Luego de que la fuerza aérea de Rusia confirmara la destrucción de ocho objetivos del Estado Islámico en Siria tras el bombardeo de este miércoles, el Pentágono cuestión la nueva estrategia de Rusia en Siria con ataques aéreos, ya que considera “podrá inflamar todavía más ese conflicto que ya se arrastra por varios años”, opinó este miércoles el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, durante una conferencia de prensa en el Pentágono.
Este abordaje adoptado por Moscú equivale a “arrojar gasolina a las llamas”, dijo Carter, horas después de conocerse informaciones sobre ataques aéreos rusos en diversos puntos de Siria.
La aviación rusa efectuó este miércoles sus primeros ataques en Siria, a pedido del presidente Bashar al Asad, contra objetivos del grupo yihadista Estado Islámico, indicó Moscú, pero Francia puso en tela de juicio estas afirmaciones.
Así, el canciller francés Laurent Fabius denunció el miércoles en la ONU que los ataques aéreos rusos en Siria podrían no haber apuntado contra el EI, exigiendo garantías de los objetivos reales de Moscú.
Por su parte, la Casa Blanca dijo que es “demasiado pronto” para decir cuáles fueron los blancos de los ataques aéreos rusos en Siria, y qué resultó efectivamente bombardeado.
Poco antes, una fuente del Pentágono había dicho que los ataques rusos en Siria estuvieron dirigidos contra fuerzas de la oposición y no contra el grupo EI.
El EI no podrá ser vencido en Siria si Asad permanece en el poder, declaró por su parte el secretario de Estado norteamericano John Kerry en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante una reunión presidida por su homólogo ruso Serguei Lavrov, Kerry declaró además que Estados Unidos estaba dispuesto a aprobar los ataques rusos en Siria si son “realmente” contra el EI.
Horas antes, los aviones rusos habían golpeado “con precisión blancos en tierra de los terroristas del grupo Estado Islámico en Siria”, según el general Igor Konashenkov, portavoz del ministerio de Defensa.
Concretamente se destruyeron “equipamientos militares”, “depósitos de armas y municiones” y herramientas de comunicación del grupo yihadista, que el año pasado proclamó un “califato” en los territorios bajo su control en Irak y Siria.
La campaña iniciada este miércoles es la primera intervención militar de Rusialejos de sus fronteras desde la invasión soviética de Afganistán en 1979, concluida una década más tarde con un sonado fracaso.
Estados Unidos, que desde hace poco más de un año lidera una campaña aérea contra el EI en Irak y Siria, se vio sorprendido por la iniciativa rusa.