Expertos aseguran que el incremento en la violencia se debe a choques
entre pandillas callejeras y fuerzas de seguridad o pandillas rivales que
pelean entre ellas, y es que se estima que en el país centroamericano hay más de 70 000 pandilleros.
Pese a que el gobierno asegura que han estado deteniendo a miembros de pandillas en
los últimos meses, el costo ha sido alto, ya que el jefe de la policía Nacional, Mauricio Ramírez, dijo en conferencia de
prensa que 47 policías y 16 soldados han muerto en esta lucha en contra del
crimen en El Salvador.
El presidente, Salvador Sánchez Cerén, ha desplegado a 7 000 tropas
militares para apoyar a la policía en redadas, sin embargo la violencia no ha
disminuido. Una muestra de el problema es que apenas en julio, pandilleros paralizaron el transporte público cuando obligaron a los choferes a
entrar en huelga; destruyeron los camiones y mataron al menos a siete choferes
que no querían participar.
Los jefes de
las pandillas habían llamado a una tregua entre las dos pandillas principales:
Mara Salvatrucha y Barrio 18. Esta tregua disminuyó los homicidios en un 40 por
ciento.
Ahora, la
tregua ha terminado y el número de homicidios se ha elevado de manera incontrolable.
El
presidente Sánchez Cerén se ha rehusado a involucrarse en la negociación de una
nueva tregua, pues no quiere acceder a las demandas de las pandillas.
La política
del presidente salvadoreño ha sido la de desplegar a más policías en las áreas con
mayor presencia de pandillas con la misión de erradicar el crimen.
Cabe señalar que Centroamérica es una de las regiones más violentas del mundo, con Honduras ocupando
el puesto del país más violento (91.4 homicidios por 100 000 personas), según
un reporte de las Naciones Unidas en 2012.