Ensayo sobre la ceguera,La peste y La guerra del fin del mundo, escritos por plumas tan distintas como brillantes, tienen dos rasgos en común: son parábolas de la miseria humana en tiempos de crisis y una descripción implacable del pánico que atenaza a los gobiernos cuando pierden el control.
Hablar unos minutos sobre las tres obras, cuando la grabadora ya ha sido apagada, es el único momento en el que se observa un atisbo de lo que es Enrique Ochoa Reza, más allá del discurso oficial que como director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cuida con precisión milimétrica.
Economista egresado del ITAM, abogado forjado en las aulas de la UNAM y exalumno de la Universidad de Columbia —en donde realizó una maestría—, habla rápido, dispara cifras y mira a los ojos. Pero rehúsa, terminante, aceptar cualquier viraje que lo desvíe de lo que quiere decir.
Sólo tropieza claramente ante un detalle que recuerda que la forma es fondo y que empatar el discurso con los hechos es indispensable. El titular de la CFE habla con frecuencia sobre la importancia de los coches eléctricos, pero no los utiliza.
Y cuando se pone sobre la mesa el tema del gobierno de Enrique Peña Nieto y los conflictos de interés que se le atribuyen a más de uno de los miembros de su círculo cercano, ante la pregunta directa de: “¿Enrique Ochoa Reza metería las manos al fuego por Enrique Ochoa Reza con respecto a lo que ha hecho desde que inició su carrera de servidor público?”, la respuesta es un: “Sí, absolutamente”.
Queda asentado.
Tarifas y gasoductos
La CFE es un gigante con más de noventa mil empleados y treinta millones de clientes que desde hace casi seis años concentra los servicios que antes compartía con Luz y Fuerza del Centro (LyFC).
Actualmente se parece poco a la entidad que fundó Lázaro Cárdenas poco antes de la expropiación petrolera. La CFE vive una intensa metamorfosis que la conduce por senderos frecuentemente pedregosos tanto en lo económico, como en lo político y lo laboral.
La charla con Newsweek en Español, que tiene lugar en la torre de Paseo de la Reforma perteneciente a la Comisión, se centra en esta transición. En el piso en el que despacha su titular, los principales accesos están custodiados por guardias que vigilan cada movimiento de los visitantes.
Imposible evitar una sensación de déjà vu. El equipo de quien fuera alguna vez el consejero electoral del Distrito 21 del IFE posee una solemnidad protocolaria y reverencial que hace pensar en el PRI de los años en los que el entrevistado nacía.
Hay situaciones que no cambian.
La grabadora se enciende y el reloj de arena inicia su curso.
—¿Qué está cambiando exactamente en la CFE en la actualidad?
—Tras la reforma energética, el reto es ofrecer un servicio de más calidad, de menos costo y más amigable con el medioambiente. Si se contrastan los recibos de energía eléctrica de abril de 2014 con los del mismo mes de 2015, veremos que el costo de la electricidad suministrada al sector industrial se ha reducido entre 23 y 32 por ciento.
“Para el sector comercial, la reducción ha sido de entre 10 y 20 por ciento. En el sector doméstico de alto consumo, la caída es de 10 por ciento, y para el sector doméstico de bajo consumo no habrá aumento de tarifas este año (cuando solía repuntar 4 por ciento anual). En materia medioambiental, se intenta reducir el uso del combustóleo porque es caro y contaminante.
“Esto es relevante porque 80 por ciento del costo de la generación de la energía eléctrica depende del combustible que se utiliza para producirla. En México, el uso de combustóleo para la generación eléctrica se ha reducido 43 por ciento entre 2012 y 2014. Otro problema que teníamos en 2012 eran las alertas críticas por falta de gas natural. En 1997 México era autosuficiente en gas natural (importaba sólo 3 por ciento de lo que consumía). Pero para 2012, ya estábamos importando a países como Estados Unidos y Perú un tercio de lo que consumíamos. Era una ironía que, siendo un país con una amplia capacidad de extracción de gas natural en el subsuelo y teniendo un vecino en el norte que es un gran productor de gas, careciéramos de él.
“Y no podíamos producir más porque, antes de la reforma, sólo Pemex podía extraer gas. El desabasto se debía a la falta de infraestructura de gasoductos. Se ha puesto en marcha toda una estrategia para evitar el desabasto de gas natural y desde hace veintidós meses ya no hay alertas críticas.”
Mercado mayorista
Las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia energética han sido tan alabadas como cuestionadas.
En lo que concierne al sector eléctrico, sus defensores afirman que habrá más competencia y mejor calidad en los suministros. Los detractores, en contrapartida, alertan sobre la necesidad de que instancias como la Secretaría de Energía (Sener) o la Comisión Reguladora de Energía (CRE) hagan lo necesario para atajar los riesgos de un mercado secundario especulativo y los brotes de corrupción. El próximo año será clave para México porque inicia operaciones el Mercado Eléctrico Mayorista.
—En relación con la reforma, enero de 2016 marcará pauta, ya que entra en vigor el mercado eléctrico para grandes compradores y grandes vendedores. ¿En qué punto nos encontramos?
—Efectivamente, 2016 marcará una nueva etapa para la generación de energía en México. Los productores privados y públicos, nacionales y extranjeros, empezarán a competir en igualdad de circunstancias en la oferta de electricidad para los usuarios. El que produzca la energía eléctrica más barata será el primero que salga al mercado. Por su parte, la CFE tiene en marcha un amplio programa de inversiones que privilegia el uso de combustibles más económicos y la renovación tecnológica. Buscamos incrementar la infraestructura del sistema nacional de gasoductos.
“Un dato: el estado de Texas (que equivale a un tercio del territorio mexicano) tiene ocho veces más gasoductos que todo México. Y Estados Unidos tiene cuarenta y nueve veces más gasoductos que nuestro país. La red de gasoductos mexicanos debe aumentar en 75 por ciento para que funcione realmente como un sistema nacional que esté interconectado en diversos puntos del país.”
—¿Cómo se garantizará la transparencia de las licitaciones?
—Los procesos de licitación de los nuevos gasoductos serán acompañados por instancias como Transparencia Internacional, que actúa como testigo social. Y CFE no pagará ni correrá riesgos vinculados a la construcción o a la operación de los gasoductos, sólo empezará a pagar cuando reciba moléculas de gas natural. No será dueña de ningún gasoducto.
No habrá despidos
Hace unos meses, a unas horas de estrenar el 2015, una decena de ayuntamientos chiapanecos, entre los que se contaban Tapachula y Tuxtla Chico, se hallaban sin suministro eléctrico. Debían dinero a la CFE y la entidad tomó cartas en el asunto. Este tipo de adeudos es bastante común en diversas regiones del país y se observa también en municipios de la talla de Ecatepec, con sus 1.6 millones de habitantes.
—La CFE está lejos de ser una entidad exenta de problemas. Por ejemplo, los adeudos de los municipios son millonarios…
—México pierde mucha energía eléctrica a través de las redes de transmisión y distribución. La red de transmisión es la que vemos en carreteras o en el campo, son las torres de fierro o madera que llevan la energía a los centros de gran consumo en las ciudades y los pueblos. Luego están las líneas de distribución, es decir, los cables que conducen la energía eléctrica a las casas y a los comercios. En 2012 se perdía 16 por ciento de la energía entre la transmisión y la distribución. En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la pérdida promedio es de 6 por ciento. El objetivo es reducir la pérdida en México en un punto porcentual cada año hasta que llegue a 10 u 11 por ciento, para que la próxima generación de mexicanos pueda reducirlas a 6 por ciento.
“Pero, además de ello, se requiere una cultura del pago justo. Es un esfuerzo que debemos hacer todos. La cartera vencida de la CFE sumó 44 250 millones de pesos en marzo pasado a escala nacional. Pero 45 por ciento de esta obedece al espacio geográfico en el que antes operaba otra empresa de distribución (LyFC). Y para atender este problema se ha establecido una política de convenios. Espacios de revisión de adeudos. Por cada peso que pague un usuario, se le condona un peso del adeudo histórico, por ejemplo. Estamos atentos a nuestros errores, pero es importante esa cultura del pago a la que hacía referencia.”
—Ninguna entidad concentra más quejas ante la Profeco que la CFE. Los usuarios le reprochan cobros excesivos y que está dispuesta a renegociar adeudos a plazos, pero jamás a reconocer cobros injustos o duplicados. ¿Qué responsabilidad está asumiendo la CFE en este ámbito?
—Trabajamos para corregir los errores del pasado, para realizar mejores mediciones. Creo que si hay tantas quejas ante la Profeco es porque el ciudadano no encontraba alternativas para solucionar los problemas cuando estaba insatisfecho con su recibo. Hace siete meses firmamos un convenio de colaboración con la Profeco y con el Fide (Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica) para que, cuando haya diferencias entre la CFE y los usuarios, este organismo valore la información y emita su opinión. Se trata de que sea una tercera voz que ayude a resolver los casos. Está el 071 para que los usuarios llamen, y ahora existen también alternativas como las cuentas de Twitter de la CFE, o la mía personal (@EnriqueOchoaR), para enviar esos reclamos los 365 días del año.
“La idea es resolver las inconformidades antes de que se conviertan en una queja ante la Profeco. Es decir, son bienvenidos los procedimientos contemplados en el ordenamiento jurídico, pero queremos evitar llegar a ellos.”
—En tiempos de guerra siempre hay caídos. El Presupuesto de Egresos de la Federación será recortado en 2015 y 2016. ¿Cómo afectarán estos ajustes a la CFE?
—El anuncio (de la Secretaría de Hacienda para 2015) fue muy concreto. El presupuesto de la CFE se reduce en 10 000 millones de pesos. Pero se protegerá la viabilidad y ejecución de los proyectos estratégicos que buscan mejorar la generación y distribución de la energía eléctrica. En el caso de los gasoductos se esperan licitaciones por 5750 millones de dólares. Con respecto a las centrales de generación de ciclo combinado, hay procesos en puerta por 5200 millones de dólares. En el caso de las líneas de transmisión y distribución se aguardan 1000 millones de dólares y, en lo relativo a las energías renovables, por 4250 millones de dólares. Todos los procesos de inversión con el sector privado nacional e internacional siguen vigentes.
—¿Habrá, o no, despidos de personal en 2015 o 2016?
—No está prevista una política de despidos en la CFE. De cara al futuro, el recorte se vislumbra más bien como una oportunidad. La empresa tiene que hacer esfuerzos para ser más productiva y más eficiente.
—¿Qué hay de los pasivos laborales de la CFE? ¿Cuál es el dato actual y cómo los están manejando?
—El pasivo laboral de la CFE suma
565 000 millones de pesos. Pero creo que es una oportunidad para la CFE, para Petróleos Mexicanos de adecuarlos para que estas empresas sean viables en el mediano y largo plazos. Y como se acordó con el sindicato, la Secretaría de Hacienda aportará una parte, la empresa otra y el sindicato, otra más. Esto permitirá ir corrigiendo estos pasivos. Debemos asegurar la viabilidad de la empresa. Y los principales interesados en dicha viabilidad financiera son los propios trabajadores para que puedan cobrar sus pensiones en el futuro.
¿Auto eléctrico?
En el mundo, la producción de electricidad a partir de las energías “verdes” alcanzó los 1560 gigavatios (GW) en 2013, según la más reciente edición del Informe Global sobre el Estado de las Energías Renovables correspondiente a 2014. Este dato equivale a 22 por ciento del consumo global de energía eléctrica.
México se ha puesto como objetivo alcanzar un 35 por ciento de generación de energía eléctrica a partir de fuentes no fósiles para 2024. Aún falta mucho trecho por andar.
—¿Cuál es el grado de avance de la CFE en materia de generación de electricidad a partir de fuentes no contaminantes?
—Hay cuatro tipos de energías renovables en México: hidroeléctrica, geotérmica, fotovoltaica y eólica. Todas son relevantes para nosotros. Pero las dos primeras, la hidroeléctrica y la geotérmica, son constantes. Se generan mañana, tarde y noche. Las energías eólica y fotovoltaica, en tanto, son intermitentes. El sol y el viento no tienen palabra de honor.
“Sin embargo, el consumo de energía eléctrica sí es constante. La gente no aceptaría no tener luz en la noche para encender la televisión o para leer. Así que cuando el día terminó y los paneles solares ya no pueden operar, se requiere una energía de sustitución como la hidroeléctrica, los ciclos combinados de gas natural o el carbón. En algunos países es muy barato producir, por ejemplo, energía fotovoltaica. El sol es gratuito… Pero la energía de respaldo que nos asegura que funcione mañana, tarde y noche, es costosa. De ahí la importancia de las hidroeléctricas y de la geotermia.
“Debe haber un cambio tecnológico en el futuro. Es importante almacenar la energía (producida a partir de fuentes renovables) en grandes baterías. Pero eso no existe a gran escala por ahora. Es algo que le tocará hacer a nuestros hijos. Pero, en ese proceso de transición, la CFE está impulsando más centrales hidroeléctricas y proyectos geotérmicos en diversos estados del país.
“También hay espacio para impulsar el uso de paneles solares domésticos como complemento y para utilizar medidores bidireccionales, es decir, cuando la generación de energía supere la que se consume en casa, el sistema lo registra. Y, en días lluviosos, puede usarse esa energía. En países como España e Italia ha funcionado bien y podemos evolucionar en ese sentido.”
—La CFE promueve el uso de automóviles eléctricos. ¿El tuyo lo es? (momento de desconcierto).
—No… Todavía no. Pero eso está muy bien…
—No, no lo está…
—Sí, lo está. Mira, faltaban estaciones de servicio. El sector automotriz ha dado un paso significativo al firmar un acuerdo con las secretarías de Energía, de Economía y de Medioambiente, para impulsar las “electrolineras”: espacios de recarga eléctrica para los automóviles en lugares públicos y utilizables por cualquier tecnología automotriz. Establecimos una política pública: la instalación de medidores en los domicilios y comercios que serán independientes de los que miden el consumo eléctrico para evitar que la recarga de estos coches “contamine” la tarifa de consumo tradicional. Y se está haciendo un estudio de la demanda futura de energía eléctrica para la recarga de automóviles con miras a destinar una central de energía renovable al abastecimiento de la demanda eléctrica automotriz.
“Es un buen momento para que despunte el automóvil eléctrico en México. En la CFE estamos analizando la incorporación de una flotilla de automóviles de este tipo, valoramos distintas marcas y hemos pedido información al respecto… Así que, por favor, dejo constancia de que mi auto aún no es eléctrico… pero pronto lo será.”
La transparencia
La lista de escándalos que ha encabezado la actual administración es larga y los participantes, múltiples. El sector energético no es una excepción. Hombres clave como Pedro Joaquín Coldwell y Emilio Lozoya han sido cuestionados por incurrir en conflictos de interés por los nexos que mantienen con compañías dedicadas a la venta de gasolina y con la española OHL, respectivamente.
El tiempo de la entrevista se agota. Hace más de una decena de minutos que uno de los asesores del funcionario hace señas que piden poner fin a la entrevista. Pero hay al menos dos asuntos que no pueden esperar.
—Enrique, tu perfil es interesante, por el tipo de estudios que has realizado, por la carrera que ejerció tu padre (magistrado del Poder Judicial), y el actual gobierno ha sido muy cuestionado; si te pregunto: “¿Enrique Ochoa Reza metería las manos al fuego por Enrique Ochoa Reza con respecto a lo que ha hecho desde que inició su carrera de servidor público”, qué me responderías?
—Sí, absolutamente. Y no sólo por el presente, sino también por lo que haré en el futuro. Estamos llevando adelante procesos institucionales para que todas las licitaciones relativas al sector eléctrico estén acompañadas por testigos sociales de alto reconocimiento público. Transparencia Mexicana nos acompaña en muchos procesos y trabajamos conjuntamente en la definición de mecanismos para que los funcionarios y los empresarios del sector eléctrico y del gas establezcan políticas conjuntas de rendición de cuentas. Para que los procesos de licitación sean claros y competitivos, hemos pedido ayuda a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para evaluar el trabajo realizado.
—¿Qué sucedió, pues, en el caso Casanova Rent (en el que senadores panistas denunciaron un contrato de 3600 millones de pesos para renta de vehículos otorgado a la CFE vía adjudicación directa y sin testigos sociales)?
—El expediente Casanova Rent ya se aclaró puntualmente. En el proceso participaron quince empresas; ocho de ellas presentaron una propuesta técnica y económica; se seleccionaron cuatro ganadoras por el precio y calidad que ofrecían. La información no era precisa y fue desmentida.
El entrevistado concluye apresurado la frase. Va tarde a su siguiente cita, probablemente una cena, y aún se precisan algunos minutos para que el fotógrafo realice su minucioso trabajo. Es durante este brevísimoimpasse que se deslizan algunos comentarios furtivos sobre José Saramago, Albert Camus y Mario Vargas Llosa, que Ochoa Reza cita entre sus escritores favoritos.
El servidor público se despide con un apretón de manos.
Al salir, los guardias siguen ahí, apostados y poco expresivos. Son las nueve de la noche, y mientras el elevador desciende, cruza furtiva mi mente una frase deCuadernos de Lanzarote, del irreverente portugués que también ha sido breve objeto de la charla: “Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos, y sin responsabilidad, quizá no merezcamos existir”.