adversarios políticos actuales en el Partido
Republicano.
“El senador Rubio es un peso ligero”, dijo Trump mientras hablaba
sobre renegociar los acuerdos comerciales de EE UU. “No sabría distinguir un
acuerdo comercial de cualquier otro acuerdo.”
Trump dijo que algunos de sus asesores económicos, a los cuales tampoco
nombró, calcularon la tasa nacional de desempleo en 32 e incluso en 42 por
ciento, mucho más alta que la tasa nacional aceptada de cerca de 5 por
ciento. Criticó al gobierno actual por permitir el derroche y los acuerdos
comerciales deficientes, y prometió revertir las políticas económicas del
gobierno de Obama