LA PRIMERA VEZ que Javier Corral encaró de manera pública a César Duarte ocupaba una posición como senador de la república mientras el otro gobernaba Chihuahua. Corral se preparó a conciencia aquella vez. Acudió con informes que refutaban logros en materia criminal que llegaría a presumir Duarte, y también con expedientes que lo inmiscuían en operaciones corruptas.
El gobernador de Chihuahua llegó aquel día arropado por sus compañeros del PRI. Era el invitado estrella en el tercer día de Audiencias Públicas en materia de Seguridad y Justicia organizado por el Senado. Corral lo recibió adusto y con un par de cartelones. El más grande de ellos rezaba: “#VeteDuarte: Qué vergüenza que en estas audiencias participe el corrupto de César Duarte, sujeto a proceso penal”.
La confrontación entre ambos, el 22 de enero de 2015, fue descarnada. Su comparecencia, le dijo Corral a Duarte, “es una enorme simulación para entrarle en serio al problema de la inseguridad en el país, del crimen organizado y de las distintas formas de lavado de dinero que la autoridad utiliza a través de sistemas financieros”.
Duarte reviró en el mismo tono: “A mí me preocupa que la afectación que hemos hecho a los intereses del grupo delictivo de la frontera sea lo que a usted lo está motivando a pretender desestabilizar mi gobierno. Su hermano estuvo en recaudo de la cárcel fronteriza en donde tiene la mayor presencia el grupo delictivo de Ciudad Juárez. Y esos intereses los hemos afectado de frente y su hermano fue procesado por narcotráfico”.
A partir de entonces la guerra de acusaciones adquirió niveles inusitados, sobre todo al momento en el que Javier Corral comenzó campaña como candidato del PAN al gobierno de Chihuahua en 2016. En el centro de sus discursos, Duarte aparecía indefectiblemente como jefe de la red criminal esbozada por Corral, de la que formaban parte funcionarios del gabinete, políticos, empresarios y miembros de la delincuencia organizada.
Convencido de sus argumentos, Corral identificó a un sujeto llamado Carlos Arturo Quintana, el 80,como alfil en el tablero de Duarte. Y lo emplazó para dejar el estado en 72 horas una vez que asumiera como gobernador. Corral puso nombre y apellido a un personaje que apareció —bajo esa misma narrativa— como artífice de asesinatos y enfrentamientos masivos que terminaron por incendiarle Chihuahua en medio año.
La entidad, que entre 2008 y 2012 acusó la mayor tasa delictiva del país, adquirió desde entonces un matiz distinto, en el que el poder público entreveró acciones con células criminales y en medio de ello fueron gestándose negocios multimillonarios de los que Duarte y los suyos tomaron parte, de acuerdo con las acusaciones del nuevo gobierno.
“El modelo de César Duarte en Chihuahua es de delincuencia organizada”, dijo Javier Corral en una entrevista con Newsweek en Español a finales del año pasado. La entrevista quedó trunca por una falla de su aparato de comunicación, que empalmó agendas. El gobernador alcanzó, sin embargo, a ofrecer el retrato de los primeros tres meses de gestión y anticipó lo que vendría en materia judicial.
De ella se retoman extractos que adquieren vigencia en el marco de los acontecimientos desatados en Chihuahua tras el asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea.
—Has dicho que lo que encuentran al llegar sobrepasa lo que esperaban en materia fiscal: dinero comprometido en fideicomisos, igual que los fondos de participaciones y del impuesto sobre nómina; más del 8 por ciento del PIB. Es decir, el saldo de una red de corrupciones.
-No solamente hubo una enorme corrupción, sino un manejo totalmente inescrupuloso de los recursos de los programas. Hubo un manejo muy inescrupuloso de la administración. No tuvieron ningún cuidado. Por donde buscas hay despilfarro, dispendio.
“Los niveles de corrupción llegaron a tal grado porque pensaban que no iban a perder la elección y se sintieron eternos. Creo que jamás registraron la posibilidad de perder. Aun con todo y que tuvieron cuatro meses, no pudieron limpiar totalmente lo que hicieron porque fueron muy burdos en muchas cosas. Es una situación de bancarrota y latrocinio lo que hicieron con Chihuahua”.
La guerra de acusaciones entre Corral y Duarte adquirió niveles inusitados, sobre todo cuando el primero comenzó su campaña como candidato del PAN al gobierno de Chihuahua. Foto: Cuartoscuro
—¿Qué tanto compromete al gobierno federal un ejercicio de este nivel?
-La verdad es que en mucho la federación estuvo al tanto y también es corresponsable. Fíjate, nos dejaron una deuda que es la segunda deuda per cápita en el país. En PIB por entidad federativa es la número uno del país. Y en monto total, en números absolutos, es la tercera, porque llegó a 48,000 millones de pesos.
“Se comprometió el peaje carretero hasta 2044. Se comprometió el impuesto sobre nóminas, prácticamente más del 50 por ciento, hasta 2038. Y el 27 por ciento de las participaciones federales hasta el 2022. O sea, con un campo de maniobra totalmente limitado, reducido, un servicio de la deuda de más de 2,000 millones de pesos anuales. Entonces, habla pues de una falta de contrapesos, de límites de todo en uno de los gobiernos más corruptos del país. Y aquí es donde uno se explica claramente la necesidad de cambiar ya al régimen político, que ya no dio para más”.
—No solamente es Chihuahua, es Coahuila, Quintana Roo, Veracruz. De las deudas públicas de las entidades se ha hecho también un negocio inconmensurable.
—Pues sí, porque además hay que decirlo con toda claridad: en los estados más corruptos y más endeudados es donde encontramos las tasas de interés más altas, los financiamientos más caros, las mayores comisiones. Es increíble, por ejemplo, que en Chihuahua hayamos tenido créditos de hasta 8 por ciento. O sea, la tasa de interés interbancario, más las comisiones y tasas de los bancos.
“La deuda de Chihuahua es una de las deudas contratadas más caras de México porque se aprovechan todos de las circunstancias y todo el mundo hace negocio. Es una red de complicidades que se aprovecha de ese estado de corrupción en el que todos son parte de lo mismo.
“Ahí es donde está el sistema de complicidades y es lo que está en jaque en todo el país. No veo que el régimen pueda zafarse de esta. El modelo está agotado, ya no le sirve a nadie. Van a ir brotando otras quiebras financieras que se han estado medio ocultando. Se hizo de la negociación de las deudas estatales un negocio privado”.
—Es un sistema del que también formaron parte dos administraciones federales del PAN.
-Sí.
—¿Cómo se ejerce el gobierno cuando antes fuiste un crítico incisivo?
-Fíjate que sí es muy complicado. Por supuesto debo mantener un equilibrio entre lo que son los intereses del pueblo de Chihuahua y las necesidades del gobierno con respecto a lo que son nuestras propias posiciones políticas o ideológicas, y también el no someternos al régimen. Mantener una actitud muy franca, muy honesta, pero muy firme en cuanto al apoyo que se requiere de la federación, porque el actual modelo de coordinación fiscal está basado para que el gobierno federal esté en control prácticamente de todo. Entonces es muy difícil emprender una batalla en defensa de la propia soberanía estatal cuando sabes que ellos te cierran inmediatamente la llave.
“Yo no pienso declinar de mis posturas, de mis convicciones, ni mucho menos de los compromisos que hice con Chihuahua. Buscaré la mejor relación, la más cordial, la más operativa, armoniosa, donde sumemos esfuerzos, pero sin sometimiento alguno, sin cargo a nuestra dignidad como pueblo de Chihuahua y sobre todo sin cargo a uno de nuestros principales compromisos, que es el de justicia. Lo he dicho con toda claridad: ese es un tema que para nosotros es absolutamente innegociable, inmodificable. No hay manera de que en este tema pueda ser aceptable una presión o condición alguna para nosotros. Se lo dije con toda claridad al presidente Peña cuando lo vi, y los funcionarios del gobierno federal saben que así es y que por supuesto tendremos la disposición de colaborar en el ámbito de gobierno, pero hasta ahí.
“Yo no pienso colaborar en facilitarle al régimen su permanencia un minuto más en el poder. A mí me parece que hay que delimitar los campos y en el de la acción política, y sobre todo la acción política electoral. Yo operaré con absoluta lealtad hacia el pueblo de Chihuahua y también al proceso de democratización del país. Estoy en contra del PRIAN, que al final de cuentas sí existe. El PRIAN existe y lo vemos en muchos momentos. Una cosa es colaborar pues, mantener ese equilibrio, y la otra es que uno se someta a los condicionamientos y presiones del régimen. Yo ahí sí que no. Es más, creo que lo saben ellos”.
“Duarte creó un modelo de asociación delictuosa. Como gobernador de Chihuahua no estamos solamente ante el enriquecimiento ilícito de un hombre”. Foto: MISAEL VALTIERRA/CUARTOSCURO
-Por lo que dices, César Duarte no solo realizó un desaseado ejercicio de las finanzas públicas, sino que fincó un sistema de poder absoluto, que pasa también por controlar una red de delincuencia organizada. Hubo un nombramiento que refutaste justo por ello, el del exfiscal Jorge González Nicolás* como secretario de Seguridad Pública de Ciudad Juárez.
-Lo que sucedió es que el nombramiento de González Nicolás envió un mensaje muy ominoso por parte del alcalde [independiente] Armando Cabada a la población en general, no solo a nosotros. Una decisión muy decepcionante, primero de su carácter independiente o con el carácter que él compitió, pero también muy preocupante en función de lo que González Nicolás representa. Para nadie es un secreto que el secretario de seguridad en Juárez es el que ha planeado y ejecutado, siendo fiscal general del estado, el plan de impunidad del exgobernador. Fue el que provocó varias de las medidas de protección que se dieron a sí mismos varios de los funcionarios del gobierno de Duarte para ser exonerados.
“Pero además la función de González en la fiscalía es de horror. El desmantelamiento de la fiscalía, el nivel de infiltración y de complicidad de un gran sector de esa fiscalía con la delincuencia organizada, es brutal. Nosotros no podemos confiar en ese nombramiento y de hecho estamos obligados a actuar. Nosotros no tenemos alternativa: González Nicolás cometió delitos siendo fiscal general del estado. Por supuesto que hemos venido integrando las investigaciones.
“Ahora, Duarte lo que creó fue un modelo de asociación delictuosa. En el caso de Duarte como gobernador de Chihuahua no estamos solamente ante el enriquecimiento ilícito de un hombre. El modelo de Duarte en Chihuahua es de delincuencia organizada. Crearon una red de operación delictiva en distintas dependencias del gobierno de Chihuahua y fueron protegidos en todo momento. Ese es el modelo ante el que nos enfrentamos. Nos enfrentamos a un caso mayor de corrupción política.
—
*Jorge González Nicolás terminó renunciando al cargo el 30 de diciembre, una semana después de la entrevista con el gobernador.