La enorme victoria de David Cameron y los nacionalistas escoceses en las elecciones británicas provocó este viernes la dimisión de tres figuras de proa de la política nacional, Ed Miliband, Nick Clegg y Nigel Farage.
1.- Ed Miliband
El líder laborista Ed Miliband reconoció la victoria de su rival, el primer ministro conservador David Cameron, y dijo que “es hora de que otra persona asuma el liderazgo”.
Su partido perdió más de 20 diputados respecto a las elecciones anteriores y no logrará impedir un segundo mandato de Cameron.
Miliband, de 45 años, asumió las riendas del partido en 2010, tras la derrota electoral de Gordon Brown y se impuso a su hermano David en la carrera por el mando.
En estos cinco años brilló poco como líder de la oposición pero a medida que avanzaba la campaña electoral su popularidad aumentó entre los británicos, aunque no bastó para vencer a Cameron.
“Ed Miliband me llamó esta mañana para desearme buena suerte con el nuevo gobierno. Fue el típico gesto gentil de alguien que optó por el servicio público”, explicó.
2.- Nick Clegg
Cameron también dedicó un epitafio cariñoso a Clegg, que le prestó el apoyo de los demoliberales para gobernar en coalición en la pasada legislatura.
“Estoy orgulloso de haber liderado el primer gobierno de coalición en 70 años y quiero dar las gracias a todos los que trabajaron duro para que fuera un éxito”.
“En particular, en este día, a Nick Clegg. Las elecciones son una confrontación de ideas y argumentos que a veces deja morados”, afirmó.
Ha sido “el peor golpe al partido desde su fundación” en 1988, dijo Clegg, de 48 años, en su mensaje de despedida.
Clegg, que conservó el escaño y estará en el próximo parlamento, es uno de los políticos británicos más cosmopolitas y eurófilos.
Habla cinco idiomas, su madre es holandesa y su padre medio ruso, y está casado con una española, Miriam González Durántez, madre de sus tres hijos (Antonio, Alberto y Miguel).
Era líder de los demoliberales -el tercer partido tradicional británico- desde 2007 y propulsó el partido a sus grandes resultados en 2010, que le sirvieron para entrar en la coalición de gobierno con el cargo recién creado de viceprimer ministro.
3.- Nigel Farage
Cameron en cambio no tuvo ninguna palabra de afecto para Farage, a cuyo partido -contrario a la Unión Europea y la inmigración- tildó una vez de banda de “chiflados, lunáticos y racistas ocultos”.
Farage, de 51 años, eurodiputado, es la estampa del tradicional del cliente de pub: cigarrillo y pinta de cerveza en mano, y una franqueza a prueba de corrección política.
Pero no bastó para convencer a los electores de Thanet sur, una circunscripción del sudeste de Inglaterra que le negó el escaño.
“Soy un hombre de palabra”, dijo Farage, recordando que había prometido abandonar su cargo si no entraba por primera vez en el Parlamento británico.
De todos modos, Farage no descartó volver a optar al liderazgo cuando el partido celebre primarias en setiembre.
“Creo que ha llegado el momento para una reforma política radical y realmente genuina”, dijo tras conocerse el resultado, pidiendo un sistema proporcional porque su partido recibió millones de votos pero sólo consiguió un diputado.
La renuncia de Farage despierta serios interrogantes sobre el futuro de un partido muy asociado a él.
En 2014 Farage llevó al UKIP a ganar las elecciones europeas en el Reino Unido -la primera vez en más de 100 años que ni laboristas ni conservadores ganaban.
Una victoria que nadie pronosticó
Los conservadores alcanzaron el listón de la mitad de diputados más uno (326) cuando todavía no había acabado el escrutinio y podrán gobernar en solitario, a diferencia de la anterior legislatura en que formaron coalición con los demoliberales.
“Creo sinceramente que estamos en camino de hacer algo especial en este país”, dijo Cameron en un discurso ante Downing Street tras recibir el encargo de la reina de formar gobierno.
“Vamos a hacer el referéndum sobre la Unión Europea que prometimos”, insistió, asegurando que quiere lograr que el país “sea un lugar donde la buena vida esté al alcance de todos los que quieren trabajar y hacer las cosas bien”.
Cameron fue al palacio de Buckingham para una audiencia con Isabel II que duró poco más de media hora.
(Con información de AFP)