“Me querían eliminar políticamente y eso ya no lo pueden hacer”, dijo en marzo a Newsweek un Marcelo Ebrard que recién había logrado el registro como candidato plurinominal por el partido Movimiento Ciudadano. Sin embargo este miércoles el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) decidió retirarle a Ebrard la candidatura plurinominal por el partido Movimiento Ciudadano (MC), argumentando simultaneidad de procesos con partidos distintos.
En un inicio, Ebrard Casaubón se acercó al Partido de la Revolución Democrática (PRD) buscando una candidatura plurinominal para la Cámara de Diputados, sin embargo, luego vino una rudísima relación con los líderes de PRD, (“el partido que tomó la decisión de sacarme”, dijo a Newsweek), con lo que dio inicio al éxodo del ex jefe de gobierno en busca de una candidatura que le permitiera no ser eliminado políticamente.
Morena fue la siguiente puerta que Ebrard tocó para buscar cristalizar sus aspiraciones, en buena medida, impulsadas en la búsqueda de fuero para evitar un posible juicio ante las irregularidades de la Linea 12 del Metro de la Ciudad de México, en las que el ex jefe de gobierno ha sido señalado como responsable por diversas autoridades, algo que el argumenta es un plan orquestado desde Los Pinos para eliminarlo políticamente.
Pese a esto, tuvo una tercera opción: Movimiento Ciudadano acogió a Marcelo Ebrard y le otorgó la diputación plurinominal, y en días recientes se le había visto en actos proselitistas del partido apoyando a candidatos como Luis Walton en Guerrero y Enrique Alfaro en Guadalajara.
El estigma de la Línea 12.
Marcelo es el perturbado sobreviviente de una tempestad que no cesa: no encuentra tierra firme desde hace un año, cuando la Línea 12 del Metro, la monumental y costosísima obra de transporte público que encabezó, debió cerrar indefinidamente por fallas técnicas.
Para el candidato, los problemas técnicos de la Línea 12 son menores. “Primero, el GDF dijo que estaba mal todo. Luego dijeron que estaba mal el trazo. Luego que estaban mal los materiales. Después de un año del cierre, la empresa que contratan para analizar qué está mal, dice: la obra civil no es el problema, sino el tren. Por contrato, el proveedor del tren es responsable de su diseño, fabricación, mantenimiento y operación. Basta pedirle a esa compañía modificar el tren para que lo haga. ¿Por qué se tardan un año? Es incomprensible. Lo que va quedando más claro es que todo lo que (el GDF) está haciendo hoy —cambiar las ruedas del tren, la suspensión, parte de las vías y el balastro— pudieron hacerlo hace un año.”
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