Desde que Steve Austin desplegó sus poderes biónicos en “El
hombre nuclear”, hemos soñado con órganos que nos conviertan en súper humanos.
Pues bien, por lo pronto, las únicas estructuras del cuerpo susceptibles de
renovación con tecnología del mercado masivo son las orejas, pues los ojos
quedaron descartados cuando las gafas Google Glass resultaron tan inútiles como
Segway (y tenerlas se ha vuelto en extremo vergonzoso).
Comparada con potenciadores de piernas, manos y narices, la
audición mejorada es lo más factible de popularizarse. Para empezar, cambiaría
la naturaleza de la música en vivo y después afectaría cosas mucho más grandes y
trascendentes, como ciudades, idiomas y relaciones. Solo espera a que puedas
“desconectar” a tu pareja con audífonos intraauriculares de audición aumentada
–como si apretaras el botón “silencio” cuando Donald Trump aparece en TV- y
configurar tu mundo de audio para escuchar nada más el timbre de tu casa
(porque no querrás perderte al repartidor de pizza).
Antes que termine el año, la startup Doppler Labs pretende
lanzar un producto prometedor llamado Here, audífonos intraauriculares grandes
(más o menos como una moneda de 25 centavos de dólar) con los que podrás
controlar sonidos en vivo. No podrás reproducir música Spotify, pero filtrarás
y alterarás el tumulto del mundo que te rodea. Las primeras versiones incluirán
control de volumen y algo de cancelación de ruido, así que podrás meterlo en
tus orejas, atenuar los sonidos de la ciudad y mejorar las conversaciones, para
escucharlas con más claridad. Here tendrá otro ajuste llamado “Baby Suppress”
(Suprimir bebé). Sí, parece control de la natalidad, pero sirve para apagar el
llanto de cualquier niño sentado detrás de ti durante un vuelo.
Los audífonos intraauriculares de audición aumentada pueden
hacer maravillas para la población madurita que se arruinó la cóclea en los
conciertos de Ramones, pues tienen un aspecto genial y cuestan la décima parte
de un auxiliar auditivo. Los primeros Here tendrán un precio inferior a 300
dólares, mientras que (en Estados Unidos) los aparatos médicos cuestan entre
2,000 y 7,000 dólares.
En principio, Doppler ha dirigido su producto a los amantes de
la música en vivo. Noah Kraft, CEO, músico y audiófilo, estaba frustrado porque
la música tenía un sonido distinto en diferentes áreas de un mismo recinto. Mas
los audífonos Here permitirán que el usuario haga ajustes de volumen, graves y
efectos como reverberación, dependiendo del concierto. Según él, muy pronto, el
director de sonido de cualquier banda podría enviar los ajustes de sonido a los
usuarios Here del público, para que todos disfruten de la misma una experiencia
optimizada.
Los audífonos intraauriculares de audición aumentada podrían
ser lo mejor que haya ocurrido a la música en vivo desde la amplificación
eléctrica, que cambió la naturaleza misma de la música; incluyendo desde
orquestas y grandes bandas hasta pequeños grupos que tocan con micrófonos y
amplificadores. Una vez que todos los asistentes tengan orejas amplificadas,
los artistas podrán replantear la manera como envían su música a nuestros
cerebros. Tal vez cada integrante del grupo toque desde un rincón diferente del
salón, permitiendo que los miembros del público se aproximen a cada intérprete,
lo vean actuar íntimamente y no obstante, escuchen el sonido combinado
perfectamente.
“Esperamos que Here cree un nuevo paradigma para la experiencia
de conciertos y la audición en vivo”, dijo Kraft, en entrevista con Rolling
Stone.
Sin embargo, Doppler y otros que trabajan en esta tecnología no
van a detenerse con la música. Doppler tiene puesta la mira en “una
computadora, bocinas y micrófono para cada oído” (peculiar homenaje al antiguo
objetivo de Microsoft, de una computadora en cada escritorio) y vaticina que,
en 10 años, la gente usará sus productos las 24 horas del día. El gran proyecto
de la compañía incluye mapear cada punto del planeta para detectar sonidos, de
suerte que tus audífonos podrían optimizar lo que escuchas, automáticamente.
Imagina estos audífonos intraauriculares con GPS: a sabiendas de que estarás en
casa a las 2 a.m., se ajustarán por sí solos para cancelar los ronquidos de
quien esté junto a ti y apagarán los ladridos del perro del vecino. O digamos
que saliste a acampar en el bosque: amplificarán el sonido de algún oso lejano
que pueda estar corriendo en tu dirección.
La audición aumentada también cambiaría la economía de una gran
ciudad, donde el ruido incide en el lugar donde la gente vive y trabaja.
Diablos, si pudieras usar audífonos intraauriculares que cancelen el ruido,
todo el tiempo, ¡podrías vivir en un edificio que esté bajo una ruta de
aproximación al aeropuerto y junto a un depósito de autobuses!
Si bien Doppler parece el más aventajado, no es el único que
persigue esta idea. Ya puedes comprar apps que aumentan el sonido utilizando tu
smartphone como micrófono y filtro, y transmiten el sonido alterado a través de
auriculares o audífonos intraauriculares comunes. Por ejemplo, Ear Spy
comercializa su app como “lo último en espionaje personal” para que sintonices
una conversación al otro lado de la habitación. Hace poco, un grupo de
investigadores finlandeses publicó un estudio sobre lo que denominan el
“ambiente pseudoacústico”, algo que describen como “una representación
modificada del ambiente acústico real que rodea al usuario”. Por su parte, los
fabricantes de auxiliares auditivos de alto nivel están mejorando,
continuamente, la filtración acústica en sus dispositivos. Por ejemplo, GN
ReSound Linx ofrece una modalidad diseñada para restaurantes que reduce el
sonido de fondo y la música ambiental, y se enfoca más en la conversación. Pero
insisto, los auxiliares auditivos cuestan miles de dólares y se comercializan
como productos médicos, no como dispositivos de consumidor.
Un aspecto genial de las orejas aumentadas es que un enorme
segmento de la población ya las usa, y los audífonos intraauriculares no llaman
la atención ni te hace lucir como un geek. No espantan a quienes te rodean. Y
un grupo demográfico añoso, pero aún vanidoso que necesita ayuda mas no quiere
usar un “auxiliar auditivo” (se calcula que solo los usan 20 por ciento de las
personas que los necesitan), preferiría llevar unos audífonos cool que hacen
casi lo mismo. “La oreja es el sitio muy lógico [para un dispositivo] porque,
desde el lanzamiento de Walkman, hemos llevado tecnología usable en las
orejas”, dijo a Wired el presidente ejecutivo de Doppler, Fritz Lanman.
Mas allá de la visión de Doppler, algunas de las propuestas de
audición aumentada son bastante alocadas. Cuando tengas una computadora en la
oreja, el aparato podría hacer montones de cosas que tus orejas jamás harían.
Entre ellas, traducir automáticamente. La traducción de idiomas automatizada es
cada día mejor y si la combinas con un procesador de sonidos, el dispositivo
podría captar la información en chino y enviar la convertida en inglés (o
español) a tus orejas. Desaparecerían las barreras del idioma y con ellas, tal
vez la necesidad de aprender otras lenguas.
Otra posibilidad es que nos permitiría escuchar longitudes de
onda que jamás estuvieron destinadas a nuestros oídos. El color es una longitud
de onda que podemos ver, mas no escuchar. ¿Qué tal si pudieras oír el color
verde? Imagina el impacto de algo así para los ciegos. ¿O qué pasaría si oyeras
infrarrojo y en esencia, pudieras ver en la oscuridad con los oídos? Estas
cosas pueden ocurrir. Gracias al fracaso de Google Glass, el paralizado Apple
Watch y otros dispositivos usables, se había perdido el interés. Pero pronto
tendremos a Here, y de nuevo surgen posibilidades.